Jueves

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Escuche un ruido fuerte que hizo que me despertará sobresaltado. Chico ladraba con fuerza mientras yo intentaba que mi cerebro se activara por completo, la puerta volvió a sonar.

-¿Quién es? –pregunté pero no obtuve respuesta.

Camine molesto y abrí la puerta, Doug estaba parado casi sin mover un musculo del otro lado, negué con la cabeza e hice el ademan de cerrar la puerta.

-Espera –dijo evitando que lo hiciera.

-¿Qué quieres? –pregunté molesto.

-El profesor de deporte me envió a preguntarte si estabas bien –dijo casi en un susurró.

-¿Y te envió justo a ti? –pregunté levantando una ceja.

-Para serte sincero... yo me ofrecí –estaba seguro que mi cara era de desconcierto total porque inmediatamente Doug agregó –quería hablar contigo.

-No tenemos nada de qué hablar –di unos pasos dentro del cuarto, Doug me siguió.

-Ok... sé que debes odiarme –dijo parándose junto a la mesa.

-En efecto –me senté en la cama y miré el reloj que estaba sobre la mesa de luz, era casi la hora del almuerzo.

-Pero quiero decirte que estoy arrepentido de lo que paso –aunque yo estaba muy molesto podía escuchar arrepentimiento en su voz –sé que esto no cambiara nada pero es algo que te quería decir desde el domingo, quería pedirte disculpas.

-¿Y por qué no viniste antes? –pregunté.

-Le tengo miedo a Jay –admitió haciéndome reír.

Era una sensación extraña pero le creía más a Doug que a Jane y eso me molestaba mucho.

-Ok Doug –dije algo más tranquilo –ya está.

-¿Disculpas aceptadas? –preguntó con algo de recelo.

-No, pero tampoco quiero matarte –aunque me pareciera más sincero que Jane no iba a perdonarlo tan fácilmente.

-Ok creo que con eso me basta –dio un paso atrás para salir de la habitación –¿Qué le digo al profesor? –preguntó.

-Qué estoy resfriado –dije luego de un minuto, tenía que pensar una buena excusa.

-Perfecto –dio los pasos que faltaban para salir de mi cuarto.

-Doug –dije antes que cerrara la puerta.

-¿Sí? –preguntó él.

-No molestes a Evie –el hijo de tontín asintió

-Lo que menos quiero es molestarla. –cerró la puerta con cuidado.

El cuerpo me dolía y no me había bañado desde el domingo pero no tenía ganas de hacer nada, estaba muy destrozado internamente y no sabía qué hacer para remediarlo.

Moría de hambre, caminé al lado del cuarto que ocupaba Jay para buscar en sus cajones, mi mejor amigo tenía la costumbre de esconder comida.

En la mesa de noche no había nada para comer pero encontré un sobre con la palabra "princesa" escrito sobre este con la letra de Jay, aunque sabía que no debía, la curiosidad gano y deje caer el contenido sobre la cama.

Entre los papeles habían invitaciones, cartas, envolturas y hasta un lazo color rosa con el logo del reino de Cotage, eran cosas de Audrey.

Encontré fotos de los dos en el lago, en la feria de Neverland, en la misma preparatoria, había tan cantidad de recuerdos que estaba sorprendido por qué yo tenía entendido que solo habían salido un par de semanas pero parecía que hubieran tenido una relación de meses.

Carlos, La Peor Semana de mi Vida.Where stories live. Discover now