L'immensità

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Enero 2014
La más grande fiesta del año se acercaba, "las vendimias" era la mejor época del año para las cosechas de la familia.
Mis hermanos eran los más entusiasmados, ya faltaba menos de 2 semanas y ya cada uno tenía sus atuendos preparados para el día. Cassilda y yo haríamos la presentación de la inauguración, era fácil solo teníamos que decir un par de palabras para agradecer a los compradores y patrocinadores por hacer del evento algo especial, después mi abuelo subiría al podio y cortaría el listón, así era la mayoría de los años. En ese entonces yo solo tenía 18 años, al igual que Cassilda; Lucas mi hermano mayor tenía 22 años, él estudiaba negocios internacionales en la universidad de Milán, Dante tenía 21 años él estaba estudiando contabilidad en la universidad de Florencia y el más pequeño, Damián tenía 19 años, estaba estudiando el bachillerato como nosotras.
Había llegado la hora de la inaguración; en un podio grande con vista al público, aproximadamente 200 personas y alrededor del 20% de ellas fotógrafos. Cassilda vestía un vestido de color negro largo con una avertura que dejaba ver su estilizada pierna, además de un escote en V; mientras mi vestido era de un tono rojo fuerte, casi guinda, con escote pronunciado y con la misma avertura de la pierna; los vestuarios habían sido escogidos por los diseñadores y sástres contratados por mi padre. La inaguración terminó bastante bien, se tomaron demasiadas fotos y entrevistaron a todos los Corelli como la familia más poderosa de Italia.
Después de tantas sonrisas falsas y contacto físico con personas que jamás en la vida volvería a ver, nos dirigimos a disfrutar de la fiesta.
El viñedo se encontraba en la parte alta de las montañas de San Remo, el lugar se llamaba Piamonte. Aproximadamente eran 180 hectáreas que se fueron comprando a lo largo de los años. La entrada de la parte comercial se encontraba en el norte de la propiedad, donde colindaba con un río pequeño pero igualmente hermoso con una gran vista para los visitantes; al lado de la entrada comercial como a 800mts estaba la finca de la familia, era más bien una hacienda; de ésta misma manera todas las construcciones se relacionaban entre sí, como el área de producción con el área de embarcadero y la tienda original, puesto que el vino se consideraba de los más clásicos en Italia, esta propiedad estaba destinada a hacerle un homenaje a la belleza.
Me estaba dirigiendo a la hacienda para cambiarme de atuendo a uno más cómodo y natural cuando me tropecé con una persona, la cual por accidente ligeramente golpeé. El hombre de traje negro con corbata roja volteo demasiado alterado buscando una explicación de por qué había derramado caro champán en la maga del saco.
-¿Acaso estás ciega?, fíjate dónde caminas.- dijo enojado, limpiando la manga del saco.
Al ver como se dirigió a mi, alcé la mirada para ver el rostro de tan despreciable hombre. Como era de imaginarse, ese hombre era Bruno Tatalia, de la misma familia que años antes habían tratado de matar a mi abuelo e incluso a mi propio padre. No le dirigí la palabra y ni siquiera la mirada, seguí mi camino como si eso no hubiera ocurrido, estaba demasiado feliz para ponerme a discutir con un mediocre que no aceptaría la disculpa de una mujer, menos de una Corelli. Seguí mi camino.
-¡Pero qué tanto he sido!, Mandira Corelli que gusto encontrarme contigo.- dijo tomándome el brazo de una manera muy busca. Inmediatamente quité su brazo de mi.
-Lo lamento, el gusto parece que no lo comparto, si me permites tengo muchas cosas que hacer- le respondí en un tono cortante y dirigí mi mirada al móvil un mensaje de Cassilda; "ven pronto Piero está en la tienda esperándote".
-Pero qué dices bella, ¿así tratas a un amigo de hace tiempo?- dijo Bruno.
- Sí de ésta misma manera- me retiré lo más pronto posible para no retrasarme más.
Piero Barone; es alto, fornido, usa lentes y tiene una increíble personalidad, a pesar de ser uno de los hombres más atractivos de Italia y todo el mundo, tenía una humildad increíble, una que ni en mi propia familia había visto jamás, sin embargo él ya tenía novia, una mujer bulgar a mi parecer pero él la amaba demasiado. El verano pasado tuve inicios de un amorío con él, llegué a irme por 2 meses a vivir a Sicilia, sin duda el mejor tiempo de mi vida, le tomé mucho cariño tanto que me enamoré de él, paseamos por todos los lugares de Italia, coincidíamos en gustos musicales por lo que siempre íbamos a conciertos o presentaciones juntos, a todos lados, siempre juntos. Pero él nunca notó mis sentimientos hacia él y el último día tuvimos una pelea por lo que tome el primer vuelo directo a San Remo, desde ahí no lo volví a verle hasta esa noche cuando la vida como la conocí cambió.

El centro de San RemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora