Stan Marsh |2|

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Estabas esperando a aquél muchacho de ojos azules en el Aeropuerto desde las 7 de la mañana.

Decir que estaba nerviosa es poco, ya que luego de que la carta de el azabache llegará, dos días después llego otra igual pero diciendo el día en el que el joven de Colorado llegaría.

"Hola muñeca, soy yo otra vez con otra carta.

Seré muy breve, voy a tomar el vuelo a Nueva York el Domingo 20 obviamente de este mes en el aeropuerto nacional.

Nos vemos en 5 días preciosa.

Un beso. Te amo. Te extraño.

Stan."

En ese momento nuevamente te acordaste de esa carta, estabas feliz pero nerviosa al mismo tiempo.

Estaba sentada en uno de los asientos mientras miraba constantemente la puerta donde salían los vuelos nacionales.

Tenía entre tus piernas un termo con café caliente ya que el sueño me mataba y quería estar lucida para recibirlo de la mejor manera posible.

-"El vuelo número 104 desde Denver, Colorado acaba de aterrizar. Muchas gracias"

La voz de ese parlante me provocó que rápidamente saltará de mi asiento y caminera hasta esas puertas corredizas.

A los 10 minutos comenzaron a salir personas desde el otro lado de la puerta. Con la mirada, buscaba una cabellera negra junto a una gorra roja o azul.

Cuando la gran mayoría de las personas del lugar se comenzaron a ir, al frente mi pero a unos notables metros de distancia, un par de ojos azules intensos me observaban con un brillo muy particular.

Mi Stan ya esta aquí.

Ambos como si el fuera un imán y yo un metal, nos comenzamos a acercar, corrí hacia él, y el corría hacia mí.

-Dios mio te amo te amo te amo

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-Dios mio te amo te amo te amo...

Su voz, su dulce voz en mi oído me hizo rápidamente largarme a llorar como una bebé, pero no me importaba, lo extrañe tanto que no me importa llorar ahora.

Nos separamos unos centímetros para solamente unir nuestros labios con tanta necesidad, combinada con toda la pasión y ternura que nos pudimos dar en ese momento.

Me aferré a su chaqueta, dando a entender que no quería soltarlo, no quería alejarme de él. Y Stan en respuesta, me apretaba la cintura con fuerza queriendo decir lo mismo que yo.

Nueva York | South Park - One-shots |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora