Fino alla fine

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Habían pasado ya aproximadamente 9 meses después de la muerte de su padre.

El 16 de septiembre sería la próxima boda más esperada del centro de Italia; los pormenores ya habían sido cubiertos, todos los arreglos y la organización ya estaba completa, únicamente faltaba esperar la fecha en la que la mujer más polémica de la cuidad y el gran tenor de Italia contrajeran matrimonio.

Mandira no había tenido suficiente tiempo para arreglar su boda como cualquier novia lo haría, los asuntos y negocios de la familia la tenían bastante ocupada; estaban trabajando en el lanzamiento de una nueva línea de vinos, en honor a su boda. En cuanto a Piero, estaba terminando una gira por Asia.

Un mes antes, Mandira se dio el tiempo de encargarse de su boda. Cassilda la acompañó para ir a recoger el vestido de novia y los últimos arreglos de la boda.

Se habían mandado invitaciones a lo largo del mundo. Se esperaban al menos 600 invitados.

El día había llegado y todo estaba listo, Mandira lucía un hermoso vestido blanco con detalles en encaje y un velo hermoso hecho a mano, la ceremonia fue totalmente amena y única ya que fue celebrada al estilo italiano; saliendo de la iglesia los novios caminaron con la familia a sus espaldas llegando a la hacienda Corelli, ahí se llevó a cabo la fiesta.

Piero y Mandira estaban colocados en una mesa diferente a los de los demás, Mandira estaba acomodando su vestido y Piero conviviendo con sus amigos y familiares a la entrada del lugar.

Bruno Tatalia no había sido invitado a la fiesta, sin embargo, mucha de su gente estaba ahí presente ese día, por lo que no fue difícil entrar al lugar. Se esfumó de la gente de seguridad que se había contratado ese día, eran las 10:30 p.m. y entró a la cocina, en sí había muy poco personal. Ese día se iba servir la nueva línea de vino de Mandira. Tatalia encontró a un mesero y lo tomó del brazo sacando un billete de su saco y mostrándoselo al mesero.

- Si dices que nunca me has visto, son tuyos - le dijo susurrando a su oído.

- Aunque claro, tengo más, solo que necesito urgentemente que hagas algo - le comentó sacando una especie de bolsa con un polvo blanco.

La gente de Tatalia estado espiando a Mandira durante los últimos meses y al juzgar por lo que ella había pedido que se arreglase un poco más grande el vestido en la zona del abdomen podían derivar que Mandira estaba embarazada, aunque ella no lo había aceptado públicamente, no antes de la boda. El polvo que traía Tatalia contenía sustancias para hacer abortar a Mandira, su plan era ponerlo en el vino con el que brindaría ella.

El mesero lo colocó en la copa y lo disolvió hasta que no se notara el contenido.

Sin embargo, Dante había llegado cinco minutos más temprano a la cocina porque quería saber si el vino lo iban a servir a temperatura ambiente o frío, cuando se dio cuenta de que Tatalia estaba ahí, se quedó escondido en silencio detrás de la mesa escuchando la conversación que se entablaba ahí.

Tatalia abandonó el lugar en seguida que el mesero había vertido el polvo en la copa.

Dante corrió a avisarle a Mandira de lo sucedido pero había mucha gente esperando hablar con la novia, cuando se asomó a ver cuál era su posición, vio que el mesero se acercaba a ella con la misma copa para ofrecérsela, ella lo aceptó y continuo recibiendo regalos de los invitados. Dante empujó a los que esperaban en la fila, pero se tropezó con el pie de alguno de los individuos y se calló alcanzando a jalar el vestido de Mandira haciendo que la copa se cayera de su mano y Dante se cortara en un extremo del brazo y el dorso, aparte de fracturarse el pie a causa de la caída, el vestido de ella había quedado roto de un costado y manchado de sangre de su hermano. Piero le ayudó a levantarse y juntos fueron al hospital más cercano. Los encargados de seguridad tomaron a Mandira y la llevaron lejos del lugar para que estuviera fuera de peligro.

Al final, la boda se había cancelado.

Mandira escucho atentamente todo lo que paso de los labios de Dante. Bruno Tatalia había sido el culpable de ello.

Ella con el coraje a flor de piel, salió de la sala de hospital dónde se encontraban, seguida por Piero.

- Mandira, ¿estás bien? – preguntó entre dientes Piero.

- ¡No, absolutamente no estoy bien! Por dios, los Tatalia tenían problemas con mi abuelo y mi padre, gracias a ellos los dos están muertos, ¿qué más quieren? Ya me cansé de ser yo la que siempre sufre, por esa misma razón de mis hermanos ninguno toma el puesto, simplemente son una estúpida familia que busca destruir la mía – dijo Mandira casi sollozando.

- Ninguna familia es perfecta y lo sabes mejor que nadie, ese fue el riesgo que quisiste correr Mandira, también me asusta a mí, no quiero perderte, ni a ti ni a nadie más, no quiero ver cómo te desmoronas sin hacer nada, dejaste pasar la muerte de tu abuelo en vano, después la de tu padre, no hagas lo mismo con la de nuestro hijo. Si no haces algo tú, lo haré yo mismo. – admitió desesperado Piero.

Mandira con un vestido roto y ensangrentado tomo un carro y se dirigió lo más rápido posible a la residencia Tatalia.

Cuando iba saliendo del lugar, tomó los vidrios caídos de la copa y los guardo.

Iba llegando a la zona de la vivienda de Bruno Tatalia, ahí habitaba con su esposa que al igual que ella estaba embarazada.

Mandira dejo el carro en las afueras de la casa y encontró la entrada caminando, no se atrevió a tocar, buscó por algún lugar la ventana de alguna habitación.

Encontró la entrada al cuarto principal, Bruno estaba despojándose del traje para regresar a dormir. Mandira trepó por el balcón de su ventana y se introdujo a la habitación, procuró no hacer ruido mientras subía aunque era imposible, el vestido era muy largo y se atoraba en las ramas de la pared.

Logró entrar, escondiéndose detrás del espejo espero los próximos dos minutos en lo que Bruno se encontraba totalmente acostado.

Mandira escuchó los pasos de su esposa cuando se acercaba a él, pero se detuvieron y marcharon en la dirección contraria.

Ella no se sentí completamente segura de lo que estaba por hacer, pero siempre fueron ellos los culpables de todas las muertes de sus seres queridos y nunca habían pagado el dolor que sentía ella.

Se acercó a la cama donde descansaba Bruno y tapó su boca con un extremo del vestido blanco que llevaba puesto, actuando de manera muy sigilosa, sacó el pedazo de cristal y lo enterró debajo de la garganta de Tatalia, viendo de qué manera se desangraba; como si el dolor reprimido de Mandira saliera a la misma presión de la sangre de su tejido.

Bruno Tatalia murió degollado la misma noche que murió el próximo hijo de Mandira Corelli.

Habían pasado 3 horas del acontecimiento y no se sabía nada del paradero de Mandira, Piero se empezó a preocupar y buscó en todos los rincones de San Remo. No encontró nada.

Un día después se encontró su cuerpo sin vida.

A las orillas del puente Vecchio en Florencia, una anciana encontró un cuerpo de una mujer vestida de blanco, las autopsias dicen que se desangro causa de un aborto, posteriormente, murió ahogada. Su nombre era Mandira Corelli.






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⏰ Última actualización: Dec 05, 2017 ⏰

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