Little

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Pésimo, Chittaphon se sentía pésimo.

Todos sus exámenes los había pasado y algo dentro de él estaba tan orgulloso de sí mismo, le estaba demostrando a sus padres que iba a poder estudiar en una escuela fuera de su país natal y de su idioma de nacimiento sin ningún problema. Sus calificaciones eran para mostrarlas en alto, pero él se sentía hundido.

Una opresión en el pecho le estaba creciendo y si no fuera por Doyoung se quedaría acostado en su cama.
Un hoyo negro estaba comiéndose sus emociones, su cuerpo se estaba secando por las lágrimas derramadas aquí y allá. Y cierto coreano estaba en las mismas condiciones.

No había sido la gran cosa, de hecho, para Ten era nada.

Solo estaba jugando con Yuta y Jeno; el primo de Taeyong; estaban esperándolo en la tienda cerca de la escuela y mientras ellos estaban sentados en una de las mesas con un par de bolsas de botanas abiertas, se las estaban aventando entre sí para atinar en la boca de los demás y en un pésimo movimiento del Tailandés fue a dar de cara con Yuta.
La situación fue divertida para los tres y en lugar de separarse y seguir con lo suyo aunque estuvieran incómodos, hicieron lo contrario y Ten se abrazó a los hombros de su mayor en broma.

Taeyong llegó justo en ese momento y una sensación negra se instaló en la boca de su estómago. Dió vuelta y sin más camino hasta su casa sin importarle los planes que ya tenía con los tres chicos.

Las relaciones no son miel con hojuelas, pero Ten no esperaba comer el cereal insípido tan rápido.

—Mi personalidad es así desde siempre Tae, tendrías que haberlo notado— al día siguiente estaban discutiendo. El castaño no dijo palabra alguna —Pero sobre todo debes de saber que con quién quiero estar eres tú, porque te quiero a ti. — hizo énfasis en lo último. —Eso es parte de las parejas, conocerse—

—Tal vez, creo que no te conozco— dijo Taeyong antes de irse dejando a Ten con un nudo formándose en su garganta.

Pero Ten sabía que lo que tenía con Taeyong era muchísimo más grande que está palabras, porque no solo a él le había dolido oírlas, a Taeyong le había matado decirlas y eso estaba a favor de Chittaphon.

Su estado de ánimo no era el mejor y se arrepentía de todas sus palabras y acciones. ¿Pero que podía hacer? No tenía el valor para darle la cara a Chittaphon y verlo pasar por aquí y por allá lo estaba matando. Jodidamente necesitaba a Ten junto a él

No fueron celos lo que sintió ese día, ni traición o algo por el estilo. Era miedo, miedo de que Ten descubriera algo mejor que él, una mejor sonrisa, mejores caricias, mejor compañía, mejor pareja.

Gracias a Yuta abrió los ojos y se dio cuenta de muchas cosas que estaba haciendo mal. Como su inmadurez o egoísmo ante el tiempo que le dedicaba, porque siempre hacia cosas que él quería y entonces ¿Dónde quedaba el tiempo de Ten, lo que Ten quería?

—Hyung...— las palabras de Ten salían con un tono de frustración. —Hyung...— y el mayor ignoraba sus palabras. —Tae—hyung...— los honoríficos taladraban en la cabeza de Taeyong. —Taeyong—hyung— y por fin TY se arrepintió de lo que había dicho y hecho. Ten jamás ocupaba los honoríficos con él, nunca le había dicho hyung, jamás. Sólo era Tae, Taeyong, TY, eran esos nombres que solo sonaban bien de la boca de Ten. —Hyung...— y una vez más salía de los labios de Ten.

El coreano había pasado su límite, giró sobre sus talones para encarar a su novio; no es mucho más alto por lo que chocaron y quedaron muy cerca del otro. —Cállate Ten— el mencionado había dado dos pasos hacia atrás y las palabras de Taeyong lo paralizaron por completo. —Por lo que más quieras cállate— y por primera vez Chittaphon se sintió pequeño.

Little Little ; TaeTenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora