SEIS

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— Llegan diez minutos tarde —BamBam se comenzaba a impacientar. Con las entradas en el bolso y su pie rebotando constante contra el suelo, sus ojos, tras las gafas de sol, escrutaban la multitud en busca de sus compañeros—. ¿Dónde estarán esos idiotas?

— Bammie, deben de estar por llegar. Tranquilízate.

— Eso dijiste a menos cinco, y ya han pasado quince minutos. Si en diez minutos no están aquí voy a entrar por mi cuenta.

En ése momento el teléfono de Youngjae sonó captando la atención de los tres chicos.

Jinyoung Hyung

<< Younfjae >>

<< Youngjae, el autobús en el que iba ha retrasado un poco su ruta, pero estoy por llegar, esperadme.>>

— ¿Es alguno de esos lentorros? Diles que ya pueden estar aquí en menos de cinco minutos o se quedan sin entrada.

— Jinyoung ha tenido un pequeño percance que lo ha retrasado, pero va a llegar pronto. En cuanto al resto... No sé dónde están.

Como si de magia de tratara, su teléfono sonó nuevamente, esta vez anunciando el contacto Jaebum Hyung en la pantalla.

— ¿Jaebum? —BamBam rodó los ojos, exasperado mientras le hacía señas a su amigo para que le indicara al chico al otro lado de la línea que se apurara.

¿Qué? No, soy Jackson. ¿Eres Youngjae?

— Sí... ¿No me tiene guardado como contacto?

¿Eh? Sí, pero te tiene como be... —se escuchó ruido desde donde estuviera Jackson, impidiendo que Youngjae entendiera algo—. ¡Basta, JB!

— Jackson, no te oigo bien. El viento le está dando al micrófono.

Ya estamos llegando, mirad a la carretera.

Dice que miremos a la carretera.

En ese momento una motocicleta plateada reluciente se asomó con dos individuos muy familiares. El que estaba en el asiento trasero levantó las manos, saludando.

¡Holaaaa! —La voz del joven se escuchó a través del altavoz mientras le veían agitar sus brazos.

— Jackson, ¡Por favor! No me llames mientras estás en tu moto.

Pero yo no estoy conduciendo.

BamBam rodó los ojos al oír aquello.

— ¡Deja de hablarnos y date prisa en venir! —Pulsó sobre la pantalla finalizando la llamada, mientras se apartaba el cabello de la frente, con mucha elegancia.

Mark, que se había mantenido callado, no pudo evitar hacer una apreciación en voz alta.

— Esa no es la moto de Jackson.

Ambos jóvenes se giraron sorprendidos hacia éste. Pese a ninguno de los dos tenía idea de cual era de la de Jaebum y cual la de Jackson, no pudieron evitar preguntarse como era que Mark sabía diferenciarlas.

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