Lovely fluff is life [Showho|Changki]

I will punch u, u re too cute - Especial 🎁 Changki

El día estaba congelado, el frío calaba las entrañas del peli rosa. Aún así sus cortas patas no daban más de haber estado corriendo todo el día. En la noche todos iban a ir a su casa para festejar el cumpleaños de su novio. Quien, como cosa habitual, estaba perezosamente acostado en el sillón del living, jugando con una consola portátil. Tenía la cabeza en el suelo, los pies en el respaldar y parecía un enredo de piel de lo deforme que se veía. Kihyun pasó por su lado en una corrida al garaje y antes de llegar decidió frenar, tiró del pulgar ajeno, mirándole de reojo. Changkyun solo movió los dedos para todos lados y dejó salir una risa bajita porque le hacían cosquillas.

— ¿No vas a ayudarme? ¡Aún no es tu cumpleaños! No te pases de listo. — el pelirosa tomó las plantas de los pies ajenos y los apretó un poco, obligando a su novio a dejar el aparato debido a la risa contagiosa que se le escapaba.

— No me hagas hacerte cosquillas, levántate y ayúdame a bajar las luces. — el futuro cumpleañero abrió la boca para decir algo pero cuando vio la preciosa cara de su mayor sus mejillas se tiñeron de rosa y se mordió los labios. Movió los pies un poco más tratando de sacarlo de ahí.

— Hyung. Le dije que odio los cumpleaños... ¿se hizo algo? Se ve más guapo. — como si no fuese poco con su habitual vergüenza el peli rosa pasó a tener la piel hirviendo, sus orejas implotando casi al instante. Impulsivamente comenzó a golpearlo, estirándose para llegar a golpear su cabeza, pero era imposible, lo tenía demasiado lejos y el sillón estaba en el medio. Sin embargo Changkyun no perdió la oportunidad, su mano agarró el brazo del mayor, tironeándolo hasta hacer que caiga. El pequeño cuerpo deslizándose en lo que ambos cayeron al suelo por el impulso. Kihyun gritando a medio camino por miedo que el sillón se les termine cayendo arriba.

— ¡Tonto, idiota! ¡Eres un irresponsable! ¿Qué! ¿Q-qué haces? — sus ojos se abrieron muy grandes cuando sintió dos manos grandes en su trasero, metidas dentro de su pantalón.

La posición era de por sí un estrago, Changkyun tenía una pierna aun en el sillón y luego estaba en el suelo con Kihyun arriba que se había agarrado fuerte cuando estaban cayendo. El sillón no había girado de milagro. Y ahora el castaño tenía las dos manos firmemente agarrando las pequeñas pero formadas nalgas, hundiendo desesperadamente los dedos. Kihyun jadeó de repente, sus mejillas pasando del blanco pálido por el susto a rojas de pánico, al instante.

— Hyung, dígame que se hizo hoy, que se ve más hermoso de lo habitual. — su voz era demasiado profunda para la cordura de Kihyun e intuitivamente escondió su cabeza en el cuello ajeno, negando rapidamente, apretando su bulsa por los hombros con ambas manos. Odiaba que le alborotara las hormonas por cualquier cosa. Pero también se enloquecía por tenerlo pegado. Y es que Kihyun no podía dejar de ser egoísta y exagerado.

— Fui al spa ayer. Cállate o te golpearé. Ayúdame en el garaje. — le tironeó apenas, casi se lo podía escuchar ronronear. Kihyun amaba el hecho de que su novio se diera cuenta de todos los detalles pero también le avergonzaba. Changkyun comenzó a reír, acariciándole la espalda en tanto asentía y se acomodaba para levantarse.

Diez minutos más tarde Changkyun se vio obligado a poner todas las luces de fiesta que el peli rosa le pedía. Lo hacía con mala cara, le parecía demasiado, pero insistir en que era mucho sería peor. No fue hasta que terminó de instalar todo, incluyendo la música que pudo detenerse.

— Solo quiero que pasemos el día juntos. Ya sabes, jugando al fifa y comiendo snacks. Mañana hagamos eso. ¿Sí? — Changkyun bufaba, ahora abrazando la pequeña cintura del mayor, apoyando la barbilla en su hombro despreocupadamente mientras el otro batía una mezcla de pastel de limón.

— Ya. ¿No íbamos a ir a merendar con tus padres? Llegan de Australia en la tarde, ¿no? — consultó despreocupado, mirando de reojo solo cada tanto hasta que el cosquilleo le llego al cuello. Changkyun besaba insistentemente su piel, mordisqueando y lamiendo. Dejaba pequeñísimas marcas rosadas que iban desapareciendo cada que soltaba la piel.