Leo toda la noticia una, dos... más veces de las que puedo recordar pero las necesarias para saber de memoria al menos la mitad del reportaje.
No sé cuánto tiempo paso mirando la pantalla, esperando que todo eso
desaparezca de pronto, descubrir que estoy alucinando, que es una mala
broma, que es un sueño.Pero la noticia sigue ahí, las palabras que el reportero usó hacen eco en mi habitación. Y lo que siento no se puede resolver apretando los puños.
Cierro la laptop con fuerza y la lanzo contra la pared. Me levanto y de un manotazo tiro el caballete donde estaba a medio el hacer el dibujo de un paisaje en calma. Pateo las latas de pintura salpicando con mil colores la alfombra. Golpeo la pared con fuerza hasta que mi mano enrojecida y
ensangrentada es incapaz de seguir respondiendo a mi furia. Pero el dolor físico no es suficiente para aplacar mi rabia, salgo de casa azotando la puerta y comienzo a correr, en algún lado leí que el ejercicio era bueno para apaciguar la ira. Pero esta me persigue hasta un pequeño parque a seis cuadras, necesito calmarme, me siento cansada, adolorida, con ganas de asesinar a alguien y mi mano clama por atención.Intento levantarla, mover los dedos y revisar los daños. Pero es inútil, una
lagrima se escurre por mi mejilla, duele como el infierno, y no es lo único que me está torturando. Me siento sobre el pasto a espaldas de un viejo árbol.
Ahora solo quiero llorar, levanto las rodillas y recargo mi frente en ellas
adoptando una posición fetal. Necesito calmarme, alejar mis pensamientos de todo aquello que me lastima, pero parece imposible, el dolor en mi mano es un recuerdo latente de aquel reportaje sobre Park Jisoo.Ella me dolía. Me dolía haber flotado en su nube, que no era más densa que el humo de un cigarrillo y ya se había disipado, tal y como llegó, sin que yo tuviera tiempo para meter las manos o intentar defenderme. Aunque siendo realistas, allí, a miles de kilómetros sobre la tierra, era imposible hacer nada por mí
misma.No quería definir con palabras porque Park Jisoo me afectaba de esa
manera. No quería exponer la realidad ni siquiera ante mi misma porque podía escucharse ridículo y también en gran medida por que todas las expresiones que conocía para hablar de lo que sentía por mi profesora me parecían demasiado pequeñas, huecas.Solo sé que hay personas que no son para ti, personas que sencillamente no son para nadie, y la profesora Jisoo era una de ellas.
- ¿Tzuyu? -una voz que acaricia las letras de mi nombre cada vez que lo
pronuncia llegó hasta mis oídos.Primero creí que era un sueño, una maldita pesadilla. Así que decidí ignorarla.
-Tzuyu, ¿qué ocurre? -insistió.
Levante la cara, con los ojos ardiendo y mis mejillas húmedas.
Ella se quedó petrificada una fracción de segundo, pero inmediatamente
después se inclinó a mi lado. Intentó tocarme pero rápido me hice a un lado y no volvió a intentarlo de nuevo, se limitó a estudiarme con la mirada y sus ojos no tardaron en localizar mi mano amoratada y temblorosa.- ¡Por Dios...!
Por primera vez la veía con el pelo recogido, unas gotas de sudor resbalaban por su largo cuello y vestía con ropa deportiva que acentuaba más su perfecta figura. Era más que evidente de dónde provenía su talento para engatusar a chicas que tenían casi la mitad de su edad.
Ella se sentó cerca de mí. Quiso tocarme pero de nuevo la evadí.
- ¿Qué pasa Tzuyu? -susurró con tanta ternura que por un segundo creí que le importaba la respuesta.
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SI FUERAS MIA(JITZU)
FanficCuando Zhou Tzuyu cruzó la puerta del salón de literatura no se imagino que ese era el inicio de una importante historia. No se imaginó que estaba a punto de enamorarse, ni siquiera alcanzo a sospechar que pronto sería víctima de una de las más crue...