Nunca olvides quien eres

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Se encontraba en un lugar completamente desconocido ¿Qué era ese sitio? Hacia unos momentos estaba siendo arrastrada por Ryu en plena calle y ahora...ahora se encontraba sola en aquella cueva, a lo lejos se lograba distinguir un par de voces, pero aquel eco hacia difícil poder reconocer a quien pertenecía. Con pasos temerosos Sumire decidió seguir avanzando entre la penumbra. Tenia miedo, no lo iba a negar, pero ella era ya una kunoichi echa y derecha, oprimiendo aquel colgante que siempre la acompañaba se dio ánimos y continuo explorando,
-Boruto-kun..Nue-chan...- susurraba mientras se adentraba entre las sombras.
-¿Ryu-chan? ¿Kagura-san?.- gritaba la joven. -¿Dónde están?.- aquel camino parecía interminable, ¿Cuánto tiempo se habría mantenido andando?, no lo sabia con exactitud. Comenzaba a sentir frio, pero aun así no se desanimo. Las voces que en un principio escucho se hacían mas claras, debía aguantar un poco mas, lo lograría.

-Cálmate! Te digo que no es lo que parece. Todo fue un malentendido.

-¿Acaso me quieres ver la cara de estúpido? Tsk! A otro perro con es hueso. Tú la quieres apartar de mí. No lo permitiré.

-¿Podrías por lo menos escucharme por un momento? Si sigues así, todo esto empeorara y eso es lo que él esta esperando, una oportunidad para quitarnos a ambos del medio y..-

-¡Cállate! No dejare que me arrebaten a mi familia. El mundo puede irse al demonio. Mientras..mientras pueda permanecer a su lado ya nada mas me importa!!.-

El sonido del choque entre un kunai contra una espada inundo la cueva. Una batalla se estaba llevando a cabo. Comenzó a correr desesperadamente, aquellas voces eran la de Ryu y Kagura. ¿Por qué las cosas habían terminado de esa manera? Debía impedir que se hiciesen daño. De la nada sintió como alguien la tomo del cuello y la levanto del suelo. Era un joven de la edad de su compañero, de ojos jade y cabello tan oscuro como la noche, pero, ¿Quién rayos era ese sujeto?
-hahaha, no creo que debas interferir en estos momentos, deberías dejarlos divertirse un poco mas.- expreso aquel misterioso chico.
Algo no andaba bien, ella se encontraba en serios apuros, pero percibía un aura de tristeza, ¿de donde provenía? Acaso era de ese muchacho? Intento colocar ambas manos sobre los brazos de su atacante y de una patada logro soltarse. Tosiendo pero manteniéndole la mirada saco unos shuriken de su porta kunais, esta vez no seria ella a quien deberían rescatar. De golpe una voz logro aturdirla, ¿Quién la estaba llamando? ¿genjutsu? No, imposible, Mirai sensei les instruyo bien como romperlos..¿entonces?.

"Niña de puro corazón.." ¿eh?¿que era eso? "si deseas salvar a tus amigos.." ¿de quien era esa voz? Sumire observaba a todos lados sin bajar la guardia.
-¿Qué tanto buscas?.- tomando posición de ataque Hiroshi le espeto.

"Forma un contrato conmigo y salva a Hiroshi..te brindare mi poder..portadora de la bestia del Nue.."

-¡Sera mejor que no te distraigas o será tu fin!- le grito mientras desenvainaba su sable y lo dirigió hacia ella. Por poco y no la cuenta dando una vuela en el aire Sumire lanzo los kunais y shuriken que tenia a su disposición, pero estos eran fácilmente desviados.
-¡Rayos!- maldijo por lo bajo, debía darse prisa, podía oír los lamentos de sus amigos, eran gritos desgarradores que lastimaban su corazón. ¿Qué demonios era esa cueva?.

"Si no decides pronto..los perderás a todos.." aquella voz no la dejaba concentrase, ¿a que se refería con perderlos a todos?. La pelea entre ella y Hiroshi la estaba agotando, el lucia levemente cansado pero no tanto como ella, había aplicado todo lo aprendido incluso aquí con la ayuda de Kagura, pero ese muchacho si que tenia resistencia. Solo fue un momento, vacilo por un segundo, y ese fue su gran error. ¿Qué acaso Ryu nunca le había dicho que jamás se confiara en un combate? Su enemigo no mostraría piedad.
-¡Ahhh!- grito Sumire, su pierna fue atravesada por la espada de su contrincante.-
-Veamos si podemos hacer esto un poco mas interesante.- un cristal apareció enfrente de ambos. Se podía observar como Kagura y el pelirrojo se mantenían a duras penas de pie, tenían magulladuras y cortes por todo el cuerpo. Esperen ¿acaso ese era el verdadero aspecto de Ryu? Sus manos parecían garras del cual gotas de sangre caían al suelo..¿su cabello no había comenzado a cambiar de tonalidad?..
-R-ryu..- con dificultad llamo sumire, pero nada, aquel vidrio era demasiado grueso para que sus palabras llegasen.
-¡Aaaahh!- grito, su hombro comenzó a sangrar, Hiroshi había clavado uno de sus kunais y lo retorcía en su piel provocándole un dolor incluso mayor.-

¿You can start again?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora