TOM
Al salir del restaurante, Bill volvió a liderar, por la calles ahora transitadas de Nueva York.
La gente pasaba a su lado chocando su hombro con el de mi hermano, que solo trataba de protegerlo inútilmente haciéndose a un lado.
Vi a una distancia muy corta a un chico que vestía como yo lo había echo, la gorra lo había delatado y por su mirada se veía drogado.
-Bill- lo tomé del brazo y lo jale hacia mi cuerpo dándo la vuelta en plena calle.
El chico paso golpeando mi hombro por la espalda y siguió su camino. Cuando voltee a ver mi gemelo, me estaba viendo con una sonrisa.
-Quédate atrás de mi- le dije dándome la vuelta.
"Al menos así no lo golpearan cuando pasen"
Antes de comenzar a caminar, vi por encima de mi hombro a Bill que trataba de acercarse a mi, lo mas posible para que la gente que caminaba a la misma dirección no se interpusiera entre nosotros.
- Sujetate- le dije mientras sostenía su mano y comenzaba a caminar.
Nos detuvimos en un alto, Bill recargo su frente en mi espalda.
- Gracias Tomi, por protegerme.
Sonreí a medias. Caminamos por algunas calles más, Bill me iba guiando con mi mano, la jalaba según la dirección que debíamos ir, hasta llegar a Time Square.
Mi gemelo que ahora se había puesto delante de mi, sin soltar mi mano, iba encantado, sonreía y reía.
"Se ve adorable"
-Vamos Tom!
Bill me daba pequeños jalones para apurarme.
- No hay prisa Bill
Las personas seguían empujandolo, pero él decía que estaba bien.
La tarde fue caminar casi todo el tiempo, Bill entraba a las tiendas a comprar, en cada tienda que entraba, salía con al menos con una bolsa.
Odiaba ir de compras, pero Bill se veía tan feliz de que lo estuviera acompañando, no podía dejarlo solo.
Paso a mi lado una chica, que al acomodar su bolsa sobre su hombro, choco su codo con mi costilla, arrebatandome un gemido de dolor, el cuál no paso desapercibido por mi hermano, que me vio asustado.
- Qué sucede?- dijo volteando
- No es nada, una chica me piso con su tacón
La cara de Bill se relajó. Tomé más bolsas de su mano para cargarlas, sonrió ante este gesto no pude evitarlo, a la mitad de la calle, siendo rodeados por personas que caminaban en todas las direcciones, me acerqué le di un beso en la mejilla.
- Vamos a casa
