Estaba atontado, no sabía muy bien que sucedía, el último recuerdo que había en su memoria era ese sentimiento de arrebato, le habían quitado algo. Ver a las mujeres que estaban parado frente a él le helo la sangré, las miradas eran estoicas, frías, ninguna de las dos poseía alma, y a una de ellas la conocía muy bien, estaba atado con las manos en la espalda, sentado en una silla de metal, en una habitación completamente diferente a la anterior
Vanya estaba parada delante de él, cruzada de brazos, sus ojos verdes le atraparon y le enterraron en un juego de adivinanzas, su cabeza empezó a maquinar todo, ella estaba ahí, ella había provocado esto. La rusa se acercó lentamente a él, tomo su barbilla y le vio directo a los ojos, con una cara de asco no dudo y golpeó la mejilla del Nipón, una y otra vez, las cachetada pasaron a ser puñetazos, le daba con ira, ella no golpeaba a Katsuki Yuuri en su cabeza trastornada ella estaba matando a golpes a Viktor Nikiforov.
Sin embargo Yuuri no emitía sonido, aún estaba vivo, pero su cara no se inmutaba ante los impactos, desde el momento en que no sintió a Viktor Yuuri se sentía muerto, tampoco sentía a su cachorro, ese vacío dejo a lo pobre chico en un estado de shock casi irreversible, pero eso no le importaba a ninguna de las dos mujeres que se encontraban en aquella habitación con el.
—¡Todo esto es tu maldita culpa! ¡Viktor nunca me aceptó por estar esperando a Su destinado!—La mujer no paraba de golpear la cara y el cuerpo de Yuuri— ¡¿Cómo alguien tan poca cosa como tú puede merecer a Viktor!? ¡Me quitó a mi hijo! ¡El Mato a mi Hijo! Pero iba amar al tuyo!¡Eso no es justo!.
Cuando la joven ojiverde se detuvo Yuuri estaba irreconocible, su preciosa cara estaba colmada de moretones y había reventado varias venas de sus ojos y nariz, su cuerpo estaba magullado, además de haberle roto varias cosillas.
Yuuri solo pudo ver cómo la chica se alejaba con aquella otra mujer siguiéndole por detrás, sus ojos botaban lágrimas de dolor, el dolor físico que se presentaba en ese momento no era nada comparado con aquel dolo tan desgarrador que era no sentir a su alfa y de haber perdido a su cachorro. Escupió sangre y una terrible tos se apoderó de él, cada impulso de su pecho era como estar bailando encima de fuego, dolía como el infierno siquiera poder tomar un poco de aire y el Nipón estaba bastante consiente de que la probabilidades de tener una hemorragia interna eran demasiadas.
Se empezó a sentir bastante débil, ni podía mantener sus ojos abiertos, lucho pero al final el último pensamiento que pasó por su cabeza fue dedicado a su hijo no nato.
«Perdón, falle en protegerte»
Después de eso sus hermosos orves color vino se pagaron.
Viktor Nikiforov enloqueció aquel día, el pánico lo había consumido y al igual que su padre, la locura de perder a su Omega le desató una pena y dolor inmenso, Chris en un acto desesperado decidió llamar al padre de Yuuri, sus conocimientos médicos ayudarían a calmar al hombre además de que era la única persona que se sabía la situación de cabo a rabo.
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INNOCENT (Viktuuri) Omegaverse
ParanormalSe podría decir que la inocencia es un atractivo muy fuerte; para Viktor Nikiforov, es un atractivo insuperable, y cuando conoce a Yuri Katsuki, un chico de 24 años de cabello corto del color de la noche y unos hermosos ojos color chocolate, que con...