V 1/3

2.4K 158 5
                                    

-Corre! Vamos, vamos!-.

Sentían la brisa golpear contra su rostro mientras corrían lo más que sus piernas podían, reían traviesos, riendo a carcajadas.

Se tuvieron que esconder en un callejón observando cómo aquella mujer pasaba de largo junto a su perro.

Comenzaron a reír soltando varios jadeos intentando regular su respiración, se vieron a los ojos observando cada una de sus facciones una vez más.

-Que locura-.

Sacó del trance a la joven una masculina voz que tenía un tono divertido.

-¿Porque sigo tus locuras Tae?-.

Hace un mes que se conocían, siempre siguiendo las locuras de aquel peligris, pues si, la joven había apoyado la idea del joven de teñirse el cabello de gris mientras ella se lo teñía de naranja. Se habían echo muy buenos amigos, sin contar el echo de que la joven se había enamorado de aquel peligris con un carácter realmente extraño pero divertido, debía admitirlo, se derretía por dentro cada vez que el contrario le sonreía o rozaban sus manos accidentalmente.

-Porque eres una amiga excelente-.

Amiga... esa palabra le dolía pero prefería dejarlo así a que confesarse alguien que tal vez ni sentía una mínima atracción hacia ella.

-Eres extraño-.

Confesó para luego sonreír, sintió su mano ser tomada con suma delicadeza, volteó la mirada hacia él peligris quien sostenía la mano de la joven, analizándola. Se ruborizó comenzando a balbucear para luego mejor callarse pues diría algo estupido al final.

-Tus manos son extrañas-.

Reprochó él peligris haciendo un leve puchero, tomando el dedo meñique de la joven para luego observar la cicatriz que tenía.

-Nunca me dijiste, ¿Cómo te sucedió esto?-.

Pregunto curioso el chico acariciando leve aquella cicatriz y observando aquel meñique sin una parte de la uña.

-Es algo que no me gusta recordar-.

Bajo la mirada observando igual su meñique para luego desviar su mirada a la mano del peligris.

-Mi mano no es la única extraña, tu mano igual. Tienes una extrañes que te hace lindo y único-.

Sonrío leve viendo los ojos de aquel chico, podía observar aquellos oscuros ojos brillar dando un pequeño toque dorado.

-Así que soy lindo? Vaya nadie me lo había dicho antes-.

Río un poco par luego ver de igual manera a los ojos de la pelinaranja, debía admitirlo, algo dentro de él se revolvía cada vez que veía a la joven reír, le encantaba hacerla reír pues el tiempo en que la llevaba conociendo se dio cuenta de que tal vez estaba enamorado de aquella joven con rizos extremadamente bellos.

-Me alegra ser la primera que te lo diga-.

Siguieron conectando sus miradas que emanaban un brillo hermoso, debían admitirlo, los dos estaban enamorados pero ninguno se atrevía a decirlo. Regresaron a la realidad al escuchar el sonido de los carros.

-Debemos irnos, es tarde-.

Soltó lentamente la mano de la joven para luego dar la espalda, apretando su pecho.

-Tae-.

Lo llamo tocando su mano, se sentía cálida legista a esa sensación, quería sentirla siempre, trago duro intentando regular su respiración, se sentía muy nerviosa.

-Si?-.

Volteo a verla sonriendo, mostrando aquella sonrisa cuadrada. La joven sonrío armándose de valor, era momento.

-Quisiera siempre tocar estas extrañas manos-.

Sonrío ampliamente observando aquella mano que sostenía la suya.

-¿Qué intentas decir con eso?-.

Río un poco a la vez que se ruborizaba levemente.

-Te amo Tae-.

Por fin lo había dicho, se sentía libre, tal vez la rechace pero se había quitado un peso de encima. El contrario abrió los ojos sorprendido mientras sus labios de igual manera se abrían poco a poco, balbuceaba palabras indescifrables.

-No tienes porque contestarme, se que solo me miras como una amiga-.

Bajo la cabeza pateando algunos rastros de pequeñas rocas que se encontraban en el suelo, podía admitir que se sentía frustrada pero a la vez libre de un gran peso.

El mayor elevó la cabeza de la contraría tomándola por las mejillas para ver sus ojos directamente, veía pequeñas lágrimas acumuladas en sus ojos, pasó su pulgar por aquellas lagrimas secándolas.

-Creí que era yo el que pensaba eso-.

Sonrío para calmar a la joven pues veía sus hombros tensos, la pelinaranja negó con la cabeza para luego acercar de igual manera sus manos al rostro del joven y tomar sus mejillas.

Conectaron nuevamente sus miradas sintiendo a la vez como sus respiraciones iban aumentando. Acercaron sus rostros hasta el punto de sentir sus respiraciones conectar, rozaron levemente sus labios sintiendo la suavidad de ellos, soltaron una pequeña risa mientras volvían a rozarlos una vez más.

-Solo roces?-.

Pregunto divertido el contrario viendo a la joven que tenía atrapada entre sus manos.

Negó levemente para luego juntar sus labios contra los del contrario comenzando un beso suave, sintiendo la dulzura de cada toque que daban aquellos labios, junto a su suavidad.

Definitivamente había sido bueno molestar aquella señora.

BTS One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora