Sin explicación

Pizza, revelaciones y secretos

Cada hora era una tortura eterna, la noche parecía sin fin, ¿Qué le diría? ¿Le pediría volver? ¿Le pediría que se alejaran? ¿Para qué verse tan de repente? El rubio no tenía respuesta a ninguna de esas preguntas, el alcohol que aún no salía de su sistema le molestaba en lo más profundo del estómago, hacia horas se le había pasado la borrachera, pero no podía sentirse cómodo ni acostado en su cama, las horas pasaban tan lentamente, se sentía estúpido por haber tomado hasta llegar al punto de mandar un mensaje así de vergonzoso, no quería que Craig lo viera así, no quería ser patético frente a él, con los primeros rayos del sol llegó la mañana y no le quedó más remedio que sentarse en la orilla de la cama y odiar su vida más que a nada en ese momento.

Con la pesadez del mundo entero sobre sus hombros se levantó, tomó una toalla, ropa limpia y se metió a bañar, en la regadera no dejaba de temblar, por bañarse con agua helada en primer lugar y luego por pensar en que tendría que hablar ese día con Craig, tenía miedo, miedo al rechazo, a sufrir, a que se le notara lo desvelado y crudo que estaba, las clase de Garrison era una joda, apenas entendía lo de cis-género y trans-género y ya les estaba hablando de combinaciones de todo tipo, maldecía cada segundo que la clase se tardaba en acabar, ni siquiera había desayunado para llegar temprano y no toparse a Craig en los pasillos, ahora solo deseaba acabar con todo de una vez, si iba a ser rechazado, que fuese cuanto antes para salir corriendo a casa y refugiarse en su propia soledad.

Por fin las clases terminaron y el momento estaba decidido, esperaría a Craig debajo de las escaleras, donde se reúnen los góticos, últimamente no les había visto, al menos en la escuela, ya que siempre iban a la cafetería de su padre y comenzaban a molestar a la demás clientela, no importa cuántas veces se les dijera que no podía fumar adentro lo seguían haciendo, perdido en sus pensamientos no notó el momento exacto en el que el pelinegro llegó.

Debía estar bien, seguro que no había problema si lo hacía, después de todo Tweek lo había propuesto, podían seguir actuando como pareja sin serlo, eran lo suficientemente maduros como para hacerlo, solo veía su espalda, su delgada figura ¿En qué momento Tweek se había vuelto tan alto? ¿Cómo fue que pasaron tan rápidamente los años? No lo sabía, solo sabía que necesitaba tenerlo en sus brazos, sentir el olor de su cabello, solo un pequeño roce, no era nada, solo eso y así, sin pensarlo más, lo tomó por la espalda entre sus brazos, en un abrazo posesivo, apretado pero no rudo, un abrazo tan dulce y doloroso, porque le dolía, sin explicarse el porqué, tener al rubio entre sus brazos era sumamente placentero y doloroso a la vez

¿Q-qué pasa?- preguntó el rubio asustado al sentir su cuerpo atrapado por otro

Tranquilo cariño, solo soy yo- contestó Craig suavemente

Yo, yo, está bien- contestó Tweek sin saber realmente qué pensar, Craig lo había llamado cariño y lo estaba abrazando, acaso, ¿acaso es significaba que habían vuelto?

¿Cómo has estado?- preguntó Craig soltando al rubio que lo miró estupefacto

Bien supongo, han sido días duros

Me imagino- soltó el pelinegro ofreciendo la mano que en seguida tomó Tweek y comenzando a caminar

Para mí también han sido duros, ¿sabes? Todos me reprochan lo que pasó, piensan que te hice algo, de algún modo no dejan de culparme

Lo siento- se disculpó el rubio bajando la mirada

Descuida, nunca me ha importado lo que piensen los demás- dijo Craig mirando hacia el frente- la verdad, lo más extraño es que cualquiera pensaría que yo te hice algo, todos estaban seguros que yo te engañaría o algo así