Capitulo 6: (Parte 2)

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Hola, como el capítulo anterior me demore mucho en subirlo y no sé si esta semana y la próxima pueda actualizar, aquí les dejo uno. Espero que les guste  •-•.

(...)

— ¿Qué?

Pero ella no añadió nada más y me llevó fuera del salón, cerrando la puerta en mis narices.

— ¿Qué? — pregunté de nuevo.

— ¿Con quién hablas? —Sana apareció a mi lado y se quedó mirando la puerta cerrada.

—Con la puerta —digo sarcástica y me alejo.

Durante la clase de historia el profesor nos ordena sentarnos en lugares separados pero aun así soy bombardeada por decenas de pequeñas bolas de papel donde ella formula un montón de preguntas tontas sobre lo que quería
conmigo Park Jisoo.

—Estas siendo muy histérica —le digo cuando salimos del salón.

—Solo quiero saber que es lo quería…

—No te interesa.

—Claro que me interesa eres mi amiga y estoy preocupada por ti.

—Se cuidarme sola —respondo cortante.

—Yo sé que sí, sólo necesito que sepas una cosa... —dice susurrando y me
toma de la mano para camine tras ella.

Prácticamente a base de jalones me lleva hasta el baño.

Una vez a dentro revisa cada uno de los cubículos para cerciorarse que
estamos sola y al comprobar que no hay nadie dentro cierra la puerta. La
situación difícilmente podría ser más extraña, no sé si reírme o salir corriendo.

— ¿Ahora qué?

—Hay algo que debes saber sobre Park Jisoo —susurra mirándome
fijamente.

Me cruzo de brazos y pongo los ojos en blanco.

—Sana…

—Park Jisoo es…

—Ya lo sé —le suelto de pronto, no puedo seguir en ese juego— No le veo nada de malo, es su vida y yo no tengo que entrometerme…

— ¿Lo sabes?

Asiento.

— ¿Quién te lo dijo? ¿Fue ella?

Estaba a punto de soltar el nombre de Jungkook, pero afortunadamente recapacité a tiempo. Si le contaba de  mi charla con su hermano ella querría saber qué interés tenía en Park Jisoo y esa pregunta ni yo misma podía responderla.

—Tengo mis fuentes —le respondí con el mismo tonito de misterio que
ocupaba ella cuando quería hacerse la interesante.

— ¿Te lo dijeron tus padres?

—A ellos no les importa la profesora Jisoo en cuanto no me fastidie…

Sana se recarga en la pared.

—Es un asco cierto…

Miro a mi amiga extrañada, Jisoo podía ser todo lo pesada que quisiera… pero ¿un asco? Estaba segura que jamás en mi vida había visto a una mujer tan hermosa.

—¿Lo dices por sus preferencias? —pregunto extrañada.

—¿Por qué mas va a ser?

—Es raro que precisamente tú la estés juzgando —las palabras salen de mi
boca sin que las hubiese meditado.

—¿Por qué lo dices? —pregunta entrecerrando los ojos y acercándose.

Me encojo de hombros. Una voz en mi cabeza me grita que corra.

—Porque no hay que juzgar a nadie por sus preferencias, cada quien tiene derecho a…

—No me compares con Park Jisoo —susurra amenazante.

—No lo estoy haciendo yo nunca…

—He notado como la ves… como la defiendes de todos… como te desvelas haciendo una y otra vez sus trabajos para que te queden perfectos… —
continua susurrando de una forma que me eriza la piel— ¿Te gusta ella?

Finjo reírme para disimular mis nervios.

—No digas tonterías…

— ¿Te gusta a pesar de lo que es?

—Sana basta, lo digo enserio…

—No me has respondido si te gusta…

—Claro que no me gusta.

Se pone muy seria, está peligrosamente cerca de mí.

—¿Y te gusto yo?

Esa pregunta no me la esperaba. Vuelvo a reír nerviosa y me hago a un lado pero Sana me toma del brazo y nuevamente me acerca a ella.

—¿Te gusto Tzuyu?

Nunca en mi vida me había preparado para ese momento.

—Eres mi mejor amiga —susurro despacio, midiendo mis palabras.

Me estaba llevando a un terreno peligroso. A un campo minado donde cualquier paso en falso nos podría destrozar a ambas.

—Si yo te gusto sería diferente —dice casi en mi oído— soy tu mejor amiga, ambas nos conocemos.

Desliza su dedo despacio sobre mi mejilla.

Cada vez que se acercaba yo la sentía más lejos. Estaba cruzando una línea invisible y a partir de ese momento nada sería igual entre las dos.

Inhalé su perfume que tan bien conocía, el olor a cereza de su brillo labial, sentí la suave piel de su rostro hacer contacto con la mía. Cuando sus labios estaban a una pulgada comencé a sentir el estómago revuelto y unas ganas terribles de vomitar.

—Tzuyu —susurra casi sobre mi boca.

En ese momento la puerta del baño se abre escandalosamente, ambas nos
giramos sobresaltadas, hay casi una docena de personas apretujadas en la entrada mirándonos boquiabiertos, los de adelante contienen la respiración, los que están atrás se paran de puntillas para ver mejor.

Yo no lo resisto más y ahí, sobre la ropa de mi mejor amiga, comienzo a
vomitar.

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SI FUERAS MIA(JITZU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora