Fifth Day

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Me desperté antes de que el sol saliera, por unos deditos que me picaban el costado. Me levanté un poco y vi a Jack agachado, con los ojos bien abiertos.

-¿Qué pasa... Qué hora es? -cerré un ojo y lo tallé con sueño.

-Son las... ¿Me acompañas al baño? E-es que no sé donde está, y me da miedo despertar al tipo de la puerta.

Sonreí inconscientemente y asentí. Me levanté y me estiré.

-Ven.- susurré. Cuando estuve seguro de que Jack me seguía, lo guíe entre las camas y las hamacas*  hasta lo que era un rinconcito con una cortina y una cubeta. Sí, el baño.

-Aquí está.- él asintió antes de entrar y se metió. Yo le di la espalda por privacidad.

Comencé a buscar el reloj en la pared con los ojos entrecerrados por la falta de luz. Lo encontré.

"3:42".

¿Qué manía tenía Jack de despertar a las 3? Sólo sonreí y negué divertido.

-Ya.- corrió la cortina. Yo giré a verlo, y volví a sonreír. ¿Cómo no sonreír cuando tienes a alguien tan especial frente a ti y con el cabello todo desarreglado? Y digo especial, no porque lleve años con él, sino porque es lo único bueno que tengo. Y lo aprecio mucho.

-Vamos.- susurré, y antes de que pudiese dar un paso al parecer pasamos por una roca ya que nuestra cabina se agitó, ganándose quejidos de los que aún dormían y que Jack se cayese sobre mi. Evité caerme yo para no molestar a los que dormían frente a mi, así que lo tuve que abrazar.

Pasamos los disparejos del camino y cuando sentí nuevamente estabilidad, lo solté.

-¿Estás bien?.- él asintió.

-Sí, gracias.- Sus mejillas se veían coloradas. Por la luz de la luna que entraba por la ventana podía verlo perfectamente.-Bueno... Vamos a dormir.- sonrió.

-¿Aún tienes sueño?

-Uh... No, ¿y tú?

-No.- miré a todas partes, y me di cuenta de que absolutamente todos seguían dormidos.- Vamos afuera.

Jack me miró extrañado, y yo me reí en silencio por su expresión.

-Ven.-susurré y caminé en silencio entre todos los que dormían. Él, por supuesto, me siguió. Me sentía como un maestro para él, hacía todo lo que decía y se veía muy tierno cuando conocía cosas nuevas. Me daba miedo ser su ejemplo, ya que estoy muy lejos de ser uno bueno.

Salimos a un pequeño escalón que había al fondo del 'vagón'. Ya que nuestra cabina era la última, no teníamos problemas con estar ahí... A menos que nos caigamos. Lo cual no pasará. El 'escalón' en realidad era un estilo de valconcillo pero muy pequeño, en el que sólo te podías sentar y qué, por la altura de la cabina, tus pies no rozaban el suelo. Un buen lugar para una madrugada así de fría. Me recordaba a Pinocho.

-¿Tú viste Pinocho?-pregunté una vez hube cerrado la puerta y sentado. Él se sentó también, estábamos muy juntos, me atrevía a decir que el calor que emanaba era envidiable en momentos así.

-Uh, sí.- bajó el entrecejo.- ¿Quién no vio Pinocho?

Me encogí de hombros y sonreí. Comencé a buscar algo en mi bolsillo.

-Bueno pues, estaba pensando, y este lugar me recuerda a Pinocho.- Él mantenía su mirada graciosa, como si su rostro dijera "Este tipo está loco". Yo sólo me reí.- Sí, cuando Pinocho deja el espectáculo de marionetas y se despide del hombre gordo y gitano... Ese lugar que se ve tras la última cabina... Ah, olvidalo.

C I R C U S | FackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora