4. Mackenzie Anderson

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Hola mi nombre es Mackenzie Anderson, tengo 16 , pronto cumplo mis 17, soy de test blanca, ojos claro y cabello largo castaño o eso creo.

Cuando tenía 7 años sufrí un accidente en donde perdí la visión y desde ese entonces no he vuelto a salir, no es porque no quiera sino porque mi abuela, que es muy poderosa en riquezas, me propuso que me pagará todos mis tratamientos solo si no salgo de la casa porque si lo hago...mejor me callo.

Hoy iba a ser el peor día de mi vida, ya que la "princesa" de la casa ni se puede quedar sola y le van a contratar un niñero ya que Matt se va a estudiar para la universidad de sus sueños en Inglaterra y van a dejarme el supuesto niñero y yo me niego, no soy una niña y me se cuidar sola, en ese instante Matt entró y me sacó de mis pensamientos.

-Oye princesa hay que bajar para que recibas a tu anfitrión- dijo burlón.

-Si, estoy muy emocionada - dije irónica.

-Vamos kenzie, tal vez sea divertido - dijo burlón otra vez.

-Bastante divertido - volví a responder irónica- si quieres diversión ve tu, que yo no necesito a otro enfermo mental en mi vida.

-¿Me llamaste enfermo mental?- dijo Matt divertido.

-Lo dices tu- dije riéndome.

-Kenzie, vamos, el no vendrá a conocerte aquí- me dijo suplicante.

-Pues, cada vez que me valla a cuidar que será casi todo un día, deberé estar afuera y nunca volveré a mi habitación si no es para dormir?

-Kenzie, sabes a que me refiero.

-Claro que lo sé, lo que no entiendo es ¿por qué necesito un niñero si me sé cuidar sola?, que no se te olvide que no soy una niña, además ni siquiera me dejan salir afuera, no existe necesidad de que un antisocial que solo se dedica a cuidar personas solitarias y sin vida, y yo no soy solitaria porque te tengo a ti y tampoco soy una persona sin vida porque puedo hacer de todo aunque ustedes no me lo permitan- le dije furiosa, me estaba empezando a enojar.

-Déjame decirte que el te va a sacar a fuera y que con el podrás hacer de todo, a parte el no es un antisocial cuidador sin vida, es un aprendiz y tu eres su primera víctima- dijo calmado y al mismo tiempo burlón.

- Me estás diciendo que soy juguete de práctica!?- dije muy enojada, en ese instante mi tía llamó a Matt para que fuera con el a la sala.

-Eso lo dices tu, lo de ser muñeco de práctica, además, ya oíste a mi madre, hay que bajar.

-Y yo digo que no quiero bajar, que no necesito a nadie para seguir con mi vida.

-Mira kenzie, yo me hubiese podido cumplir mis sueños y mis metas hace mucho, pero no lo he logrado por tu culpa, porque tu haz sido un estorbo, siempre me impides todo, no puedo no salir por tu culpa y yo ya estoy harto de no poder hacer mi vida solo para ayudarte a ti hacer la tuya y me harté de eso, tú tenías que haber muerto en ese accidente para que nunca me hubieses jodido la vida, cada día me vivo echando la culpa de haber aceptado cuidarte y más de prometerte que estaría contigo siempre- me gritó tan fuerte que sentí que mis ojos se cristalizaron y una lágrima logró recorrer mi mejilla.

-Muy bien Matt, no te preocupes que yo todos los días deseo morirme para más nunca ser un estorbo- grité bien fuerte- largo de aquí, no te quiero cerca, aun te siento tu respiración aquí, que te vallas- volví a gritar, sentí sus pasos alejándose y seguí llorando, me sentí muy mal, no puedo creer que Matt me halla hablado así solo por su orgullo. Me dirigí al baño y lavé mi rostro, regresé a mi habitación y me postré en el marco de mi ventana, esa era mi única salida, en donde yo podía respirar y sentir la brisa tierna que hacía que mi cabello se moviera un poco y los lindos dientes de león que golpeaban mi rostro, ese bello sonido que hacía el pasto al moverse y ese rico olor a flores que me encantaba siempre, eso era lo único que me hacía feliz, no he vuelto a salir desde el accidente y esta ventana es mi confidente, todos los días, las 24 horas dejo mi ventana abierta y los pajaritos se posan en ella y cantan una bella canción la cual hace que me levante muy feliz, esa canción de las aves me pone a muy alegre, ellos vienen a cada rato pero en horarios específicos, esa es otra razón por la cual siempre estoy aquí, me siento viva, me imagino corriendo entre el campo lleno de flores y bellas mariposas y con mis pies descalzos sintiendo el césped mojado, a veces me imagino montando un caballo en medio del campo corriendo a una velocidad increíble provocando que la brisa choque en mi cara y los animalitos me sigan para irnos lejos de todos los problemas y a veces me imagino que estoy en la playa jugando con la arena o flotando en el agua, eso me hace sentir feliz y hace que me levante con esperanza cada día, pero eso se va acabar por el don niñero, hablando de el sentí unos pasos en puntillas y una respiración algo agitada, como tratando de darme un susto, ahí me dí cuenta que debía ser el niñero aprendiz, así que decidí estropear su plan.

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