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Me encontraba frente al espejo, tratando de recoger mi cabello en una coleta como siempre pero mis intentos por apaciguar mi cabello rebelde eran en vano así que decidí llevarlo suelto.

La verdad es que se veía bastante bien, me daba aún más carácter.

Me hacia sentir bonita.

Me puse un pantalón ancho y una blusa de manga larga de color negro. Cuando baje mi madre se encontraba ida viendo el televisor, en el programa había muchos niños y una adulta pelirroja.

-Me voy- anuncie pero pareció ignorarme así que abrí la puerta y salí.

Tomé mi bicicleta y pedalee, el roce del viento contra mi cara me hacia sentir tranquila al igual que el aire limpio entrando en mis pulmones. En definitiva necesitaba salir.

No me di cuenta cuando ya estaba en la entrada así que la deje en un árbol con cadena y camine hacia dentro buscando con mi mirada entre la multitud y los encontré escuchando uno de los chistes malos de Richie.

Los salude y sus miradas se dirigieron hacia mi.

- Luces bien- me dijo la pelirroja

Trate de sonreír pero en su lugar  apareció una mueca, pasaron varios segundos en que nadie dijo nada así que el ambiente se volvió incómodo.

- Vamos- dijo Richie caminando hacia la heladería.

Lo seguimos mientras me contaban que habían hecho la semana en la que no estuve, entre risas y miradas fulminantes ante las bromas pesadas de Richie pedimos los helados.

Decidimos sentarnos en una banca todos juntos. Mientras degustaba mi delicioso cono de nieve sabor limón, sentía una mirada que no paraba de examinarme.

Sabía quién era pero aún así voltee a ver a Bill que ni se preocupaba por disimular, sostuve la mirada por unos segundos pero al ver qué no se iba a mover, la quité.

El sol comenzaba a ponerse marcando que ya era hora de volver a mi casa por lo que me despedí de todos y camine hacia mi vehículo.

-_-_____- el ojiazul me detuvo tomando mi mano-¿E-estás libre mañana?

Su agarre era suave y cuando mire su rostro flaquee por un segundo, queria decir que si, que estaba libre todos los días para él pero sabía que necesitaba distancia para poder dejar de quererlo.

-Lo siento Bill pero no puedo- dije lo más amable posible- No vamos a pasar tiempo a solas por el bien de los dos.

Le di una sonrisa leve y me fui de ahí.

Bien, estaba aprendiendo a controlar mis acciones y a priorizarme.

(...)

Dos días habían pasado y me había quedado sola en mi casa, mis padres habían salido de paseo y yo me encontraba haciendo garabatos para matar el aburrimiento.

Escuche unos golpes en la ventana que hicieron levantarme y dirigirme a abrirla para encontrarme con Stan quien tenía varias piedras pequeñas en su mano pero al verme las soltó.

-¿Que haces aquí?- pregunté.

-¿Irás a la fiesta del pueblo? - respondió con duda en su voz.

-No se de que me hablas Stan- respondí- A veces olvidan que soy nueva.

-Se supone que es una celebración por la fundación de Derry pero solo es una excusa para emborracharse- su tono de hablar era raro, entrecortado y nervioso- Nunca habíamos asistido por Bowers pero no nos molestará si vamos contigo.

-¿Así que solo me usan de guarda espaldas?- fingí indignación y su rostro se torno pálido.

-¿Q-que? No, claro que no, es solo que.....-

-Es broma- interrumpí sus torpes intentos por excusarse

Lo mire unos segundos considerando su oferta, había pasado un tiempo considerable desde que fui a una fiesta debido a las constantes burlas hacia mí, pero ya no estaba en la ciudad.

-Esta bien- solte en un suspiro-¿A qué hora?

(...)

Deje el lápiz para ojos en su lugar y mire a mi reflejo encantada. Terminé de vestirme y baje hacia la puerta. Mis padres aún estaban fuera y no volverían hasta mañana así que podía regresar hasta que quisiera.

La casa donde era la reunión no estaba lejos así que decidí caminar, las vistas eran opacas y oscuras acompañadas de neblina haciendo que las calles se vieran tétricas.

Las luces que provenían de una calle me hicieron darme cuenta de que estaba cerca, mire mi reloj e iba tarde así que apresure el paso, el sonido de música entró en mis oídos a la par del olor a cigarro y cerveza.

Encantador.

No tarde mucho en encontrar a mis amigos en una mesa sirviéndose alcohol. Estaban todos excepto el ojiazul y Eddie, supongo que el segundo estaría en su casa debido a sus alergias y a su loca madre.

-______- dijo Bev con una sonrisa y las mejillas ligeramente rosas- Llegas muy tarde.

Me ofreció un vaso con algo que no sabía que era pero terminé aceptando, el primer trago hizo que mi garganta quemará pero eventualmente me acostumbré.

(...)

Se había más tarde y casi todos estaban ebrios, incluso Bowers que paso de asesinarnos con la mirada a ignorarnos por completo. Al ver el peligro disiparse salí al porche para tomar aire fresco.

-Hola- escuché detrás mía- ¿Quieres uno?

Era un chico de piel pálida, ojos grises y cabello negro como la noche, sus dedos sostenían una cajetilla de cigarros a mi disposición, dude un momento pero al final saque uno y me lo coloque en la boca para después dejar que lo encendiera.

-Gracias- dije mirando hacia el frente

-Soy Thomas- se presentó pero ante mi silencio continúo- Está es la parte donde me dices tu nombre.

-_______- lo mire de reojo y sus labios formaron una media sonrisa.

-Te diria que eres hermosa pero supongo que ya te lo han dicho bastante ¿no?- está vez lo mire directo y me mostró todos sus dientes en una sonrisa que parecía sincera.

Iba a responder pero la figura de Bill me detuvo.

-¿P-podemos hablar?- dijo con una mirada de súplica.

-Un gusto Thomas- dije con intenciones de que nos dejara solos que afortunadamente entendió.

-Hasta pronto ______- me guiño un ojo alejándose.

Me gire nuevamente mirando hacia el frente, hacia frío y yo había dejado mi abrigo en casa por lo que trate de calentarme con mis brazos pero pronto sentí una chaqueta posarse en mis hombros, me miraba como comúnmente lo hacia solo que está vez había algo diferente o tal vez solo era yo que estaba borracha.

-Es una noche preciosa- dije mirando las estrellas.

-E-es cómo tú- respondió mirando hacia adelante y las palabras de Thomas resonaron en mi cabeza.

Mire su figura con detenimiento, su ropa era totalmente negra pero resaltaba con su piel y también lo hacia ver más alto.

Trague saliva al sentir mariposas en el estómago, tenía el gran impulso de besarlo ahora pero lo estaba manteniendo bajo control aunque el alcohol en mi sistema no ayudará mucho.

-No es necesario esto- Trate de devolver la chaqueta pero me detuvo.

-Te enfermarás - respondió pasando su brazo por mis hombros evitando que me quitará su prenda.

No sé que me sorprendió más: si el hecho de que estuviéramos tan cerca o que no tartamudeara. Apoyo su cabeza contra la mía y decidí hablar aunque arruinara el momento.

-Aun no te perdono- hablé mientras me separaba y fijaba mis ojos en los de el- No te culpo por no corresponder lo que siento pero tú no me dejaste en claro nada.

Tomé una pausa antes de seguir.

- Y ahora haces esto, te pido por favor que dejes de acercarte a mi- me quite su chaqueta y se la devolví.

La gente de la fiesta se comenzaba a dispersar, me despedí de todos y emprendí una caminata de regreso hacia mi casa.

Siempre juntos [Bill Denbrough]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora