23

29 11 1
                                    

Carolina

Abril no sabe la suerte que tiene de tener a Nathanael en su clase. Las cosas serían muy distintas si estuviera en la mía... Por suerte o por desgracia, mi mejor amiga tiene novio y como la conozco no tendría ninguna aventura teniendo a Xavi. Estaría loca. Estoy deseando que suene el timbre para ir a verla y que me cuente cómo ha ido la primera clase.

Poco a poco me empiezan a pesar los ojos y la cabeza me da vueltas. Levanto la mano y pido permiso para ir a llamar a mis padres.

-Por favor que algún chico fuerte la acompañe abajo no vaya a ser que se desmaye.- Pide el profesor de geografía.- Parece mareada.

Unos cuantos chicos se ofrecen voluntarios para acompañarme, pero el elegido por el profe es Kevin. El mujeriego, el gracioso, el lidercillo...esos serían buenos apodos para Kevin. Las chicas babean por él, pero yo aparte de la belleza no le veo más sustancia. El resto de mis compañeras le tratan como si fuera un dios o algo así; mientras que los chicos le temen. No haría daño ni a una mosca, pero se le da muy bien aparentar.

-¿Te llevo en brazos?- Me pregunta, se nota que no habla enserio.

-Estoy mareada no paraplégica.- Le digo.

Sé lo que intenta y conmigo no le va a funcionar. Es lo que hace siempre: es caballeroso en un principio y cuando ya ha conseguido lo que quería te da la patada como si fueras una desconocida para él.

-No hace falta que te hagas el preocupado conmigo. Solo necesito que me acompañes abajo y vuelvas a subir para poder seguir con tu ligoteo.

-Vaya, no creía que fueras así Carol.

-Así solo me llaman mis amigos.- Le advierto cortante.

Se rie mientras niega con la cabeza. ¿Qué le hace tanta gracia ahora? De verdad que no le aguanto y ahora menos con el dolor de cabeza que tengo.

-¿Qué es tan gracioso?

-Tú. Me pareces muy graciosa. Intentas parecer borde y distante, pero sé que te mueres por estar entre mis brazos.- Sonríe de forma triunfante y de repente me encuentro entre sus brazos.

Tiene un brazo por debajo de mis rodillas y el otro en mi espalda. Kevin ignora todos mis gritos y también todos los manotazos que le estoy dando en el pecho. Me siento cada vez más mareada y mi dolor de cabeza es cada vez más agudo. Lo último que oigo son las palabras de Kevin diciéndome algo que no logro entender y despues, me desmayo.

Cuando me despierto no sé el tiempo que ha pasado, pero estoy en casa. Oigo a mi madre llamar a mi padre y después aparecen los dos en mi campo de visión.

-¿Estás mejor cariño?

-Bueno, aún me siento un poco en las nubes. Pero sí, ya no me encuentro tan mal.

-Tenemos que ir al médico. Tengo entendido que no son los primeros desmayos que tienes por culpa de un dolor de cabeza.- Dice por fin mi padre.- Estamos preocupados por ti cariño.

-No me gustan los médicos papá.

-Pero si lo necesitas tenemos que ir.

-Mamá, ¿qué hora es?

-Son las dos y media. ¿Por qué?

-¿Puedo hacer una llamada y podemos pasar a ver a alguien antes de ir al médico?

-Claro.- Me da mi móvil con cara preocupada.

No sé si me va a coger el teléfono, pero por intentarlo no pierdo nada. Marco el número de Kevin con duda. No quiero hablar con Abril de este tema y mucho menos preocuparla más de lo que está por Xavi. Se ha pasado dos días yendo al hospital para verle y no quiero que me acompañe al médico.

-¿Sí?- Contesta Kevin con voz ronca al otro lado de la línea telefónica.- ¿Quién eres?

-Soy Carol. Te quería preguntar si podrías acompañarme junto con mis padres al médico.- Dios, sueno patética y desesperada.- Es que creo que sé lo que tengo y tengo miedo de ir sola.

Oigo la voz de una chica de fondo que le regaña. Lo mismo es su madre, pero me extraña que tenga esa voz de adolescente en celo.

-¿Estabas ocupado? Porque si es un sí, no importa. Puedo ir yo sola.

-No, ya no.

¿Por qué estoy haciendo esto? No aguanto a este chico y sin embargo, le estoy pidiendo que me acompañe al médico. Soy retrasada. Solo necesito un poco de apoyo moral y al que tengo más cerca es a Kevin.

-¿Me vienes a buscar o voy yo a tu casa?- Me pregunta sacándome de mis pensamientos.

-Mis padres y yo te recogemos.

-Vale. Podéis venir cuando queráis, ya estoy listo.

Se lo comunico a mis padres y les digo la dirección de la casa. En menos de diez minutos llegamos y le vemos sentado en las escaleras del portal donde vive. Se levanta ágilmente y se monta en la parte de atrás conmigo. ¿Soy yo o está preocupado? No lo sé y tampoco voy a preguntárselo.

-¿Cómo te encuentras?- Su voy ronca me sorprende.

-Igual, pero no se lo digas- señalo a mis padres con la cabeza- que no quiero preocuparlos.

-No diré nada si tú prometes mantenerme informado con todo esto de tus dolores de cabeza.- Parece que va en serio y asiento con la cabeza.

-Te lo prometo.


Treinta minutos después...

Hemos llegado al hospital más cercano. Tengo miedo. No me gustan los hospitales ni los médicos. Me tiemblan las rodillas y creo que me voy a desmayar de nuevo. Pierdo visión y lo poco que veo da vueltas. Oh no... Noto como los fuertes brazos de Kevin me sujetan y como me vuelve a cojer como ha hecho esta mañana. Le tengo que agradecer mucho.

Me tumban en una camilla y mi madre me da la mano. Está muy preocupada. Yo no quería alarmarla y mira tú por dónde, se a dado cuenta igualmente. Entro a observación después de dejar a mis padres y a Kevin en la sala de espera. Me hacen una resonancia y más tarde un electroencefalograma. No sé exactamente la cantidad de horas que paso en las manos de la neurocirujana, pero después de todo ese tiempo ya saben lo que tengo.

De la nada, tenerlo todo. [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora