cap. 4

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Entré a la clase de literatura, una clase que ya tenía el año pasado así que no me lo pensé mucho y me senté en el mismo sitio que entonces. Los pupitres estaban separados de dos en dos, porque a la profesora le gustaba mucho hacer trabajos por parejas.

–Dime algo, ¿las clases de esta mujer no te parecen de lo más insufribles? – la chica de atrás me preguntó y yo me di la vuelta antes de esbozar una sonrisa.

–Alexis, tú eres más insufrible que ella. – le guiñé un ojo a mi amiga/prima de mi mejor amigo. – ¿Cómo lo pasaste en Corea?

–Me harté, pero fue genial, tienes que venir un año con Heath.

–Ojala. – volví a sonreírle a mi amor de la infancia.

Alexis era... La chica más preciosa y generosa y amable y cariñosa y... Muchas cosas más, que había conocido en mi vida. Tampoco es que conociera a muchas chicas pero desde luego hacerlo no cambiaría nada. Tenía el pelo corto con un flequillo que le enmarcaba la cara. Unos ojos grandes y rasgados que siempre acompañaban a una radiante sonrisa. Ah, Alexis. Era... Simplemente la chica de mis sueños aunque hacía meses que no pensaba en ella, así que nuestro amos había pasado a mejor vida. Aunque nunca hubo nada correspondido porque ella.... A ella no le iban esas cosas, ni yo nunca tuve el valor de decirle nada al respecto.

–Fui al restaurante de tus padres el sábado. Esperaba verte allí. – me contó. – Tu madre me dijo que estabas haciendo una fiesta de pijamas con Heath.

Noté mi cara enrojecerse cuando dijo eso y mi corazón acelerarse. Y esa era otra de las razones por las que nunca saldría conmigo. Soy un pringado.

–Me dolió que no me invitarais. – bromeó – Por cierto, tu cara...

–Un accidente.

–Me gusta, estás sexy.

Abrí los ojos como platos mientras ella me guiñaba un ojos y con sigilo miré al frente y me hundí en mi silla con una sonrisa tonta en la cara.

–¡Hola clase! – saludó la profesora entrando. – Siento el retraso, pero es que mi marido es un hijo de puta que ha decidido quitarme el puto coche. – todos nos miramos sin saber que decir, mientras la profesora nos contaba su vida amorosa y su proceso de divorcio.

–Bueno, que si, resumiendo. Que soy la profesora suplente y que solo estaré aquí unas cuantas semanas así que haced una redacción porque si hacéis algo de provecho no os va servir para nada porque no estaré aquí. Redacción sobre un compañero de clase, por parejas.

Me di la vuelta para llamar a Alexis pero el chico de mi lado me puso una mano en el hombro.

–Ronald, tu vienes conmigo. – me guiñó un ojo y yo entreabrí los labios mirando a Alexis de reojo, que empezaba a hablar con el chico con cuerpo de atleta que tenía a su lado.

NOOOOO

–¿Ronald no es nombre de reno? – preguntó mi compañero mientras sacaba una hoja y un boli y yo hacía lo mismo.

–Mmm, no... Ese es Rudolf. – respondí arrugando la nariz.

–¿Estas seguro? Yo creo que no. – respondió y yo abrí la boca pero no me dejó contestar. – Entonces... ¿Tenemos que entrevistarnos el uno al otro y escribir sobre lo que sabemos del otro?

Apreté los labios encogiéndome de hombros y volviendo a mirar a Alexis, escuchando que el chico le decía "me gustan las chicas asiáticas"... JA JA JA, gilipollas.

–¿Me estas escuchando? – el moreno que tenía como compañero llamó mi atención y yo abrí los ojos como platos. – Vale, préstame atención cuando te hablo, yo empiezo.

R O S E S  {s.m}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora