C I R C U S | Fack

Second Day

*Ese es el Finn Wolfhard de mi historia, o bueno, sólo imaginenlo con el cabello largo.

Me había vuelto a quedar dormido. Leí que cuando tienes depresión se supone que eso haces; dormir hasta ya no despertar.

Yo no quería despertar, pero supuse que el destino ya me traería muerte más tarde. No hoy.

-¿Ya estás mejor? -Habló Finn cuando me levanté. Él estaba vistiendose con velocidad de el otro lado de la habitación y yo estaba acostado en su cama.

-Sí... Gracias por lo de ayer...

-Por lo de hace unas horas.- rió.- De nada, uh...

-Jack, lo siento.

-No te preocupes.-Terminó de vestirse, quedando en una camisa blanca, las medias, los pantalones cortos... Lo mismo que hace ya 5 días en la función. Yo terminé de levantarme.- Te voy a llevar de regreso con Marcus... ¿Él te está recibiendo, no? A mí también me recibió.

-No quiero volver con Marcus.-Dije, con atisbos de duda ante su rostro pensativo.

-Tienes que volver antes de que se dé cuenta, lo siento.-Me miró al fin a los ojos. Me costó mucho mantenerle la mirada.- Al menos hasta que te asignen habitación oficial.

-Bueno... ¿Y eso hasta cuando será?

-No lo sé muy bien, pero seguro no tardarán mucho. Quizás hoy mismo te cambien.

-Vale.

Finn tomó mi brazo y comenzó a caminar. Ya había más luz que hace unas horas, el paisaje seguía gris pero al menos ya se distinguían mejor las cosas. Ahora que ya veía más, podía ver que los senderos no eran tan infinitos como lo había visto hace horas.

Pasamos el reloj en el poste, que ahora marcaba las 7:30, y unas cuantas cabañas, y llegamos; la reconocía porque era especialmente más grande que las otras.

-Te voy a ver más tarde ¿cierto?

Él no dijo nada, sólo hizo una seña de que guardase silencio y se fue. Al parecer el elenco principal debería despertar más temprano que los demás, ya que vi a muchas personas con trajes llamativos y que había visto ayer practicando, saliendo de sus "habitaciones".

Cuando iba a entrar a mi carpa temporal, Marcus salió alborotado, asustándome.

-¡Niño! ¡¿Dónde te habías metido?! -me tomó de los hombros con brusquedad, logrando lastirmarme.

-S-sólo fui al baño.- logré articular.

Él me miró mal, y luego me metió a empujones a la carpa. Rezaba porque no se hubiese dado cuenta de mi falta en la noche.

-¿Ya sabes donde está el baño? -preguntó incrédulo una vez estuvimos dentro.

-N-No, pero había... Hay un árbol.- dije, sin siquiera saber si había árboles en esta zona. Soy un imbécil.

Él suspiró, así que me calme un poco.

-Menos mal, niño. Me habías asustado.- Fruncí un poco el entrecejo sin hacer contacto visual con él.- Si te pierdes aquí, y alguien te encuentra, puedes perjudicarnos a nosotros, y si quieres perjudicarnos, tendremos que amenazarte para que no pienses en eso. ¿Quieres estar amenazado?-negué con terror y rapidez.- Buen chico.

Tocó mi cabello con su áspera mano.

-Vístete, vas a ir a ayudar a los del elenco principal. Yo te diré quienes son.

Acate a sus órdenes y me vestí lo más rápido que pude con ropa que ya había ahí. La mía al parecer debía ser destruida, y esa iba a ser la que iba a usar.