31

28 10 5
                                    

¡Cómo puede ser así! ¡Le estoy contando mis cosas, ya que Carolina no está para escuchar mis problemas, y él ni me presta atención!  Pensaba que era de otra forma...

-Abril, relájate...- Intenta tocarme, me aparto todo el rato.

-Fuera.

-¿Cómo?- Parece atónito, pero yo lo estoy más con su comportamiento.

-Fuera.- Repito y abro la puerta de entrada.

Se queda parado un momento y después parece entender que no voy de farol. Al pasar por mi lado frena y se acerca a mi peligrosamente, me da un beso en la mejilla y yo, como soy tonta, no me aparto. Tendría que haber hecho eso desde un principio: entrar, darme un abrazo bien fuerte, un beso en la frente de esos que tanto me gustan y que me dan a entender "tranquila, ya estoy aquí", preguntarme si estoy bien y haber terminado cenando juntos hasta que viniera mi madre. Pero no, tenía que hacer todo lo contrario...

No puedo expresar lo decepcionada que me siento con él ahora mismo. Y con el mundo a decir verdad. Ha habido momento (para ser precisa, en esas noches en las que no puedo dormir) en los que pensaba que esto era demasiado bonito para ser verdad. ¿Cómo iba a enamorarse de mi y no de Sonia, por ejemplo? Ella tiene dinero, un cuerpo envidiable, una altura perfecta y una cara que la hace parecer buena. En la parte del carácter es en la que falla, pero digo yo que algo bueno tiene que tener en su interior... Yo soy una chica normal. Lo único que se puede resaltar de mi físico son mis ojos; aunque tampoco son para tanto. Mi carácter es bastante tranquilo. Tiendo a ser simpática y orgullosa, pero también tiendo a confiar demasiado. Soy muy positiva e insegura. Puede que ya se haya notado... ¿Mi mayor problema? Las luchas internas. Tengo que estar continuamente batallando en mi interior contra esas inseguridades que me atormentan. Las decepciones conmigo misma ya son otra cosa, pero también es de lo peor. Y eso por no contar los problemas con mi entorno...que tampoco se quedan atrás.

No tengo ganas ni de cenar, se me ha quitado el hambre. Recogo todos los bolis, libros, papeles y apuntes de la barra y los subo a mi habitación. Abro la puerta de una patada (las manos las tengo ocupadas) y cuando llego al escritorio, tiro todo lo que llevo en las manos sobre él. Tras haberme puesto el pijama y obligado a beber un vaso de leche, me meto en la cama. Noto como mis huesos y músculos se relajan al sentir el colchón y la blanda almohada bajo mi peso. Por fin un poco de descanso...

Empiezo a reflexionar sobre todo lo que tiene mi cabeza retenido, porque parece que el sueño se lo ha llevado Xavi junto a mis alegrías y esperanzas.

El insomnio me ha ayudado a solucionar algunos de mis problemas, entre ellos lo de mi padre y lo de Xavi: definitivamente tengo que hablar con él mañana.

De la nada, tenerlo todo. [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora