¿Podría alguien morir de corazón roto? Probablemente Viktor Nikiforov estaba a punto de averiguarlo.
El hombre que poseía el teléfono celular de Yuuri había llegado a la abadía hace no más diez minutos, era un joven Alfa no mayor de veintitantos años, Nikiforov casi podía olfatear la inexperiencia de ese pequeño esbirro, pero sin duda emanaba un olor que conocía perfectamente, ese hombre había estado por lo menos un metro cerca de Yuuri, era la única manera de que ese vestigio de olor estuviese en su ropa, lo puso en sus cinco sentidos, Alerta, dispuesto a atacar.
El muchacho estaba atado a una silla y con varios electrodos que iban desde una batería de auto previamente cargada a su entrepierna, normalmente no usaban esos métodos tan arcaicos sin embargo la situación lo ameritaba «al parecer de Viktor» justo en medio de una habitación que se solía usar para este tipo de casos, no torturas precisamente, pero si una que otra charla. Christophe estaba parado en la puerta observando, más que todo, procurando que Viktor no matará al chico, la situación estaba muy cruda para ir por ahí matando gente, no obstante, Nikiforov se encargaba de la situación a puño limpio, a el nunca le tembló el pulso para hacer este tipo de cosas y está no sería la primera vez, a diferencia de Giacometti el si estaba preparado para matarlo con tal de tener información del paradero de su amado omega
La "charla" comenzó, Viktor se movía de aquí para allá, olía a peligro, pero más que todo, era la desesperación de un alfa
-Te preguntarás qué haces aquí.
Sin embargo, el primero en hablar fue Chris, con un semblante serio, cargado de ironía, sinceramente no estaba jugando, él también quería información y la quería ya.
-¡Y-yo no he hecho nada, Libérenme por favor, yo nunca le he buscado pelea a los Nikiforov, ¡por favor!
El joven peleaba desesperado, buscando sin éxito zafarse de las esposas que le tenían sujeto a esa silla sin siquiera percatarse de que Viktor ya la miraba con un semblante asesinó...el verdaderamente odiaba a las personas chillonas como este.
-Silencio...-Sentención severo-estás aquí por qué tienes algo que no deberías tener...cuéntame- Viktor a solo centímetros del muchacho-¿por qué tienes esto? ¿De dónde lo sacaste? No hagas que pierda la paciencia-Nikiforov tomo el celular que estaba en una mesilla y se lo puso en la cara. -¡Dime! ¿De dónde carajos sacaste esto?
Sin previo aviso, el puño de Nikiforov impacto en la cara del joven sin piedad, probablemente aflojando le uno que otro diente, y acabando con es agraciada cara que tenía el joven, una verdadera lástima. Para luego dirigirse hacia la batería de auto y conectar los polos haciendo que una gran carga eléctrica viajaré a todo el cuerpo del Chico, sacándole un grito desgarrador.
-¡Maldita sea para! -Grito el alfa menor con lágrimas en los ojos. Y con un desgarro en su garganta
-¡¿de dónde sacaste este teléfono maldita sea!? ¡Dime! - Hace ya un tiempo las palabras «Razón y Límites» habían abandonado el cuerpo y la mente del Nikiforov, no había mucho que hacer.
-M-me-me lo dieron- Soltó a duras penas.
-¿Quién te lo dio? ¡Responde ¡-Viktor Parecía un perro rabioso, al que le habían quitado su mayor tesoro.
La cara de terror del Alfa menor era indescifrable, el sudor le recorría toda la cara mezclándose con las lágrimas que había dejado escapar gracias al dolor que los choques eléctricos le causaron, pero a pesar de todo no iba a hablar, quería, pero no podía, el solo era un peón en este juego de ajedrez, ¿que importaba si él hablaba? no es como si lo supiese todo, si el moría "el rey" lanzaría otro peón y así, todos se mueven. A su Favor, a su conveniencia.
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INNOCENT (Viktuuri) Omegaverse
ParanormalSe podría decir que la inocencia es un atractivo muy fuerte; para Viktor Nikiforov, es un atractivo insuperable, y cuando conoce a Yuri Katsuki, un chico de 24 años de cabello corto del color de la noche y unos hermosos ojos color chocolate, que con...