Cantos y sonrisas

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La primera tarde había pasado en un instante, demasiado ocupada para tan siquiera mirarse. Tenían que armar los grupos y acomodar a los niños con diferentes juegos y hazañas. Haciéndoles hacer banderas y lemas con canciones. La parte recreativa estaba a cargo de los estudiantes del profesorado de escuela primaria y educación física o gimnasia y las actividades de música y baile para la parte de -redundantemente- música y artes visuales. Por lo que éstos últimos tenían la menor carga horaria. A las cinco de la tarde ya habían sido liberados hasta la noche en donde debían ir a participar en el fogón.

Los estudiantes universitarios dormían en pequeñas cabañas de a diez estudiantes y cuando Hoseok entró en la suya lo primero que vio fue un torso desnudo, musculoso, bronceado y con una línea de pelos negros muy marcada hasta el final de una toalla. De fondo un chico estaba gritando como un loco. Él había terminado de jugar con un grupo de niños y solo se había mantenido estático en la puerta de entrada, sus mejillas y la punta de las orejas tomando un color rosado suave.

— ¡Cúbrete! ¡Nadie quiere ver tu desnudez Hyunwoo! — el chico de pelo rosa gritaba endemoniado mientras lanzaba una almohada al moreno que estaba adormilado y suspirando. No parecía muy interesado en responderle a su amigo. Simplemente buscaba con los ojos una remera, su cama era un caos y acababan de llegar. Hoseok solo pudo reír al respecto logrando que dos pares de ojos le observaran fijamente. Las mejillas del moreno se sonrojaron al instante y se puso la remera que estaba frente a él con tanto apuro que le quedó al revés. No solo estaba de la parte de adentro sino que la espalda se la había puesto de frente. Y se sostenía la toalla con fuerzas.

— Lo siento por interrumpir... este es mi número de habitación también. — susurró con calma y una sonrisa apenada, miraba a Hyunwoo entretenida y fijamente, al final se mordió los labios logrando que el otro se sonrojara un poco mas. ¿Qué tenía, acaso estaba sucio? ¿O quizás había logrado gustarle? No, nada era tan fácil en la vida. Hoseok se acercó un poco más y apoyó su mochila de viaje en la cama al lado de la del otro. Estaban separados tan solo por unos pasos. El rubio le miró con los ojos claros dilatados entre vergüenza y anhelo.

— Tienes la remera al revés. — indicó sonriendo a labios cerrados, sus pómulos se alzaban cuando lo hacía, sus ojitos volviéndose medialunas y el pecho del moreno dio un vuelco y casi muere de amor. Kihyun solo reía por ver a su mayor tan miedoso. El rubio era una debilidad para su amigo y en parte le agradaba, le gustaba ver como Hyunwoo, tan gigante y rudo, caía desplomado por un muchacho de apariencia de ángel, aunque igual le sacara una cabeza al peli rosa.

Al final Hyunwoo se fue al baño a acomodarse la ropa y Hoseok se acomodó en la cama en forma de ovillo, abrazando una almohada mientras bostezaba con calma. Kihyun le observaba y por más que quisiera verle cosas malas no podía hacerlo. El rubio se había ganado la atención de todo el mundo y se la merecía genuinamente. No era engreído ni mucho menos mal hablado, por el contrario resultaba demasiado amable y dulce para ser real. Muy bonito y bueno en deportes, era una combinación de todo en uno.

— Oye, ¿eres amigo de Changkyun? ¿Sabes en qué cabaña le tocó? — el peli rosa tenía un sonrojo obvio en las mejillas y apretaba una almohada entre las manos con pena y violencia, más de lo último que otra cosa. Hoseok le miró de reojo y dejó salir un bufido. En parte estaba enojado porque le habían robado a su pequeño chico, pero por el otro lado Hyunwoo había resultado ser la mejor almohada del mundo y ahora quería conocerlo más, tanto que le sorprendía. No estaba seguro de combinar demasiado bien con ese grandote.

— Kkulkungie esta en la cabaña de al lado, a la derecha. Sí, les mi vecino así que nos hicimos amigos, es un buen chico. Un poco raro pero nada más. — el rubio tenía una bonita sonrisa cuando hablaba del otro y Kihyun se sintió ligeramente celoso aunque apenas lo había visto una vez. Ni siquiera sabía de su sobrenombre. Y es porque en su mente ya lo había marcado como suyo y no iba a permitir que nadie se lo quitara. Por lo tanto la misión iba a ser que Hoseok se enamorara de su amigo y así todos serían homosexualmente felices. El peli rosa estuvo a punto de hablar pero Hyunwoo salió del baño nuevamente ahora con la ropa bien puesta y pantalones acomodados. Hoseok se lo quedó mirando, de alguna manera curioso por él.

Lovely fluff is life [Showho|Changki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora