6α. Efecto Desinhibición

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  There's not one single day
That your name fades away
From my mind
And when you look at me
You still make my heart beat
Out of time.

-Don vedda, Without You



No huele a él.

Su habitación no huele a él.

¿De quién carajos es ese aroma entonces? El sonido de la puerta siendo abierta me dio la respuesta.

Mis pasos se volcaron hacia la puerta, intrépidos y furiosos, ¿Por qué me sentía repentinamente invadido? Ya no recordaba. Un muchacho de cabello medianamente largo, y lleno de bolsas en las manos me recibió en la puerta con una mirada curiosa.

— ¿Qué haces despierto, Mangel? Deberías estar en la-

Los pasos apurados de Rubius me localizaron prontamente por la espalda, interrumpiéndonos, y antes de que lo pensará demasiado, ya estaba sujetándolo de lado, aún con la mirada puesta sobre el intruso. Al cual comenzaba a reconocer entre la bruma de posesión como un amigo.

Como Maximus.

—Mangel, ¿Qué crees que haces? —Cuestionó Rubén a mi lado, zafándose de mi agarre, el cual, podía ser más que rudo de lo que había podido darme cuenta.

Luego el castaño se encaminó hacia el hombre de rasgos afilados para ayudarle con las bolsas, él al contrario no dejo de observarme con interrogante, y con una especie de autosuficiencia repentina por estar consciente de donde estaba situado, una que me resultaba retante.

—Insisto, Mangel. Deberías estar tumbado.

—Estoy bien. —Respondí con un timbre agravado, que le pareció divertido a Maximus porque se reflejó en sus ojos avellana. Siguió a Rubius a la cocina, y por supuesto yo fui detrás también.

—No es algo que un hombre que lleva una semana moribundo diría con tanta soltura. —Aseguró de buen humor, comenzando a ayudar al castaño a sacar las cosas. Eran alimentos, sopas en lata y botellas de agua. Seguí sintiéndome invadido por su presencia. —Deberías dejar dormir hoy a Rubius.

El mencionado se empezó a ahogar con su saliva.

Alcé una ceja interesado cuando un leve rubor coloreó las mejillas del noruego, y a pesar de que mi tensión se disipó por su comentario, aquel golpecito juguetón que Rubius le tendió me siguio resultando innecesario.

—Hoy menos que nunca creo que lo deje dormir.

Ambos me miraron al mismo tiempo, dejando de hacer lo que hacían por mi comentario oscuro.

—Quiero decir, tiene que ponerme al día con lo que ha pasado. —Aclaré de brazos cruzados, y Maximus se rió más fuerte. Rubius parecía muy interesado en hacerse un sándwich de pronto como para mirarme, aun sí yo sabía que nos estaba escuchando.

—Pero hombre, eso te lo podemos resumir en unas cuatro horas, no creo que sea necesario que te robes su sueño. Que no sido solo de hoy, sino de varios días.

—Lo sé. Me abraza para dormir. —Compartí, descruzándome de brazos para ir junto con Rubius, invadiendo un poco de su espacio personal. No estaba seguro de porque mi esmeró en aclarar que mi atención estaba situada sobre el noruego, pero una especie de calidez surcó mi pecho cuando ahora Maximus se sonrojó, y Rubén finalmente volteó a mirarme con la boca llena de comida y los ojos bien abiertos.

— ¿Cómo? ¿O sea que todo ese tiempo no estabas durmiendo? —Interrogó una vez tragó lo que tenía en la boca, poniendo los brazos en jarra y casi, preciosamente molesto. Sonreí por primera vez, sintiendo un poco de dolor en la quijada, pero fue agradable la sensación de comodidad que él me provocaba. En especial si Maximus se mantenía alejado de la conversación por el momento.

Yowl Voiceless |Rubelangel OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora