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Al llegar me acerque a mis amigos y a Bill quien me dirigió una mirada cálida e inmediatamente sentí esa extraña sensación que recorrió mi cuerpo. Tras acordar que Richie vigilaria la entrada todos entramos a la casa.

-Si mi padre sabe que los deje entrar me matará-Dijo Beverly

-Tranquila-dije poniendo una media sonrisa

Ella suspiro y abrió la puerta dejando ver su baño que estaba totalmente lleno de sangre. Era un escenario de película de horror.

-El no puede verlo- dijo la pelirroja refiriéndose a su padre.

Hablaban y hablaban yo sólo veía el baño que me daba un poco de asco, lo admitía, hasta que decidí hablar

-Te ayudaremos a limpiarlo-dije y todos me miraron- No me vayas a decir que nos trajiste aqui por nada

Le sonreí, ella fue por cosas para limpiar la sangre y así lo hicimos.

(...)

Entre de nuevo a la casa de Beverly para ver si necesitaban algo pero al entrar la puerta de el baño estaba entre cerrada así que me asome.

Y otra vez más se confirmaba que la curiosidad era mi peor virtud: Beverly tenía a Bill tomado de las manos para después darle un beso.

Al girarme con un nudo en la garganta me encontré con Ben quien también parecía triste al ver la escena, salí de ahí sin decir nada ante la pedida de explicación de mis amistades

(...)

Aunque había llorado por horas tenía que cumplir con el compromiso que mi madre me habia puesto, me recogí el cabello en un mono desordenado, me puse un vestido blanco de mangas largas y zapatillas

Salí de mi habitacion bajando las escaleras dispuesta a ayudar con la mesa cuando el timbre sonó y yo fui a la puerta.

Esto no podía estar pasando.

Bill y sus padres estaban en la entrada de mi casa luciendo impecables, unos atuendos causales pero de lejos se notaba la elegancia de estos.

Mi padre los saludó y los invitó a pasar aunque yo aun estaba en estado de negación, la vida se había ensañado conmigo.

-_____ saluda a los señores denbrough- dice mi madre

-Hola- dije con una muy forzada sonrisa-Un gusto..- estreche la mano de los padres de bill pero a el no

Mi padre los guió hacia el comedor, suspire y fui con ellos.

Todos se sentaron excepto mi madre y yo quienes servimos la cena, al terminar me senté en el único más lejos de bill que era al lado de mi madre. Charlaban de cosas que solo ellos entendían así que me concentre en mi plato hasta que un comentario me hizo salir de mi trance.

-Tiene un hijo maravilloso se ve que es muy educado -dice mi padre- Es amigo de mi hija ¿No, ____?

Me límite a dar una imperceptible sonrisa y asentir con la cabeza, el momento que había vivido en la tarde vino a mi mente y el nudo en la garganta apareció acompañado de dolor.

Una vez que termine mi cena, invente que me sentía mal para poder escapar de los intentos de mi padre por quedar bien y de la evidente mirada de Bill. Me levante para después irme a mi habitación.

Una vez en mi cama, las lágrimas comenzaron a caer libremente a la par que abrazaba mi almohada, ni siquiera sabía porque me afectaba tanto pero un corazón roto dolía como el demonio.

(...)

Había pasado una semana desde la última vez que había salido con los chicos, cuando venían a buscarme mi madre inventaba excusas por mi para no salir porque verlos significaba toparme con la pelirroja y Bill y eso era algo que no podía permitir.

Había estado pensando en todo esto y tal vez estaba siendo inmadura, como un bebé que quería un juguete pero aún así no podía verlos juntos, eso causaría otra apuñalada a mí corazón ya roto.

-Hija vamos de compras ¿Quieres ir?-Dijo mi padre apoyándose en el marco de la puerta

Asentí después de todo no tenia nada que hacer y necesitaba aire fresco, me vestí rápidamente para después salir de la casa y subir al coche.

(...)

Llegamos así que me baje, durante el trayecto decidí que los esperaría en una pequeña plaza que quedaba cerca. Me despedí de mis padres y camine hasta llegar a la ubicación.

Tomé asiento en una banca a la sombra de un árbol y saque un cigarrillo para, obviamente, comenzar a fumarlo, cerré los ojos disfrutando del momento cuando unas risas familiares sonaron cerca.

-Carajo-susurre pasando las manos por mi rostro con frustración 

Este pueblo era tan pequeño que mis intentos por no toparmelos eran inútiles, así que mantuve los ojos cerrados con la esperanza de que pasarán de largo pero mientras inhalaba el humo mi nombre fue llamado.

-¡_______¡- Stan hizo que mis ojos se posaran en el.

El sol golpeaba sus rizos haciendo que parecieran de oro, debía decir que la iluminación le favorecía, lucia bastante bien.

-Hola-dije soltando el humo.

Esperaba que estuvieran enojados por mi repentino comportamiento pero para mí sorpresa me rodearon en un abrazo reconfortante para mí.

-Los extrañe- pareciera que mi tristeza y el muro que hice hubieran desaparecido por completo por el toque de ellos.

Pero mi mirada se torno despectiva cuando los vi, a Beverly y a Bill, quienes se mantenían al margen pero mi curiosidad salió a flote cuando los note separados. A estas alturas pensaba que ya tendrían algo pero se veían distanciados.


De mis labios salió una risa sarcástica que calle al instante. Trataría de ser lo más amable posible, al final el ojiazul jamás me había dicho que me quería ni mucho menos, la culpa era mía por imaginarme cosas imposibles.

-¿Por qué no salías?- Stan volvió a hablar.

-Necesitaba estar sola unos días- dije disimulando mi mirada hacia Bill- Pero creo que ya estoy bien.

Di la última bocanada de humo y aplaste el cigarro para apagarlo.

-Me tengo que ir- me levanté y comencé a caminar -¿Quedamos mañana?


-

Si ¿quieres ir por un helado?- se apresuró a contestar el judío provocando una sonrisa de lado en mi rostro y la mirada de los demás- Quiero decir.......todos juntos, como amigos.

Sus mejillas se tornaron rosas a lo que Richie y Eddie se miraron de forma cómplice.

-Mañana será, hasta luego- me despedí y les di una última mirada antes de caminar rumbo al coche.

Siempre juntos [Bill Denbrough]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora