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Freddy se encontraba muy feliz.

Irónico, ¿verdad? El día anterior estuvo a punto de matarse, pero ahora...siente que todo va a mejorar. Las esperanzas volvieron.

Reharía su vida. Con su hermano. Desde cero. Se iría lejos y de distraería con otras cosas...solo para no pensar en Golden.

Pero hay veces en las que no puedes escapar de tu pasado. Por más que intentes huir, no hay escapatoria. Siempre algo te lo hará recordar.

Y en el caso de Freddy...lo que le hacía recordar a Golden era todo su maldito dinero que gasto en varias cosas en su casa, para su mamá, para su papá y para él mismo (no mucho, porque se sentía culpable)

Había dinero de Golden en cualquier parte de su casa. Dinero transformado en objetos, en la felicidad de su madre...

Ese dinero era tan sucio como él. Y eso...maldita sea, eso le hacía sentir la persona más horrible del mundo. Y lo era, ¿verdad?

Freddy no podía mantenerse feliz ni un minuto. No podía. Cualquier cosa le hacía recordar lo horrible persona que es.

Pero tenía que ser fuerte, por su hermano.

Vamos Freddy...—se dijo a sí mismo, mientras tomaba algunas cosas y las colocaba en su mochila. En un rato iba a salir a ver a su hermano y quería mostrarle muchas cosas divertidas, para que engañarlo. Si. Engañarlo. A él también le iba a engañar. Le diría que todo estaba bien cuando no lo estaba. Le diría que sus padres fueron muy buenos con él en su ausencia. Le diría que le va muy bien en el amor. Le diría todas las mentiras posibles...con tal de verlo feliz y de ver aquella sonrisa que tanto extrañaba.—Tú puedes.

Fueron las últimas palabras antes de dirigirse hacia la puerta, ya listo.

Antes de abrir la puerta, escucho cómo alguien daba unos pequeños golpes.

¿Quién podría ser?

De todas maneras, cualquier persona que fuera. No podría quedarse conversando o algo parecido. Tenía que ver a su hermano ya. El horario de visitas no es para siempre.

En fin, tenía que abrir la puerta ya. Seguramente la persona ya se abría ido...los golpes casi ni se escuchan. Tal vez se confundió, se dio cuenta rápido y se fue. De todas maneras tenía que abrir la puerta para salir.

Y eso fue lo que hizo.

Desde este punto, todo comenzó a verse como una novela romántica.

Miles. Miles de colores vivos. Con tan solo abrir la puerta miles de colores se hicieron presentes. Para envolver al castaño y al rubio como antes.

Habían diseñado su propia burbuja. Ambos.

De esta forma, se quedaron viendo un largo rato. Y parecía que se iba a quedar así. Todo era perfecto. Freddy no dudaba en aprovechar estos segundos para contemplar el rostro ajeno. Aguantando las fuertes ganas de abrazarlo.

Amor.

¿Qué es amor?

Freddy.—pronuncia su nombre firmemente, tan muy serio que le partía el corazón al castaño escucharlo así, ya que siempre pronunciaba su nombre o se dirigía a él tan dulcemente. Pero verlo, oh Santo cielo, con tan solo ver a ese rubio su corazón volvía en sí. Y ahora mismo tenía unas grandes ganas de besarlo un millón de veces, abrazarlo con todas sus fuerzas y sobre todo...sentir su amor otra vez.

Golden...—en el rostro del joven castaño se dibujó una bella sonrisa. Las cosas estaban mejorando.

Ya estoy aquí, di lo que tengas que decir.—el rubio desvío la mirada. No podía mostrase como un ingenuo nuevamente. No iba a caer de nuevo.

"Dinero" || #FNAFHS || GolddyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora