Apenas el primer dia que Yuuri pasaba en la abadía, y aun no podía creer lo que el engreído de Nikiforov le había dicho después de un escaso intercambio de palabras, como si estuviese en el derecho de ponerlo por debajo de todos sólo por ser un omega, sólo porque no le habló de manera complaciente y sumisa a la primera, cómo si él le debiese nada. Yuuri ni siquiera había querido estar allí en primer lugar. A sus ojos, Viktor era como cualquier otro alfa, posesivo, creyendo que solo por el hecho de tener un linaje mas puro, pueden hacer lo que les venga en gana.
Yuuri, nunca había compartido esa opinión, es más, se había prometido a sí mismo que nunca estaría con un alfa, de ninguna manera posible, que se casaria con un Beta y que todo estaría resuelto.
Pero ahora...ahora con esto, ya no sabia que hacer con su vida. Sentía que esa decisión se la habían arrebatado sin más. Yuuri era una de esas personas perfecciónistas que tienen planeado cada aspecto de su vida, sabia que carrera queria estudiar, sabia en donde quería estudiar y sabía que tenía que hacer para conseguirlo, pero su padre había conseguido arruinarlo.
Eran las ocho de la mañana. No había podido dormir en toda la noche, la habitación que le habia dado Viktor era muy grande, demasiado grande para su gusto, se sentía muy incómodo. Había un gran ventanal que cubria casi toda una pared, lo cual daba la ilusión de que aquella gran habitación era inclusive más amplia, abrumándole aún más, ninguna cortina que la cubriese y le ayudase a minimizar dicha incomodidad, igualmente la cama era inmensa, podía estirar sus extremidades por completo y aun así no alcazaba los bordes de la misma, todo era demasiado grande... Demasiado vacío. Y por si fuese poco, a todo eso le sumábamos a que era la primera noche en sus venticuatro años que dormía fuera de casa. No se sentía cómodo allí, y no era un secreto en lo absoluto.
Estuvo toda la noche mirando a través del enorme ventanal, a veces prestando atención a lo que ocurría afuera, a veces divagando en su mente, esperando a que amaneciera; cuando por fin vio que era una hora más o menos decente para hacer sentir su presencia en dicha habitación, se levantó y tomó un baño.
Poco despues de eso, Yuuri se encontraba nuevamente en la cama, ya vestido con ropa nueva y limpia, viendo su teléfono vagamente con tal de distraerse, cuando unos leves golpes en su puerta llamaron su atención.
—Disculpe molestarle, señor Katsuki, pero el amo Viktor solicita su presencia para el desayuno— la voz de una de las mucamas que atendían la mansión se escuchó del otro lado de la puerta.
—Emm... Si, voy enseguida— Yuuri no sabía exactamente que rayos quería Viktor con él, no era cómo si el alfa le hubiese dado mayor detalle del porqué de su estadía la noche anterior, pero estaba claro que el sexo no era una opcion viable. Él no se lo daría tan fácilmente.
Se levantó perezosamente de la cama, sentía el cuerpo pesado, sin ánimos, pero no había de otra; guardo su teléfono en su bolsillo y salió de la habitación.
Aunque a él no le gustaran para nada las casas grandes, tenía que admitir que la abadía Nikiforov era una cosa magnífica, tenia unos hermosos toques victorianos que le daba un aire elegante. Le gustaba, aunque no quisiera admitirlo, no en voz alta.
Algo que admiraba Yuuri de si mismo era su buena memoria, porque, aunque la abadía era majestuosa, también era muy fácil perderse en sus amplios corredores y casi laberinticos pasillos, sin embargo, con el rápido recorrido que se le proporcionó ayer del lugar había podido memorizar los pasillos hasta llegar al comedor sin problema alguno.
Ya allí el dulce y ciertamente atractivo aroma de la comido entró por sus fosas nasales y se fue directo a su estómago, ciertamente tenía hambre. Al ingresar a la basta habitación que hacía de comedor pudo ver nuevamente a aquel hombre que desde que llegó no había hecho más que ignorarle, después de la incómoda escena de ayer en las escaleras éste no le había dirigido la palabra en lo que restó de día, ni siquiera en la cena; entonces, la misma pregunta volvía ¿Para qué le quería Viktor Nikiforov allí?
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INNOCENT (Viktuuri) Omegaverse
ParanormalSe podría decir que la inocencia es un atractivo muy fuerte; para Viktor Nikiforov, es un atractivo insuperable, y cuando conoce a Yuri Katsuki, un chico de 24 años de cabello corto del color de la noche y unos hermosos ojos color chocolate, que con...