Vin entra a la habitación amarrado de manos, su rostro se muestra decaído y agotado, las mismas ropas de anoche pero sin duda parecer haber sufrido durante ese rato. Camina a paso lento sin mirar hacia delante. No me ha visto, o si lo hizo no dio muestras de ello.
La bruja le sonríe con cinismo.
—Vincent, llegas justo a tiempo para tu sorpresa.
El muchacho parpadea y es cuando me mira, observa mi rostro demacrado pero apenas registra lo que está sucediendo, está perdido. Realmente está perdido.
Vin balbucea algo inteligible.
—Acércate a la sangre —le ordena Sademira, quien toma mi brazo con fuerza y lo jala hasta los labios temblorosos de mi amigo. Ni siquiera puedo gritar, el terror me sube por la garganta, el entendimiento de su plan es demasiado horroroso. Es una tortura.
—Por favor, no... —Su mano es fuerte y dominante, cada apretón abre más mi herida, el charco en el suelo crece con cada segundo. Por favor, no.
—Calla, Cassie. Si no te mantienes en silencio el castigo será peor.
¿Castigo? Esto no es castigo. Quieres probar algo.
La bruja me clava la mirada.
—Una palabra más y...
Basta.
—Vin, bebe de ella —exclama con voz ronca.
—Te está utilizando, manipula tus pensamientos, como lo hizo siempre conmigo —digo.
—Bebe, Vin —insiste, forma una sonrisa larga y maliciosa. Su encanto está funcionando. Imagino que habla dentro de su cabeza, ordenando, manejando sus decisiones. Siempre pensé que era Cora quien hacía estas cosas.
El chico me mira a los ojos, está aterrado, sus labios tiemblan al igual que sus brazos, su rostro se ha puesto blanco como cadáver.
—Cassie...
Vin no actua como él, se lanza hacia mi brazo, su mirada aterrada cambia en segundo, está decidido. Me sujeta con las dos manos, con una delicadeza extraña, como la de una niña con su muñeca. Excepto que una no se come a su muñeca.
Acerca sus labios a mi herida sangrante, y bebe. Bebe con miedo y ansia, a la mirada penetrante de Sademira. Es delicado, pero el toque de sus labios me duele horrores y su lengua me resulta insoportable, es tan... Ver a Vin hacer eso con mi cuerpo me da náuseas. Esta visión que tengo ahora de él no creo que se vaya jamás, siempre recordaré esta sensación de repulsión, de terror.
Termina pronto, se retira con suavidad y levanta su rostro levemente, con sangre sobre sus labios. La mirada que me dedica es de profunda tristeza. Solo ahora, pasado el éxtasis, se da cuenta de la magnitud de lo que ha hecho. No, de lo que le han hecho hacer.
—Eso ha sido hermoso, querido Vin —ronronea Sademira—. ¿No es así, Cassie?
—No eras así en mi cabeza. Nunca fuiste tan cruel.
—Tu ser me hizo pasiva, más como tú. Pero en este cuerpo, soy dominante y, por lo tanto, más fuerte.
—Lyla era...
—Lyla es una perra, tomé eso de ella y lo hice mío.
Eres un monstruo.
—No te has enterado de nada. Vin está totalmente a mi merced, yo lo hice ir a esa pequeña reunión que tuvieron abajo, qué decir, cómo actuar y hasta qué pensar. —Sonríe, como siempre lo ha hecho, como debí de imaginarla cuando estaba dentro de mi cabeza.
Un pensamiento horrible cruza por mi cabeza.
—¿Está muerto?
—Solo su mente, ligeramente. Dormido, es la mejor palabra. Depende de mí en todos los sentidos.
—No en todo, sigue siendo él, puede sentir.
—Ah, ¿te refieres a su lloriqueo? Sí, queda eso poco de él. Sería demasiado malvado quitarle sus sentimientos de miedo y culpa, además me sirven mucho. Oh, que bueno que ya llegaste, quiero que te la lleves a la habitación del traidor ese. El gordito -le dice a un guardián detrás de mí.
—Se llama Manni.
—Llamaba. Lo siento mucho. —Su tono de voz dista mucho de sentirlo.
—No lo mataste, eso lo sé.
—¿Cómo estás tan segura, Cassandra?
—Te conozco, sé de lo que eres capaz, así que estoy segura que tienes mejores planes que solo asesinarlo.
Cuando sonríe, confirmo que estoy en lo correcto.
—Fue divertido mientras duró, ahora vete -le chasquea los dedos a Vin. El chico ni se resiste, de inmediato se acerca y me toma con firmeza de los brazos, apresándome. No tengo mucho tiempo.
—Esto es jugar sucio.
—Te estás desangrando, cariño, y te quiero viva para mañana.
—Sé cuándo mientes, lo has estado haciendo desde que llegué —me apresuro—. No tienes tanto el poder como dices, no hasta que Cora regrese. Y te aseguro, que no regresará jamás, me estoy encargando de eso.
—Prosigue, es demasiado curioso ver como intentas darte a ti misma esa confianza, ambas sabemos que no la tienes. Vincent, enciérrala hasta que de nuevo aviso, estoy agotada.
Mi amigo apenas parpadea, sus brazos tiemblan ligeramente mientras me aprisiona y me lleva a la habitación que era de Manni sin decir una palabra, sin dar resistencia. Antes de llegar lo miro a los ojos y me parece ver algo más ahí, eso que vi cuando nos reunimos por primera vez. Está presente, pero no se da cuenta.
—Di algo, lo que sea —le suplico.
El chico apenas me da un ligero apretón en el brazo.
Disculpen la tardanza, he tenido una semana atareada pero les dejo uno cortito para no dejarlos con las ganas, seguiré escribiendo este fin de semana.
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Guardián de las Sombras (Herederos del Infierno #2)
ParanormalContinuación de Princesa de las Tinieblas. Todo queda en el pasado...pero eso no significa que todo pueda olvidarse. Cassie Valverde ha escapado de los que querían matarla, pero no puede escapar de los recuerdos ni de su sentido de deber. Sademira...