Capitulo 4

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Desperté, estaba tirado en el suelo en un lugar frio y oscuro ¿Una cueva tal vez? si era así, no ahora por favor...acababa de salir de una y ya estaba en otra. Sorprendentemente ya no me dolía la pierna y podía caminar tranquilamente pero ¿Por qué estaba solo aquí? ¿Dónde estaba Avery?

—¡Avery! -grite pero solo sonaba un eco y nadie respondía- << ¿Dónde estará ella?>>

Camine a ciegas por un rato hasta que encontré una especie de pasillo, conforme avanzaba tocaba la pared para no perder el camino. Al llegar al final vi una luz, al parecer era una antorcha que aún estaba encendida. Me acerque lo más rápido que pude para tomarla, me agache y la tome con una mano. Frente a mi estaba el cuerpo de una persona muerta, al verla me asuste y solté la antorcha, rápidamente la volví a tomar del suelo y seguí adelante. Este lugar cada vez me estaba dando más y más miedo, es tan solitario y silencioso.

Seguí caminando en busca de una salida o algo así pero esto era inmenso, estaba todo en silencio y no había absolutamente nada alrededor o por lo menos hasta donde alcanzaba a ver...estaba comenzando a desesperarme. Seguí por uno de los pasillos y en la paredes comencé a encontrar una cosa negra y pegajosa, daba algo de asco verla. No le preste mucha atención y seguí adelante. Llegue al final del pasillo pero no era muy diferente a todo lo demás, solo había algo que llamo mi atención...en todo el suelo había raíces como las de un árbol, pero no tenían una coloración normal, estaban negras como el carbón, decidí seguirla hasta encontrar de donde se originaban, conforme las seguía las raíces se hacían más gruesas y grandes. Llegue hasta donde se encontraba el tronco del árbol, un poco arriba pude observar algo extraño adherido al el tronco, subí por una de las raíces, la subida era algo espinada pero llegue hasta donde estaba esa figura extraña.

Estaba frente a algo extraño, lo mire detenidamente y parecía ser una persona...estaba unida al tronco del árbol, además de que estaba cubierto por una cosa negra que parecía piel o por lo menos así se veía. Aquella extraña sustancia solo cubria algunas partes de su cuerpo, la mitad de su cara estaba desfigurada como si la hubieran quemado y solo conservaba parte de su cabello. Podía apreciarse que llevaba una especie de armadura de acero o metal y en su lado izquierdo junto a su cadera estaba la funda de una gran espada.

—Disculpe... ¿Quién es usted? -Acerque mi mano un poco para tocarlo-¿Estas bien..?

De repente se movió bruscamente y me hizo retroceder, el me miró fijamente sin decir nada ni moverse, en ese momento comencé a tener un extraña sensación algo que no sabría cómo explicar pero el simple hecho de estar frente a él me hacía tener mucho miedo. No me acobardaría así que decidí hablar con aquel hombre.

—Me llamo Lea y...no sé cómo llegue aquí pero...me gustaría saber si hay una manera de salir de aquí... -estaba temblando un poco-

—¿Sa...lida?

—Si... ¿Sabe por dónde esta? -respondi nerviosamente-

Su voz era algo extraña, además parecía que apenas y entendía lo que yo le estaba diciendo

—No...salida, tú moriras...aquí...

Su voz sonaba tan calmada y daba tanto miedo, el acerco su mano hacia mí y con ella toco mi hombro. En el momento en el que me toco sentí un inmenso dolor que recorría todo mi cuerpo, tanto que me hizo perder el equilibrio y caí al piso, me retorcí del dolor y cuando me calme pude sentir que un poco de esa cosa negra estaba en mi hombro. Quite esa extraña sustancia de mi hombro y me puse de rodillas para tratar de levantarme. De mi boca salió algo de sangre, me sentía algo mareado pero aun podía mantenerme en pie.

—¿Q-que demonios eres? -Grite con enojo- 

—Puedo sentir...tu miedo...tu dolor...puedo ver tu muerte...

Kurh: La Enfermedad Del Bosque (Editando, En Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora