Essayer (I want you for me 2da parte)

Capítulo 20

POV NAYEON

El vibrar de mi móvil me trajo de vuelta.

-¿Nayeon dónde estás? ¿Por qué tardas tanto? – Me decía Momo del otro lado.

No sabía que decirle, ni cuanto contarle, solo sabía que me quería ir pronto de aquel parque.

Me desvié un poco. ¿Podrías venir por mí? – Le termine diciendo.

Momo tan amable como siempre, apareció en menos de lo pensado.

-¡Nayeon! ¿Estas bien? – Me dijo mientras me brindaba un fuerte abrazo.

La abrase lo más fuerte que pude. -Mina volvió. – Le dije llena de esperanza.

-¿Qué? ¿Dónde está? ¡Quiero verla! – Me dijo.

Se fue. – Le respondí.

-¿Qué? – Me miro desconcertada.

-¿Se fue? ¿La dejaste ir? ¿Cómo la dejaste ir? – El tono de voz de Momo, tenía mucho enojo, nunca antes la había escuchado así. -¿Por qué la dejaste ir? – Pregunto por última vez, antes de quitarme la mirada y dejarla a la deriva.

Me sentí frustrada, todas las preguntas de Momo no tenían respuesta, porque todo esto había sido una estupidez, debí seguir a Mina.

-¿Hablaste con ella? ¿Cómo se encuentra físicamente? – Demasiadas preguntas en muy poco tiempo, era lo único que procesaba mi cerebro.

¿Podrías dejarme explicarte? – Termine diciéndole irritada.

Momo me miro por un par de minutos. -Eso estoy esperando. – Me lo dijo de una manera tan fría que simplemente no la reconocía.

¡Momo! – Dije un poco desconcertada.

Ella me miro nuevamente, ahora con su mirada de siempre dulce y tenue. -Estoy muy preocupada. –Dijo ahora llevando su mano a mi rodilla, nunca había tomado de ella, sentí un pequeño cosquilleo en mi estómago.

-Es importante que me digas, cómo la vistes físicamente o sea de salud– Hizo mucho énfasis esta vez.

Pues, no puedo responderte. Porque no le pude ver el rostro. – Respondí.

-¿Qué? – Otra vez el rostro de Momo, me mostraba una mirada desconcertada, ella simplemente no comprendía nada.

-¿Cómo sabes que volvió entonces? ¿Te llamo?

No, ella me trajo aquí. – Respondí.

-¿Te trajo aquí y no viste su rostro? – El tono de su voz, dejaba en evidencia que no me creía quizás y pensaba que estaba loca.

-Si, así fue. Mantuvo mis ojos cubiertos todos este tiempo. –Termine contando.

-¿Y dónde está?

Se fue. – Dije simplemente, tratando de ocultar a Momo mi impotencia por haber dejado ir a Mina.

Momo hizo unos movimientos con su cuello mientras pensaba y miraba a lo lejos.

-Hace frió, vayamos al auto. -Me dijo finalmente.

Se veía enojada y quizás me llevo al auto para evitar alterarse frente a las personas.

El auto de Momo tenía un aroma tan particular, era tan fresco, era un olor a limpio indescriptible, la suavidad y frialdad era algo particular.

 Momo no dejaba de mirarme y pronto me brindo una pequeña sonrisa, quizás demasiado pequeña porque la sentí falsa.