La otra vida

6- Mi otro "yo"

Debido a la desesperación del momento, Yuri había tomado del cuello con mucha fuerza a Victor, para levantarlo del suelo. Por lo que recién, cuando lo escuchó toser, se dio cuenta de lo bruto que se estaba comportando. Rápidamente lo soltó, pidiéndole disculpas.

—Victor, lo siento, yo… — dijo mientras el nombrado lo miraba completamente en shock.

Yuri dio unos pasitos hacia atrás, mirando hacia Yurio y Otabek, quienes habían despertado y lo miraban muy confundidos.

—¿Qué te pasa, Katsudon?— preguntó Yurio, con un tono de voz muy duro.

—¿Yuratchka?— lo nombró muy sorprendido, mirándole su vientre plano.

Miró nuevamente a Victor, quien seguía en shock. No aguantó más, y decidió salir corriendo del lugar.

Corrió por un pasillo desconocido, llegando a un extraño lugar, el cual dedujo que era un baño. Vio una gran puerta que conectaba a lo que él creyó que era un patio, y corrió en esa dirección. Se escandalizó al ver a muchos hombres desnudos afuera, entrando a las aguas termales.

—¡¡¡Lo siento, lo siento!!!— gritó mientras los hombres lo miraban confundidos.

Huyó de vuelta por el lugar del que venía, corriendo en busca de otra salida.

Cuando logró encontrar una salida, salió a la calle y quedó impactado con todo lo que veía.

«Definitivamente, no estoy en mi reino, ¿dónde estoy?», pensó.

Victor apareció por detrás y corrió hacia él.

—¡Yuri, ¿Qué sucede?!— exclamó Victor, muy preocupado.

—¡¡¡Me las pagarás, Georgi Popovich!!!— gritó Yuri mirando hacia el cielo.

Victor se quedó mirándolo en shock, sin saber qué decir o hacer.

Yuri respiró hondo, logrando tranquilizarse, y miró a Victor, un poco avergonzado por todo el escándalo que había formado.

—Lo siento mucho, necesito conversar contigo allá adentro.

Victor, quien cada segundo se sentía más y más confundido por el extraño comportamiento de su pareja, simplemente asintió.

Ya adentro de la habitación de Yuri, él reunió a Victor, Yurio y Otabek, para explicarles la situación.

—Hay algo muy importante que tengo que decirles. Déjenme aclararles que no es una broma, estoy hablando completamente en serio, y a mí todavía me cuesta creer que sea real— anunció Yuri.

—¿Estás ebrio, Katsudon?— preguntó Yurio, mirándolo muy confundido.

—¿Cómo me llamaste?— alzó una ceja, alterado. —Como sea, ¿yo me llamo Yuri Katsuki, verdad?

Los tres hombres que lo acompañaban lo quedaron mirando en silencio. Sin comprender nada, prefirieron seguirle la corriente.

—Así es…— dijeron los tres a la misma vez.

—Bien, ¿Cuántos años tengo?

—Tienes 25…

«Lo sabía, estoy mucho más joven», pensó abriendo los ojos de la sorpresa. Empezó a sentirse un poco ansioso, pero mantuvo la calma.

—¿Yuri, te sientes bien?— preguntó Victor con un tono de voz muy preocupado.

—No soy el Yuri que ustedes conocen— prefirió ir directo al grano.

Los tres hombres lo miraron confundidos. Antes de que dijeran algo, Yuri se adelantó en hablar.

—Mi nombre es Yuri Katsuki, tengo 35 años, soy uno de los reyes de Hasetburgo, y he sido hechizado. Intercambié cuerpos con el Yuri de este mundo.