— ¡Qué emoción! —Exclamó la chica dando pequeños saltitos mientras Kero se reía de su reacción—
Hace unas horas que le habían dado el alta de la enfermería, no sin antes recibir muchas revisiones por parte de Ewelein por su puesto, había salido casi corriendo con el huevo de su familiar y el unicornio se ofreció a ayudarla con la eclosión, ahora mismo estaban esperando que naciera el pequeño Liclion.
—Recuerda que debes alimentarlo...
—Con esas galletas con forma de estrella si —dijo Gardienne sin dejar de ver fijamente la incubadora—
—Son en realidad galletas de anís fugaz en forma de estrella —corrigió el chico—
—Sí, galletas de anís fugaz —repitió la castaña—
—No va a salir más rápido sólo porque lo mires —comentó amable Keroshane—
Gardienne asintió, era cierto que se estaba tardando un poco y la ansiedad por la espera hacía que el tiempo de eclosión de su familiar se hiciera eterno.
—Porque no me cuentas otra vez como caíste en un arbusto venenoso —dijo burlón—
—Muy gracioso —le sacó la lengua la chica— Te lo he contado ya dos veces
—Y no deja de darme risa —negó divertido—
—No eres el único que piensa eso —rodó los ojos recordando las muchas veces que tuvo que contar la historia pues apenas salió le cayeron encima con preguntas—
—Es que mira que confundir eso...
— ¡No conozco Eldarya!, nadie recuerda que apenas llevo unos días aquí y sólo he estado en el CG —dijo fastidiada—
—Tienes un buen punto, debería buscar a alguien que te guíe para que conozcas los alrededores e inscribirte en alguna clase de historia
— ¿Tendré que estudiar aquí también? —Dijo con desgano—
—Bueno, no te haremos evaluaciones como en una escuela, sería sólo por el conocimiento —explicó él—
—Ah, me habías asustado —sonrió satisfecha— Y en cuanto a el guía ¿Qué tal Valkyon? —Luego de hacer la pregunta y que Kero la mirara con gesto inquisitivo sintió vergüenza— No me mires así, el hombre me cae bien y ya me ha ayudado antes —se excusó—
—Te aprovechas de su amabilidad —acusó el unicornio—
— ¡Claro que no! —Respondió con fingida indignación—
— ¿O quizás te gusta tu jefe? —dijo con una picardía extraña en él—
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La marca
FanfictionIra, provocó la guerra, dejando un rastro de muerte a su paso. Dolor, fue lo que quedó luego de la tragedia. Desesperación, hizo que muchos, hasta aquella deidad que creían perfecta, cometieran errores. Casualidad, lo que cambió la vida de todo un...