Estrambótico

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Sara se está acercando, lo presiento

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Sara se está acercando, lo presiento. Los pasos aceleran. Mi cabeza no para de girar. Abro los ojos y el sol me deslumbra.

- ¿Qué haces en el suelo Carla? - Me pregunta mi hermana en el momento en el que despierto.

- Nada, aquí, observando el cielo. Madre mía Sara, me he caído y no tenía el control de mis movimientos, no sé exactamente qué me ha pasado.

Sara me tiende la mano para ayudar a levantarme.

- Mis pastillas. Debí haberlas tomado antes de salir. La anemia me causa mareos, o incluso desmayos si no recuerdo tomarlas. Supongo que es difícil convivir con un tipo de enfermedad así, pero uno siempre se acaba acostumbrando. - Pienso mientras dirijo mi mano al bolsillo izquierdo de mi pantalón, de donde saco un pequeño estuche plateado.-

Lo abro lentamente esperando encontrar mis medicamentos. Nada, el estuche está completamente vacío.

- Sara, ¿Yo me he tomado las pastillas antes de llegar? - Pregunto indignada mientras intento resolver el problema lo antes posible.

- No, pero ¿te encuentras bien? -Dijo Sara al ver que mi rostro entristecía.

- No, si no tomo mis pastillas algo malo podría pasar. Tengo que ir a la cabaña a buscar más en mi maleta. -

- Carla, ¿quieres que te traiga yo tus pastillas? Será mejor que no te muevas mucho, tus defensas están débiles sin tanta hemoglobina. -Se une Arturo a la conversación.

- Está bien, hazlo. -

Algo no va bien, tengo un ligero presentimiento.

- Carla deberías venir a ver esto. - Exclama Sara señalando la basura que se encontraba a su lado.

Un cubo de basura repugnante, lleno de comida podrida, trozos de tela, hojas sucias, latas... y ¿pastillas?

- ¿M... mi... mis pastillas?

- Eso estaba pensando yo, ¿son éstas las tuyas?

- Creo que sí, ¿qué está pasando? Sara, ¿he tirado yo las pastillas y no lo recuerdo? -

- No, tú has estado a mi lado cada segundo que ha pasado desde que vinimos a comer al bosque. -

- A no ser que... -

- A no ser que ¿qué? ¿Que alguien te haya robado tus pastillas para que te desmayases y así poder secuestrarte? -Me interrumpe Sara con rabia en cada palabra que le sale del alma.

- Pues sí. -

- Pues creo que no. Oye, ¿crees este acontecimiento sería algo gracioso para poner en nuestro blog? Ya me imagino el título: "Mi hermana se desmaya, no creerás lo que pasó *LE ROBAN LAS PASTILLAS* | Acabamos en el hospital"

- Sara, a veces no comprendes la gravedad de las situaciones, ojalá me entendieras. -

Un ligero silencio incómodo abunda el bosque tras mis palabras hacía Sara. No hay ruido. No hay desorden. Pero...

- ¿Necesitáis ayuda? -Comenta un chico de aproximadamente unos 19 años, de pelo oscuro y ojos grisáceos.

Su voz es agradable, pero aún así hay algo que no me gusta, sus expresiones, sus gestos, son muy macabros.

- No, pero gracias - Explica mi hermana.

- Soy Christian, Christian Cortés. - Se presentó el desconocido.

- Sara y Carla. - Digo señalándonos.

- He oído que os han robado unas... ¿pastillas? -

- Sí.-

- No os preocupéis por eso, siempre pasan vándalos indefensos por el bosque. De hecho ayer mismo me robaron una libreta, suele pasar.

- ¿Qué te trae por aquí? - Indaga Sara.

- Vengo de intercambio con mis compañeros de clase desde América, pero hablo el español con fluidez porque tengo familia en España.

- Interesante - Vuelve a contestar mi hermana.

El chico se va caminando, mientras mueve lentamente su mano de lado a lado. Su sombra se desvanece al entrar a la profunda arboleda.

Una personalidad lúgubre. Prácticamente vacía. ¿Qué le pasa a este chico? Al mirar no transmite sentimiento, parece estar... muerto. - Pienso mientras disiento con mi cabeza intentando convencerme de que no está pasando nada estrambótico en nuestras vidas.

- ¡Qué raro es este tío! - Parafrasea Sara - Ya que estamos tan aburridas, sin nada que hacer, qué te parece si vamos a hacerle un visita a Chris.

- ¿Qué? -

- Podemos investigar, ¡como en las películas! -

- Claro, como en las típicas películas de terror en que las protagonistas mueren, ¿no?

- No, como en las típicas películas de investigación en que las protagonistas encuentran algo extraño, algo que no encaja y ayudan a resolver un crimen y salvan a la sociedad.

- ¡Estás flipando mucho! -

- Podemos probarlo. - Una grata sonrisa aparece en el rostro de Sara, haciéndose cada vez más grande, inundando su cara.

- ¿Cómo me convences siempre para hacer estas tonterías? Venga, muévete, en marcha.


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