Dinamarca (1)

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-¿Te encuentras bien?- la voz de un chico te llamo la atención, pero no decidiste voltear a verlo pues estabas tan ocupada llorando -bueno, pequeña gatita yo te adoptare- pronto sentiste como trataba de jalar la caja con él, ahora si fijaste la vista en aquel chico que era... un rubio de ojos azules, de una sonrisa encantadora y demasiado animado -te llevare conmigo- te asustaste un momento, a pesar de la alegría que desprendía aun así estabas preocupada.

Sin poder decir nada se fue contigo en brazos, rápidamente para evitar mojarse aún más con la lluvia.

El caliente baño que estabas tomando en ese momento te trajo a la realidad, aunque estabas agradecida porque esa calidez te quitara el frio, el estar en la casa de algún extraño podía ser peligroso, pero algo en aquella sonrisa te hacía sentir segura.

Aun así no querías confiarte y al final terminara peor de lo que estabas, tras salir del baño cubriendo tu cuerpo con una toalla, miraste a tu alrededor, estabas en una habitación espaciosa, de color durazno, con muebles en tonalidad de café claro, en la cama se encontraba una gran pijama café, gruesa para el frio.

Decidiste ponértela porque no tendría sentido el que te bañaras y te pusieras tu ropa mojada, aquella ropa te quedaba enorme, se notaba que era de hombre, por lo que la doblaste de la parte de las piernas para no tropezarte al caminar.

Insegura saliste de la habitación, primero localizarías la salida por si necesitabas huir, pero un delicioso aroma te distrajo por lo que terminaste en la cocina, encontrándote con el rubio animado cocinando algo.

-este... disculpe- al escuchar tu voz se giró un poco y te sonrió.

-¿Si, que pasa?- termino lo que estaba cocinando.

-gracias por préstame su baño y su ropa- estabas nerviosa.

-no hay de que- de nuevo te sonrió, aquella sonrisa que hacía que confiaras en él -ven siéntate en la mesa, de seguro tienes hambre- avergonzada asentiste y te sentaste donde te indico.

Al poco rato trajo en un plato algunas galletas de canela recién horneadas y una taza de la cual salía vapor indicando que estaba caliente.

-a pesar de no estar invierno hace frio ¿No?- asentiste mientras tomabas la taza entre tus manos sonriendo al sentir como el calor se expandía en tus mano, tomaste un sorbo, era vino caliente y dulce.

Jamás habías probado algo así pero estaba delicioso, tu estomago rugió y apenada tomaste una galleta para empezar a comerla, hace tiempo que no sentías tanta amabilidad, por lo que sin poder contenerte empezaste a llorar.

-¡ah! No llores- alarmado el danés te paso un pañuelo para que pudieras secar tus lágrimas y agradecida lo tomaste -no sé qué te paso, pero si necesitas un lugar donde quedarte o incluso un hombro en donde llorar, puedes contar conmigo y mi casa.

-gracias- realmente estabas agradecida con aquella persona.

Lista de espera: Japón, Noruega, Romano, Canadá, Inglaterra, España, Rumania, Suecia, Islandia, Suiza, Estonia, Francia, Austria, Prusia, Corea del Sur, Escocia.

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