Capitulo 8

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El tiempo seguía avanzando, la vida de todos seguía el curso normal, cada uno con sus alegrías, penas o problemas, todo depende de la mirada que le quieras dar, siempre con mucho trabajo y por sobretodo amor, amor del bueno.

Finalmente Poncho había regresado a México hace 3 días, ya había tenido el tiempo suficiente para reacomodarse a su rutina de costumbre, como también a que Diana volviera a trabajar, después de varias entrevistas habían conseguido a la persona idónea para que cuidara de Dani, recomendada por una prima de Diana, ya que también había cuidado de sus hijos, así que eso los dejaba más tranquilos, lo que si les costaba era dejarlo solito, pero tenían que hacerlo, incluso por el bien de Dani para que se pudiera acoplar a quien lo cuidaría de ahora en adelante.

Una vez que lograron despedirse de Dani y de haberlo llenado de besos, emprendieron rumbo juntos a sus respectivas actividades, Poncho fue a dejar a Diana hasta el edificio donde trabajaba para después ir un rato a entrenar al gimnasio.

Poncho: (en el estacionamiento del edificio) Nerviosa?

Diana: Mas bien ansiosa

Poncho: Tienes que estar tranquila, sabes que es tú área lo harás increíble

Diana: Pues si, pero llevo tanto tiempo fuera

Poncho: Y eres tan inteligente, trabajadora y esforzada que no te costara nada volver a entrar a este mundo

Diana: Gracias, sin tú apoyo sería mucho más difícil

Poncho: Mi apoyo lo tendrás siempre, ahora vete o se te hará tarde

Diana: Tienes razón, nos vemos en la noche

Poncho la tomo por el cuello y le dio un beso, deseándole suerte para luego verla alejarse desde su auto, lo puso en marcha y se dirigió hasta su gimnasio.

EN UNA ESCUELA DE MÉXICO

Fede: Y que dices me vas a ir a ver?

Ana Pau: No creo, ya sabes que no me van a dar permiso

Fede: Pero tienes que ir, como voy a pelear sin mi amuleto de la suerte

Ana Pau: Y yo que tengo que ver con eso?

Fede: Pues que mi amuleto eres tú (la tomo por la barbilla y le dio un sutil beso) ándale te necesito conmigo

Ana Pau: Te juro que iría feliz, pero es que no me dejaran

Fede: Pero si le dices a tú mamá, que vas a la casa de una amiga, no tienes porque decirle que vas a verme a mí en una pelea

Ana Pau: Lo intentare, no te prometo nada

Fede: Te enviare la dirección, peleo a las 12 aprovechando que salimos temprano hoy, cuídate hermosa

Federico era un chavo nuevo en el cole, era dos años mayor que Ana Pau y ella apenas lo vio quedo hechizada, era el chavo más guapo que había visto. En el cole Ana Pau era conocida por todos, ya que su familia era muy reconocida en todo México partiendo por la tía, pero jamás imagino que un chavo mayor se le acercaría, la primera vez que le hablo casi se desmaya de la emoción. De a poco empezaron a hablar cada vez más y acercarse mucho mas, se podría decir que actualmente estaban saliendo.

No le decía nada a sus papas por miedo, no era tonta, sabía que era muy mayor, claro solo eran dos años, pero si comparamos la realidad de un chavo de 14 con la de uno de 16 son totalmente diferentes, solo le había contado a Any y seguiría sus consejos, iría lento, primero lo quería conocer y era importantísimo ir a esa pelea, era su amuleto no le podía fallar.

She Is BackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora