RINNE

11.- Juego

Bueno creo que aquí se notó que no tenía una parte donde corregir bien el capítulo ni cambiarle las fuentes ni nada, lo siento por eso..
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Juego
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-NOOO -grito intentando abrir de nuevo la puerta, en vano. Por más que golpeara esta no cedía, llorando -¡NO! ¡YUTO! ¡YUTO!... no... No me dejes tú también...

-yuya, voy a entretenerlos –hablo desde el otro lado – así que ustedes dos huyan

-no, no quiero, no, no tienes que hacer esto, teníamos que volver juntos, los 4 –siguió tratando de abrir la puerta pero esta empezó a desvanecerse, alterándolo –no... ¡No!

-¿Recuerdas lo que te dije hace tiempo?... yo creo en ti, sé que podrás lograr todo lo que te propongas pero así como yo creo en ti, necesito que tu creas en mi ¿De acuerdo?

-no así, no te sacrifiques de nuevo –pidió desesperado

-Tienes que irte, hasta llegar al centro ¡Rápido!

-Yuto

-¡Vete! Sé que Yugo y Yuri están bien, son demasiado necios y energéticos, no te preocupes por nosotros Vete

Se mordió la lengua, sabía que tenía que hacerlo, su corazón no quería irse pero debía hacerlo, si no, todo sería en vano, volviendo a correr alejándose de donde alguna vez hubo una puerta. Corriendo sin descanso hasta que el paisaje cambio, parecía una clase de cueva llena de cristales que salían tanto de las paredes, del suelo y del techo.

-...al fin...-vio aquel extraño altar de cristal sacando la pequeña luz de un tenue lila de su bolsillo – lo logramos –la coloco allí, limpiando sus lágrimas aunque estas no se detenían –aquí estarás a salvo, ahora iré a rescatar a mis amigos, volveré en un rato –le dijo sin obtener una respuesta. Alejándose de donde tanto esfuerzo le tomo llegar, deteniéndose justo al principio de la cueva

¿Acaso eres estúpido? –el pequeño muñeco que ahora realmente era una copia exacta de Yuri le hablo, apareciendo –tus "amigos" se mueren para lograr que te salves y vas de regreso a morir también, que falta de consideración

¡¿Falta de consideración?! ¡Se le llama ser imbécil! ¡Imbécil, imbécil! –Le grito con notable enojo el que ahora lucia igual a Yugo - ¡Un imbécil! ¡Sakaki Yuya es un imbécil! ¡Llorica, ingenuo e imbécil! ¡Gran estúpido!

-...No...-murmuro respirando hondo, mirando a los dos juguetes con determinación –solo hago lo que ellos harían por mí –piso fuera de esa cueva, caminando sin importarle aquellos juguetes

¿Cómo puedes estar tan seguro? Parece ser que no lo entiendes, tu, gran idiota, solo demuestras nuestro punto – cuestiono el muñeco de cabellos rosados – no importa lo que hagas, no puedes escapar de tu destino

¿Tienes idea de cuántas vidas son arruinadas por tu sola existencia? –apareció poniéndose frente al chico –mejor dicho, no quieres creernos, tienes miedo de que sea verdad, de caer en la oscuridad como nosotros lo hemos hecho...pero...-sonrió el juguete de cabellos negros, idéntico a Yuto

-Desde hace mucho habías caído en la oscuridad

-¡¿Zarc?! –se alarmo, queriendo retroceder al verle allí, frente suyo con esa sonrisa que le helo la sangre

-se han montado todo un conmovedor numerito, tan predecible y cliché –comento riéndose con sus ojos dorados brillando con una intensidad inhumana – sigamos jugando, Yuya, hasta que me aceptes en tu alma

-.-.-.-.-.- tiempo atrás -.-.-.-.-.-.-

Se dejó caer sobre su cama, estaba demasiado cansado ¿Por qué no podían tener un momento de paz? Si no era la familia de Zarc, era cualquier otra cosa, Dennis, los habitantes furiosos de New Heartland, Kurosaki...y ahora la posibilidad de perder a sus "hermanos"