Kali duerme a dos habitaciones de donde desperté. Resulta que estamos en una pequeña casa apenas habitada y amueblada con pocas cosas indispensables. Muy pocas cosas. La puerta de Kali parece que ha sido instalada hace unos días.
Está muy silenciosa la habitación de la chica.
—Debe de estar dormida, podemos venir en la mañana —sugiero.
—No, está despierta. Duerme hasta las 3 am —contesta Carter, indiferente.
—Toca, entonces.
—Toca tú.
—¡Carter! ¿Por qué eres así?
Decido que es más factible entrar simplemente. Kali está sentada en un sofá individual a un lado de su cama, con la mirada fija en el suelo. La luz de la lampara que ilumina desde su izquierda, le da un ambiente tétrico a su rostro nublado. No reacciona ante nuestra entrada, algo que me preocupa considerablemente.
—¿Te encuentras bien? —pregunto mientras me acerco a ella.
Parpadea tres veces y enfoca su mirada en nosotros.
—No te acerques mucho —me advierte Carter.
—¿Por qué?
—Porque estoy teniendo problemas —responde Kali, como ella. Levanta su mano derecha y me muestra su ligero temblor en los dedos — ¿Ves?
El temblor que comienza con sus dedos se recorre rápidamente a su mano entera, acompañado de un pequeño tic en el codo. Sorpresivamente, su mano izquierda no sufre de este episodio.
—¿Qué te pasa? ¿Cuándo comenzó esto?
Kali cruza miradas con Carter detrás de mí. Parece dudar. Carter me toma del hombro como deteniéndome.
—Fue desde Qito —dice en su lugar el chico—. Cuando se fue dejó esta serie de episodios en ambos. Creemos que se trata de ansiedad y nervios.
—¿Cómo Qito hizo esto? Me dijiste que estaba con los cazadores y se largó.
—Y si fue así, pero el desarrollo de todo fue más complicado. No alcanzaron emboscarnos, pero sí asustarnos. Conseguimos ayuda con unas personas que conocí de hace tiempo. Algunos cazadores retirados y otros tantos de ambos mundos. Es... es realmente complicado de explicarte. Yo ya había conversado con ellos sobre ti y lo que pasaría y se prepararon para sacarnos de apuro en nuestro momento de necesidad. Viven aquí, nos han estado protegiendo por estos días.
—Días. ¿Cuánto tiempo estuve en la Guarida?
—Tres días. Cassie, siéntate, por favor —interviene Carter. Me dirige a la cama y me acomodo cerca de Kali. Luce más delgada, su piel más pálida.
—Siguen sin explicarme bien a Qito.
Otro cruce de miradas.
—Es algo que no quiero recordar. No... no deberías enterarte de todo, Cassie. Lo que pasó con Qito es pasado, lo que queremos saber es de Sademira; qué hace, quiénes están con ella. Sus planes y cómo la viste actuar —dice Kali. Su mano sigue temblando, pero con esa misma se acerca a tomar la mía. Sus fríos dedos me producen escalofríos —. Sé lo de mi hermano, todo. No luches por él, es inútil. Cuando llegas a ese estado, el retorno puede ser imposible.
—No lo viste.
—Lo sé, porque lo ha hecho antes. Estas brujas son viejas, conocen el arte de manipular y controlar a la perfección. Intenta con él y verás, regresar de ahí lleva un proceso de agonía inmensa pero también de fuerza.
ESTÁS LEYENDO
Guardián de las Sombras (Herederos del Infierno #2)
ParanormalContinuación de Princesa de las Tinieblas. Todo queda en el pasado...pero eso no significa que todo pueda olvidarse. Cassie Valverde ha escapado de los que querían matarla, pero no puede escapar de los recuerdos ni de su sentido de deber. Sademira...