6

73 15 7
                                    

Espero por su bien que no se lo diga o sino sufrirá las consecuencias. Mi plan no ha salido exactamente como yo había pensado, más bien ha salido al revés.

-Esto...Abril y yo...

¿No irá a decirle que nos hemos besado, no? Creo que mi color de piel ha pasado del rojo de vergüenza al morado de ira.

-Xavi, ¿tú y Abril qué?

Mi madre tiene las manos en forma de jarra y mira a mi vecino desafiándole. Creo que mi madre ahora se ha empezado a oler lo que pasa y no me refiero a las galletas que está haciendo en la cocina, sino a nuestra extraña situación.

-Abril y yo hemos retomado nuestra amistad y me gustaría invitarla a ver una peli conmigo esta noche, que como es viernes pues se podría quedar hasta más tarde.

¡Yo le mato! ¡Qué sustos me da el tonto éste! Suspiro interiormente. Mi madre aún le mira de forma inquisitiva y sé por propia experiencia, que esto no se ha acabado tan pronto.

-¿Y por qué no me lo ha dicho ella?

-Abril no quería dejarla sola un viernes por la noche y como no se atrevía pues he decidido preguntárselo yo.

Esas son otras de las cualidades de Xavi: piensa muy rápido y sabe mentir bien a quien no le conoce. Ahora estoy mucho más tranquila y confiada de que la conversación va a ser más fácil de llevar con la policía de mi madre.

-Menos mal que tienes amigos así, hija. Pues claro que puede irse a tu casa.

-Gracias, señora.

Xavi se gira y me mira con cara triunfante. Le sonrío para que vea mi agradecimiento sin que mami-policía lo note y me giro sobre mis talones para ir de nuevo a mi habitación.

-¡Xavi espera!- Grita mi madre desde la cocina.

Nos quedamos helados en el último escalón y nos miramos para saber si tendríamos que contestar o hacer como que no lo hemos oído. Le indico a Xavi que sí con la cabeza. Si algo caracteriza a mi madre es por ser persuasiva. Si no la contestamos ahora es capaz de subir arriba a decírnoslo.

-¿¡Si!?

Xavi se está divirtiendo con esto, se le ve en esa media sonrisilla tan suya.

-¡A partir de ahora llámame Fátima! ¡De la otra forma me siento muy mayor!

-¡De acuerdo Fátima!

Xavi y yo entramos a mi habitación riéndonos por las ocurrencias de mi madre. De repente, me coge por la cintura y me sube hasta tener que mirar para arriba para poder verme a los ojos. Yo no puedo parar de reírme y él ya ha parado de reírse hace un rato y ahora me mira como si fuera una de esas reliquias que hay en los museos. Yo ahora que me he dado cuenta, empiezo a hacer lo mismo. Que ojos más bonitos tiene...

¡Dios! Nunca unos ojos podían decir tanto estando tan callados. Es como si ese verde oscuro que bordea el iris y ese verde claro que se expande contaran una historia de palabras infinitas tan solo con mantener la mirada fija en la mía.

Me baja al suelo para cogerme por las mejillas a modo de caricia y me besa de una forma muy tierna. Primero unos besos cortos, luego pone su mano derecha en mi nuca y la izquierda en mi cadera y luego intensifica el beso.

Después de un rato nos despedimos con la promesa de vernos por la noche. Mi madre está tan normal e incluso parece que un poco más contenta. Puede que le haya hecho ilusión enterarse de que Xavi y yo volvemos a ser amigos como lo éramos hace dos años.

Ya es por la noche y como es la primera "cita" oficial que tenemos Xavi y yo, pues me quiero arreglar un poco pero no puedo porque mi madre pensar que estoy gilipollas. Hombre, con lo que le hemos contado no cuadraría mucho que me pusiera guapa. Me rio yo sola ante esa idea.

-¡Pásatelo bien hija!

-¡Sí mamá!

Cuando llego a casa de Xavi es él quien me abre. Lleva puestos unos vaqueros pitillo y una sudadera granate en la que pone Always be yourself. Esta muy guapo y no puedo evitar mirarle embobada. Yo no voy diferente a otros días: unos vaqueros rotos con una camiseta de manga corta gris ajustada y una bomber con dibujos negros y grises.

-Pasa cielo, hace frío fuera.

-¿No esta tu madre?

-No, ha salido con sus amigas para contarle la noticia de su traslado. Al parecer tampoco se lo ha tomado tan mal.

-A mi me has asustado cuando me lo has contado este mediodía. De verdad pensaba que te ibas a ir...

Cierra detrás de mi y me abraza por la espalda mientras andamos hasta el salón. Ya me está mordiendo la oreja, lo que me dice que quiere jugar.

-No te preocupes, Abril. No te será tan fácil librarte de mi.

Se ríe él solo con lo que acaba de decir, a mi no me ha hecho ni pizca de gracia. Cuando me lo ha dicho esta mañana me he derrumbado por dentro. Ese pequeño castillo de princesas que se había empezado a formar en mi interior con todos los besos que nos habíamos dado hasta el momento, se habían hecho añicos con tan solo ocho palabras.

-¿Y esa cara tan seria?

-Nada, tan solo no me ha hecho gracia. ¿Qué vamos a hacer para nuestra primera cita?- Enfatizo en la palabra cita para darle a entender que tengo dudas sobre lo que está pasando.

-Antes de enseñarte lo que he preparado, contéstame a una pregunta.

-No te prometo nada. Pero venga, dispara.

De la nada, tenerlo todo. [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora