Mi nombre es Ryu

207 17 4
                                    


Día 325, hora de la intervención 7:45 pm, el experimento numero 06 no presenta grandes cambios, las heridas tardan en sanar pero es mas resistente que una persona normal. Necesitamos que pueda canalizar bien su chakra para lograr el resultado esperado.
En aquella lúgubre sala, se paseaba una mujer con bata blanca, al parecer una ¿doctora? O tal vez ¿científica? No sabría decidirlo aquellas drogas que fueron inyectadas en su cuerpo hacían estragos en el, quería gritar, decir a los cuatro vientos que dolía, y sin embargo ahí estaba, con la mirada perdida dejando que hiciesen con él lo que quisieran, no era una persona, no tenia derecho alguno a quejarse, simplemente era uno mas del montón, algo reemplazable cuando ya no fuese de utilidad, furia era lo que sentía, en aquel pestilente sitio, eran tratados como unos simples conejillos de indias y todo ¿para que? Solo para satisfacer la curiosidad y poder de unos pocos hambrientos de obtener aun más. Había perdido la cuenta del tiempo en el que era torturado día y noche sin descanso en aquel horrendo laboratorio, e incluso perdió las ganas de escapar y seguir viviendo ¿porqué? Seguramente el mundo exterior era aun mucho mas aterrador. Los adultos son como bestias, se aprovechan usando palabras dulces..¡Puras mentiras! Cuando te das cuenta ya es demasiado tarde. Solo quería dejarse morir para de una maldita vez, estirar sus alas y escapar de aquel infierno.
Observo como revisaban si presentaba alguna anomalía mientras un hombre lo veía con superioridad como si realmente no valiera ni el aire que respiraba y se dedicaba a anotar todo lo dicho por aquella endemoniada mujer, Si esa monstruo vestida de oveja, que con engaños ha hecho de su entonces pequeña vida un martirio. Ella fue la perdición de su libertad.
-Keitaro- oyó a la causante de todo su mal, llamar al infeliz que hasta momentos antes se encontraba a su lado. -Adminístrale una dosis doble, si el resultado no es el esperado.- lo miro de reojo con desdén.- solo deshazte de él.
Debió imaginarlo, ya estaba cansado de todo esto, no iba a llorar, después de todo, tenia orgullo, pero..¿acaso el orgullo lo salvaría en ese momento? No, no lo haría y el tan solo era apenas un niño de 9 años, ¿Qué culpa tenia?. El asistente de la rubia se acerco a la camilla, su sonrisa retorcida daba miedo, traía en las manos unas jeringas con un liquido extraño. Tomo el brazo del niño y en cuestión de segundos clavo aquellas agujas de forma cruel en esa pobre piel. Apretando los dientes el numero 06 intento aguantar.
-Argh!!- aquel pequeño e indefenso niño comenzo a retorcerse de dolor..sus ojos comenzaron a escocer, sentía que por sus venas corría fuego quemando todo a su paso.
-Ahhhhhh!!- grito a lo alto inundando el lugar.- los aparatos comenzaron a fallar, las cosas se estaban saliendo de control.
-¿Pero que demonios ocurre Takeshi?!- grito furiosa aquella mujer con lentes.-
-Shion-sama!! Aléjese por favor- logro advertir el hombre mientras se alejaba a paso veloz de aquel mocoso.
En esa sucia camilla, un frágil cuerpo comenzo a convulsionar, tenia la mirada perdida ¿su hora había llegado? El cabello comenzo a adquirir otro color, un plateado hermoso y de sus manos, pequeñas garras comenzaron a formarse. ¡BOOM! Se escucho una explosión proveniente de esa habitación, el fuego consumía todo a su paso, ¿seria acaso esta la visión del veredero averno? Por los pasillos se podían observar los cuerpos de diferentes personas y a un pequeño de cabellos del color de la luna, manchado de sangre caminando mientras lloraba.
-M-mamá...p-papá..tengo miedo..- todo fue consumido por la oscuridad.-
-E-ehmm..d-despierta por favor.- sumire intentaba que el joven que llevo a su nuevo hogar, reaccionara, hacia varios minutos que de sus ojos salían pequeñas lagrimas mientras balbuceaba que quería a sus padres, aun ardía en fiebre, y Mirai sensei, salió a conseguir el resto de la medicina para poder tratarlo. Su identidad aun era desconocida, pero la había salvado y ella no podría dejarlo ahí abandonado a su suerte. Colocando nuevamente un paño con agua sobre su frente, intento despertarlo.
-d-discul...- en ese instante fue detenida en seco. El joven abrió los ojos de par en par al verla a su lado, no se podía distinguir nada en ellos, aquellos ojos parecían vacíos; de forma brusca sumire quedo boca arriba sobre el sillón con el chico sobre ella , apretándole la garganta, acaso ¿intentaba matarla? No forcejeo, aun si la falta de aire le producía un inmenso dolor, pues aquella persona aun seguía soltando pequeñas lagrimas mientras sus labios temblaban. En auto reflejo coloco una mano sobre el rostro del perturbado joven e intento sonreírle, demostrando que no había nada por el cual temer. Este reacciono asustado, soltó el cuello de la chica y se llevo las manos a la cabeza.-
-N-no!- repetía una y otra vez..-y-yo..- se observo las manos detenidamente, parecía que en cualquier momento entraría en un ataque de pánico.
Cualquier persona normal en sus cinco sentidos hubiera salido despavorida en busca de ayuda y que se llevasen a ese loco, pero al parecer ella era un caso especial, simplemente atino a abrazarlo, fue lo unico que se le ocurrio, sentía que si no lo hacia, lo perdería. El joven pelirrojo intento apartarla pero ella no lo dejaba, estuvieron forcejeando por un buen rato hasta que la respiración de este se escucho un poco mas acompasada, sumire se dedico a acariciar su cabello, no entendía por todo lo que debió haber pasado, pero sea lo que fuere, debió haberlo marcado.
-T-todo estará b-bien, y-yo estoy aquí.- tartamudeaba al hablarle pues, las lagrimas que salían de sus ojos comenzaron a hacerle difícil el expresar ¿será que acaso se estaría volviendo mas débil?, no, demostrar compasión por otros no es señal de debilidad. El pelirrojo aun desconfiando, poco a poco fue correspondiendo al abrazo, hasta que el cansancio y la fiebre lo venció. Sumire lo acomodo nuevamente en el sillón mientras cambiaba el paño de agua sobre su frente.
-Tal vez, no sea m-muy c-confiable.- decía la niña, -p-ero hoy, yo..cuidare de ti.-
El no dijo nada pero asintió con la mirada, no estaba en posición de quejarse y debido a su estado físico poco podría hacer. De golpe, en su mano sintió un apretón cálido, era la mano de aquella tonta, en verdad lo estaba intentando.
-¿C-como te llamas? Se atrevió a preguntar, sumire.
-No lo se..- recibió como respuesta automática. -Eso da relativamente igual.- con tristeza expresaba el muchacho.
-llámame como te apetezca.- sintió como el apretón en su mano se hacia mas fuerte, acaso ella esta ¿temblando?. Giro su rostro al lado contrario.
-tsk! T-tonta..no llores!- contesto molesto y avergonzado. -Siéntete afortunada, te daré el honor de que busques un estupendo nombre para mí.-
Esperen..¿qué? ¿Acaso él había dicho eso? ¿se creía un perro faldero? Rayos, eso no era para nada cool, estaba seguro, la conmoción del momento mas aquella tonta fiebre le estaban resecando el cerebro, él no confiaba en nadie entonces ¿Qué demonios lo había hecho actuar así? Suspiro pesadamente, ya pensaría en ello después, cuando sus neuronas volviesen a conectar y lo iluminara el uso de razón.
-¿Y bien?.- cuestiono con la voz pastosa, diablos sentía mucho sueño.
-uhmm- llevándose un dedo hacia su boca sumire coloco una expresión de estarlo pensando seriamente y por ultimo sonrió.
-Ryu.- con una resplandeciente sonrisa sumire termino de decir.
-¿R-ryu..? Exclamo en un susurro pues sus ojos se cerraron pesadamente, el sueño termino por vencerlo.
La puerta de la habitación se abrió, y por ella entraba una cansada Mirai con unos paquetes en mano.
-¿Qué tal nuestro paciente? Cuestiono divertida al ver la escena.
Su alumna la observo y aferrando aun aquella mano contesto,
-Ryu, estará bien..-
-¿Ryu?- pregunto la jounin, medito el significado de ese nombre y enseguida en su cabeza se comenzó a maquinar un plan. -es un muy buen nombre, fuerte, leal y de gran corazón, justo como el de un dragón.- dejo las cosas sobre la mesa, y se dirigió a su recamara. Mañana todo iniciaría.

¿You can start again?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora