¿You can start again?

Exámenes Chunnin ¿En Suna?

Los días, meses y años seguían avanzando, el entrenamiento impuesto por Mirai sensei cada vez resultaba mas exhaustivo pero no se dejaban amedrentar, tenían una meta. Si, se acercaban los exámenes chunnin en Konoha y debían de estar bien preparados para poder asistir; ese había sido el requisito impuesto por la jounin, de lo contrario les negaría la inscripción. Habían pasado ya 4 años y medios desde que Sumire dejo atrás todo, en un principio fue duro pero a medida que corría el tiempo hizo nuevos amigos y tal cual como el hokage le aconsejo en su momento, ella pudo formar lazos mas fuertes que la misma sangre con personas de las cuales ella estaría  dispuesta a dar su vida si la ocasión lo requiriese. No lo podía negar, a sus 14 años , ella amaba a cada integrante del equipo Saturobi como si fuese su misma familia, cada uno de ellos fue capaz de llenar aquel vacío que su roto corazón anhelaba y cuanto los quería por eso. Estaba emocionada por volver pero esta vez no lo haría sola, ellos la acompañarían en esta nueva aventura y a cambio se encargaría de mostrarles todo lo bello de la aldea en donde nació. Posiblemente y el Nanadaime les daba el permiso de quedarse permanentemente en la villa junto a sus amigos pero si Ryu o Hiroshi no pudiesen, no sabría que hacer, significaban mucho en su vida sin mencionar también a Mirai, ella se había vuelto casi una madre y tal vez una hermana, la regañaba cuando hacia algo mal y motivaba para que mejorase como kunoichi y...

-Así no!- se escucho el reclamo por parte de su maestra.

-Aumenta la velocidad, al punto en que tu enemigo se le dificulte localizarte. Eres bueno con los venenos ¿no? una vez aplicado aprovecha el momento preciso en que baje la guardia  combina tu elemento raiton junto a tu katana. Y no vaciles! O podría traerte la  derrota.Explicaba

-¿quedo claro Hiroshi? Eres la espada, y Ryu el escudo; deben apoyarse mutuamente.

-Hai!.- respondieron ambos estudiantes al unísono, aquella combinación bien efectuada podría traerles la victoria pero si no cooperaban solamente harían las cosas mas difíciles. Actuando por separado no tenían inconvenientes, digamos que el pasado los hizo madurar mas rápido que una persona promedio utilizando cualquier medio para sobrevivir, el problema recaía en la confianza y liderazgo. Poseían buenas actitudes shinobis, el mismo Kazekage solía presenciar algunos de sus entrenamientos e incluso recibían la ayuda de su hijo Shinki sin embargo algo seguía fallando y eso era lo que Mirai debía eliminar.

-Si lo entendieron, continúen, no aceptare el fracaso me oyeron!.- rugía seriamente.

-Sumire.- llamo y espero por su estudiante.- Muéstrame tu avance en ninjutsu de regeneración.- solicito.

-Si Mirai sensei.- contesto a toda prisa mientras mordía su dedo pulgar y realizaba unos sellos.- Jutsu de invocación!.- grito la joven, haciendo aparecer a un joven lobo de plateado pelaje.
-¿En que puedo servirle mi  señora?.- pregunto la bestia

-¿Qué significa esto?.- cuestiono Mirai un poco desconcertada. -¿Quién y por que lo has traído aquí?.- seguía indagando.

-Su nombre es Toboe, su especialidad es la curación, me ayuda  a tener un mayor y mas rápido alcance. Déjeme mostrarle.- explico Sumire acercándose a unos pasos en donde tanto Hiroshi como Ryu se encontraban tendidos en el suelo con magulladuras a causa de la presión del combate que se había llevado acabo momentos antes. -Por favor Toboe-san necesito que me preste un poco de su poder.- pidió amablemente.

-Como ordene.- correspondió al pedido. De pronto un chakra de color azulino comenzó a brillar y pequeñas partículas comenzaron a volar en dirección a los compañeros de la joven. Esta se acerco a ellos y colocándoles una mano a cada uno, las heridas que antes tenían comenzaron a sanar rápidamente era algo extraño pero al mismo tiempo fascinante. Mirai no daba crédito de lo que sus ojos presenciaban, ella había estado instruyéndole lo básico de ninjutsu medico como lo es la palma mística ya que siempre se necesita de alguien que sepa dar primeros auxilios en un momento de emergencia pero no contaba con algo de ese calibre.
Minutos después ambos chicos se levantaban del suelo sin ninguna herida visible a la vista y con todo su chakra recargado o por lo menos la gran mayoría.