Morir

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Dejarte, dejarlos, dejarlo todo.
Pero más importante, dejarme a mí.
Aferrarse a un último deseo.
Vagar.
Vagar con rumbo, perder la pena, soñar en grande y con tiempo de sobra, pero nada más que eso: sueño, sueño que brota y se queda así, con estrellas que brillan, pero inalcanzables. Con alas, alas que no vuelan pero que se ven hermosas.
Mirar,
mirar tus ojos,
pero no tocarte.
Por eso aún vivo.

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