27

19 9 1
                                    

Acaba de sonar el timbre que nos indica que ya se ha acabado el día. La verdad es que se me ha hecho muy corto con Nathan como compañía y la verdad es que tengo que admitir que me lo he pasado muy bien con él. He llamado a mi madre para decirle que hoy me quedaba a repasar por la tarde en el instituto. Seguramente se haya imaginado que con algún profesor, pero no. El que me va a ayudar a subir la nota en mate es Nathan. Se ha ofrecido a enseñarme en su casa, pero hemos decidido que con la mudanza y todo sería algo complicado; por eso, nos quedamos en el instituto. 

Ahora me ha quedado mucho más claro el tema de las ecuaciones. La verdad es que Nathan es mucho mejor profesor particular de lo que me había imaginado. Ha tenido mucha paciencia, porque la verdad es que no soy nada fácil de aguantar cuando me pongo cabreada conmigo misma. Cuando algo no me sale me cierro en banda y me irrito mucho. Él me ha aguantado muy bien y eso es de valorar y admirar. No todo el mundo es capaz de quedarse en el instituto a enseñar a otra persona a la que conoces desde por la mañana y comer tan solo medio bocadillo (sí, hemos tenido que compartir un triste bocadillo).

Cuando miro el reloj de mi móvil y veo que son las cinco casi me da algo. ¡Mi madre estará a punto de llegar a casa de trabajar! Vale, la había avisado para que se quedara tranquila, pero no tenía pensado quedarme tanto tiempo. Al llegar a la salida no sé cómo despedirme de mi nuevo amigo.

-Bueno, mañana nos vemos.- Digo un poco cortada.

-Abril espera un momento, por favor.

Me giro sobre mis talones de nuevo hacia él y entonces veo que los pocos pasos que he logrado dar, ya no existen. Está muy cerca. Demasiado cerca otra vez. ¿Le gusta incomodarme o cómo va esto? No, esos ojos azules de nuevo ante los míos. Me miran, ¿con brillo? Madre mía Abril, cada día estás peor...

-¿Si te pasa algo me lo dirás?- Pone sus manos alrededor de mis muñecas y poco a poco van bajando hasta sujetar mi mano.- Me refiero con ese imbécil, parecía el típico chulo de turno.

-Así es. Borja es un auténtico gilipollas.- No sé porque no me aparto de sus manos, pero sigo hablando.- Aunque creo que entre la paliza de mi novio, tu enfrentamiento esta mañana y la amenaza de Saúl...

-¿Se llama así?

-Sí, es el mejor amigo de mi novio. Le conocerás pronto. Más que nada porque está expulsado por dicha pelea.

-Será un placer.- Ahora sonríe de una forma encantadora.

Le doy un beso en la mejilla, él otro a mi y me voy andando a mi casa. Quizá pueda pasarme a ver a Xavi antes de empezar con los deberes. Espera, ¡si no tengo! Los he hecho todos con Nathan. Si es que es un amor, me ha librado de una insoportable tarde de deberes de matemáticas, que luego estarían mal seguro y los tendría que repetir en clase.

Karen me ha dicho que Xavi no está en casa, que había ido a entrenar. Por lo visto ya se encontraba mejor. La he visto un poco afectada. Algo pasaba, pero no quería incomodarla o hacerla sentir peor. Ya le preguntaré a Xavi.

Que raro, mi madre tampoco está en casa. Ya tendría que haber llegado del trabajo. Se supone que sale a las cuatro y que llega al pueblo sobre las cinco. Ya son y media. ¿No habrá pasado nada, no? Entro a mi casa y cojo el teléfono fijo de casa. Voy a llamar a Carol.

Un bip, dos bip, tres bip, cuatro bip, cinco bip... Nada, no contesta. Joder otra por la que preocuparme. ¿Y Xavi? Mi móvil tampoco tiene noticias de él. Hoy el mundo se ha puesto de acuerdo para ignorarme, ¿o qué? Vale, menuda suerte tengo. No sé nada de nadie y no tengo nada que hacer. Me tumbo en el sofá con un libro entre las manos y empiezo por donde lo dejé antes de empezar a leer el que me regaló Xavi. Se llama: "Perdona si te llamo amor". Mi madre me lo regaló (porque se lo pedí yo, mi madre no tiene tan buen ojo) y trata sobre una relación entre una chica y un hombre con veinte años de diferencia entre sus edades. La verdad es que me fijé en él antes de empezar a salir con Xavi y aunque no nos llevemos tanta diferencia como los protagonistas, me siento algo identificada. Llevo medio libro más o menos y para ellos nunca ha sido problema la edad. Un simple número. Nadie los mira mal y mucho menos, se mete con ellos. A algunos del instituto les vendría genial leer este libro. Empezando por Borja y la víbora de Sonia.
Envidio a Niki (la protagonista): tiene unas amigas de envidiar, una relación bonita y especial, pero sobretodo nada convencional, lo único es que tiene unos padres un poco sobreprotectores; aunque mejor eso que estar separados y que uno de ellos ni te haga caso...

Genial, ahora me ha venido a la mente Germán. Aún tengo que comprarme algo que ponerme y...¡también tengo que preguntarle una cosa a mi padre!

De la nada, tenerlo todo. [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora