4α. Cuarentena

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"Nadie puede evitar enamorarse. Tal vez uno quiera negarlo, pero es posible que la amistad sea la forma más frecuente de amor. "

-Stieg Larsson


Domingo 13 de septiembre.

Madrid, España.

00hrs PM


Los militares llegan a cierto edificio conocido en Madrid, acompañados de listas con nombres de quienes residen en ellas.

Ninguna de las milicias se sorprende al encontrar un muerto en la entrada, tampoco una guardia de vecinos.

Contrariamente a ello, los habitantes son los sorprendidos al encontrar repentinamente 30 cuerpos verdes moviéndose por todo el edificio.

Dos en particular llegan y tocan la puerta número 23, reciben silencio. Tocan más fuerte, indispuestos a marcharse hasta registrar a los habitantes llamados Rubén Doblas y Miguel Ángel Rogel.

Uno mira al otro, y le hace el amago para que vuelva a tocar. No es necesario hacerlo. Un hombre pálido con cabello envuelto en una cebolla, piyama de borreguitos y sudadera gris abre la puerta.

Maximus se paraliza, y el sueño se dispersa con rapidez al percibir peligro ininteligible. Se obliga a poner buena cara, y esperar inteligentemente los deseos de los armados.

―Buenas noches, venimos con una orden de salud pública para registrar la propiedad. ―El más alto muestra el certificado en las narices de Maximus, y lo deja tendido delante de él hasta que el otro se convence de su autenticidad, luego procede a guardarlo. ―En el censo de la última vez Miguel Ángel Rogel y Rubén Doblas vivían aquí, ¿Es usted alguno de ellos?

―No... eh, yo-

― ¿Sabe dónde están? ―Le corta el pelirrojo a cargo, optimizando el tiempo de su búsqueda. El madrileño asiente con los labios apretados. Primeramente porque no le agrada alguien tan brusco, y en segunda porque Mangel ha sido herido de bala, y va a ser demasiado jodido explicarlo.

―Durmiendo dentro. ―Se esfuerza por responder, preocupado de cómo se pondrá Rubén si algo le pasa al andaluz. Luego de un intercambio de miradas entre los militares, el pelirrojo manda a su compañero a revisar.

Maximus tensa los hombros cuando el militar ingresa.

Hace el amago por acompañarlo a la habitación, pero el pelirrojo lo retiene, diciéndole que estarán bien, y a continuación instándolo a darle sus datos para comprobar su localización.

Maximus no sabe qué hacer teniendo de frente al pelirrojo con ceja alzada esperando una respuesta. El tiempo se reduce. Pasa saliva, no seguro de detener al otro; será sospechoso al hacerlo y duda que los militares vengan solos. Por el contrario tampoco está grato de dejar al par dentro por su cuenta ya que uno está sedado y el otro es pésimo mintiendo.

No hay forma de escapar.

Termina respondiendo al reclutado, esperando internamente que Rubén se la juegue correctamente.

Jonas avanza dentro de la casa, revisa la primera habitación y encuentra una cama deshecha. Supone que será del chico que les abrió así que continúa. Pasa el baño y finalmente llega a la habitación del fondo.

La puerta está cerrada, pero no le enseñaron a tocar, así que solamente entra. La escena lo hace sentir incómodo.

No hay luces prendidas, pero es capaz de distinguir dos siluetas en movimiento sobre el suelo, haciendo ruidos raros. Usualmente no se deja llevar por las primeras impresiones, sin embargo el ambiente sofocante no le deja lugar a dudas sobre lo que hacen aquel par.

Yowl Voiceless |Rubelangel OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora