Capitulo 12: (Parte 2)

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Ella hace un sonidito raro.

—No en literatura.

Mi corazón da un vuelco.

¿Qué tanto pudo haber visto o escuchado?

— ¿Por qué lo dices? —esa pregunta es la más difícil que he formulado en la vida.

—No sé —de pronto se detiene— me doy cuenta que tú y la profesora son
muy amigas.

Me la pienso dos veces antes de girarme hacia ella.

En su mirada hay rabia contenida.

—No somos muy amigas. No sé de qué hablas…

— ¡Deja de fingir! Si aquí hay una estúpida, te garantizo que no soy yo.

Doy un paso atrás. Mi amiga es diez centímetros más alta que yo, va al
gimnasio desde hace dos años y ya la he visto enojada antes. Aún que nunca conmigo, no de esa manera.

— ¿Qué rayos te pasa? Actúas como si yo hubiera hechos algo malo.

— ¿Y no fue así?

—No te estoy entendiendo. Ve al grano.

— ¿Qué hacías con ella?

—No te tengo que dar explicaciones.

—Soy tu mejor amiga.

—Y ahora mismo te estas comportando como una loca.

Puso los ojos en blanco.

—Has estado saliendo con ella —sentencio— te estaba tomando de las manos frente a mis ojos —tiene los dientes apretado y la mirada encolerizada— y… alguien vio que… que…

Parece demasiado horrorizada con las palabras como para decirlas en voz alta.

— ¿Qué vieron? —la cuestiono impaciente.

—Estuvo en tu casa el sábado.

Lo dijo como si fuera un delito, un pecado. Habló con tal expresión de horror que más bien parecía haberse enterado que estaba consumiendo drogas o que participé en una orgía.

Aunque de alguna manera me aliviaba que no hubiese
visto otra cosa.

—No tengo por qué darte explicaciones.

— ¿No lo vas a negar siquiera?

Respiré profundo. La conocía perfectamente, sabía que pensamientos estaban
cruzando por su cabeza y lo que más me aterraba era que la metiera en
problemas por mi culpa.

—Sana, déjame en paz, lo digo enserio, no tengo por qué darte explicaciones de nada.

— Tzuyu si se supone que soy tu mejor amiga entonces debes confiar en mí.

—Y confió en ti —le digo— pero últimamente no te conozco. Te has estado comportando muy raro…

—Me pasa lo mismo contigo —confiesa— pero te quiero y quiero recuperarte.

—No sé de qué hablas.

Se acerca a mí y me sostiene de los hombros.

—Aléjate de Jihyo. Ella no es quien tú crees.

Su contacto me da nauseas.

La miro sin entender nada, actúa como si estuviera ebria o enloqueciendo. Y empezaba a creer más en la segunda opción.

—Te juro Sana que ignoro el problema que tuvo tu hermano con ella o los motivos que te hacen odiarla, pero es una persona sensacional, me agrada y
lo que yo haga o no con ella a ti no te incumbe.

— ¿Ya hicieron algo?

—Si. Almorzamos juntas —le suelto— Fue a mi casa por unos libros de mi
madre. Ahora lo sabes ¿contenta? Pues largo.

—Me parece que ella tiene segundas intenciones.

— ¿Qué?

—Dime lo que sabes de ella —exige sin soltarme.

No sé a dónde quiere llegar pero esa es una buena pregunta, durante los
almuerzos hablamos de libros, de mí, de mis padres, de mis habilidades
artísticas, de mis gustos musicales, de mi desempeño escolar, incluso de mi gato. Pero yo solo sabía que se llamaba Park Jisoo, que daba clases de literatura y que había trabajado en una universidad.

Doy un paso atrás alejándome antes de volver a vomitarle encima.

—Yo no te debo explicaciones de nada Sana...

— ¿No te ha dicho que es una zorra?

Eso es más de lo que puedo soportar.

—No aguanto tus estupideces, cuando te controles me buscas…

Doy media vuelta para alejarme.

— ¿Te dijo que estuvo en la cárcel?

La ignoro.

Pero ella corre hasta mí y me sostiene del brazo como minutos antes lo había hecho Jihyo. Aunque esta vez intenté soltarme, pero el agarre de Sana era firme y tenía las uñas enterradas en mi carne.

—La querida profesora de literatura está jugando contigo. Como lo ha hecho siempre con sus alumnas, ¿No te ha dicho por que perdió su trabajo en la universidad?

—Déjame en paz —susurro amenazante y esta vez Sana entiende que ha llevado mi paciencia al límite.

Camina alejándose de mí pero repentinamente se gira y suelta la última gota de veneno que tenía en la lengua.

—Puedes no creer, pero busca en internet…

La conocía desde siempre. Ha tenido una copia de las llaves de mi casa desde la secundaria. Era mi mejor amiga y ahora la estaba odiando.
¿Qué rayos le sucedía? Uno puede odiar a un profesor, por ser flojo o
demasiado exigente, pero no al grado de inventar una historia absurda sólo
para que tu amiga lo odie también.

El resto de la mañana fue una tortura, ni siquiera tenía el valor de caminar por el pasillo que daba al aula de literatura por temor a que Sana anduviera husmeando. Jihyo ya la tenía sentenciada por el director, yo lo había oído perfectamente, una sola falta y quien sabe qué suerte correría. No quería ser la alumna buscona que puso una mancha negra en su expediente y menos quería verla enfrentándose a mis padres.

Un millón de catástrofes pasaban por mi cabeza, no me pude concentrar en
ninguna materia y al final salí regañada por más de un profesor. Al concluir la última clase hice lo más prudente que se me ocurrió. Irme a casa.

Seguía molesta por mi altercado por Sana, pero ahora que había dejado a
mi profesora a salvo, lejos de mí, podía escuchar más allá de los reproches de mi amiga.

Siempre había alardeado sobre saber cosas de Park Jisoo, pero ahora
prácticamente me había gritado que la profesora había hecho algo realmente malo para que la echaran de la universidad. Dijo que había jugado con sus alumnas… que estuvo en la cárcel.

Veneno, te quiere envenenar en su contra eso es todo. Me advirtió la voz de mi conciencia.

Pero al llegar a casa movida por un impulso desconocido caminé dando
grandes zancadas hasta mi habitación y encendí mi laptop.

Tardó una eternidad en cargar la página principal de google y otra más en generar resultados de la búsqueda con los términos “Park Jisoo”.

La información que Sana tenía estaba en la página web de un periódico,
más específicamente en la sección policiaca.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Sé que ya fue Navidad pero se los tenía que decir:

🎅🎆FELIZ NAVIDAD🎆🎅

Cómo fue Navidad hay una posibilidad que hoy también suba otro capítulo.

SI FUERAS MIA(JITZU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora