Secretos Incomprensibles

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- ¡Suelta eso, es peligroso! - El tono de voz de Carla cambia repentinamente, ahora suena aterrada

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- ¡Suelta eso, es peligroso! - El tono de voz de Carla cambia repentinamente, ahora suena aterrada.-

- Pero no está cargada. Bueno igualmente no iba a hacer nada. - Le responde su hermana.

- ¿A qué viene esto? -Pregunta Carla con su característico ceño fruncido.

- No lo sé.   

Carla: ¿Se lo decimos a papá?

Sara: No mira, si te parece nos la quedamos por si nos atacan los "Zombies".

Carla: Dámela. -Arrebata la pistola de las manos de su hermana con firmeza y energía.-

Sara: Carla, sabes que lo que haces no está bien ¿No?

Carla: ¿Quién me puede asegurar eso?

Sara: ¡Pues yo! Y papá seguramente también.

Carla: Tú misma lo has dicho, seguramente.  -Vocifera Carla.- Ni siquiera le conocemos como para saber lo que haría. Puede que sea nuestro padre genéticamente, pero no lo es psicológicamente, acuérdate de eso. ¿Me entiendes?

Sara no se inmuta, parece inmovilizada. Acerca cautelosamente su oreja a la puerta y susurra con motivación.

Sara: ¡Se acerca! ¡Se está acercando!

Carla le guiña un ojo a Sara. Las hermanas de cada vez se unían más, aunque a veces pareciera contradictorio. Vertiginosamente Carla disimula el arma entre las maletas de las adolescentes.

Arturo: Os he oído, ¿necesitabais algo? -Dice clavando su mirada en los ojos de Sara al igual que en los de Carla de manera repulsiva.-

Carla: ¿Qué has oído exactamente? Porque ni yo ni Sara te hemos llamado en ningún momento. -Carla le devuelve la mirada a su progenitor.-

Arturo: He oído mi instinto y no creo que sea tan malo interrumpir a mi hijas para ver si estaban a salvo.

Sara: Obviamente estamos a salvo, estamos contigo.

Sara vuelve a abrazar a su padre. En esta ocasión Carla también se une. Sus brazos se unen formando un círculo familiar. Sara no aparta la vista de la mano de su padre.

Arturo: Enseguida comemos, iremos a unas mesas que hay cerca del bosque. Así podremos comer rodeados de naturaleza.

Arturo abandona la habitación.

Sara: Al fin te muestras como una verdadera hija.

Carla: Se llama actuar para desvelar sus secretos más incomprensibles.

Sara: Pues yo no he actuado y he averiguado uno. -Presume Sara.-

Carla: Ajá.

Sara: Tiene un corte en la mano, puede ser porque estaba cocinando o porque...

Carla: Lo he pillado.  -Interrumpe quitando las ganas de acabar a su pariente.-

Sara: ¿Quieres averiguarlo?

Carla: Creo que deberíamos centrarnos en esto ahora. -Dice señalando con su fino dedo el arma encontrada anteriormente.-

Sara y Carla organizan sus cosas para su estancia en la cabaña. Carla se cambia de ropa para comer, un jersey de manga corta y cuello alto morado con un cárdigan negro, oscuro, como la noche que les espera. Se coloca su gorro gris y  sus vaqueros azul oscuro preferidos. Se pone sus botines y, preparada para salir, Carla aún espera a su hermana, quien hace las cosas más sosegadamente. Ella con su suave jersey de pelo blanco, unos tejanos y sus botas al fin está lista, eso sí, al cabo de 10 minutos.

Arturo: Por lo que veo ya estáis listas, ¿verdad?

La familia reunida abandona la hospitalaria cabaña para adentrarse en el grandioso bosque e iniciar un recorrido en la naturaleza.

La familia reunida abandona la hospitalaria cabaña para adentrarse en el grandioso bosque e iniciar un recorrido en la naturaleza

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