No Somos Amigas - Camren (Lauren G!P)

Capítulo 1

Advertencia: la historia es realmente dolorosa, créanme que me dolió el corazón escribiendo cada párrafo, no odien a los personajes y no las culpo si no son capaces de leer hasta el final de la historia ya que es demasiado masoquista para cualquier camren shipper que no está acostumbrada ver, leer a los personajes con otras personas. (Primera Temporada)

Pov Camila

Era el trayecto en coche más largo que había hecho en mi vida. Lo cual no significa gran cosa, ya que nunca me había alejadomás de cien kilómetros de mi ciudad natal. No obstante, se mire como se mire,el viaje era absurdamente largo. Según MapQuest, mi mapa interactivo, el trayecto en coche duraba más o menos treinta y siete horas y once minutos. Eso suponiendo que tengas súperpoderes y no necesitas hacer ninguna parada para poner gasolina.

Mi novio y yo habíamos partido de Miami. Yo había nacido y crecido allí, al igual que todos los miembros de mi familia. Nunca hablábamos de ello en nuestro pequeño grupo de cuatro personas, pero era un hecho sabido desde nuestro nacimiento que mi hermana y yo estudiaríamos y nos graduaríamos en la Universidad de Ohio. Por consiguiente, se había producido una tremenda tragedia familiar cuando, hacia unos meses, durante mi segundo año en la universidad, había decidido mudarme de lugar en otoño. Lo que más había disgustado a mi familia, si eso era posible, era el hecho de que me fuera a trasladarme a cuatro mil kilómetros, a Washington. Concretamente, a la Universidad de Washington, en Seattle. Había conseguido una magnifica beca, lo cual había contribuido a convencer a mis padres. Pero sólo en parte. A partir de ese momento, las reuniones familiares fueron pintorescas, por decirlo suavemente.

El motivo de mi traslado iba sentado junto a mí, conduciendo su Honda. Lo mire y Sonreí. Austin Mahone. Era una belleza. Sé que no es la forma más varonil de describir a un chico, pero era el calificativo que yo utilizaba con más frecuencia mentalmente y el que encajaba con él a la perfección. Austin vivió una temporada en una pequeña población de Texas, exactamente hacia el sur de Texas y debido a que se había pasado la vida en el mar en ese exótico lugar, tenía un cuerpo bronceado y musculoso, aunque no en plan macizo. Era un cuerpo más bien natural, proporcionado y atlético. No era excesivamente alto para ser un chico, pero si más que yo, incluso cuando me ponía tacones, lo cual a mí me bastaba. Tenía el pelo castaño oscuro, y le gustaba lucir un corte irregular pero ordenado. A mi me encantaba cortárselo, y él dejaba que lo hiciera mientras me miraba con adoración, suspirando y quejándose todo el rato, amenazando con que el día menos pensado iba a raparse la cabeza. Pero le encanta que yo se lo cortara.

Tenía unos ojos cálidos y profundos de color verde oscuro, que en estos momentos me miraban con expresión risueña.

"Oye, nena. No falta mucho tiempo, tal vez un par de horas". La forma en que su acento se deslizó sobre sus palabras me extrañó curiosamente. Nunca dejó de traerme un poco de alegría y excitación, tan raro como eso.

Pensando mientras suspiraba ante su declaración, Austin agregó: "Sé que estás cansada, Camila. Estaremos un minuto en casa de Pete y luego podemos ir a casa y descansar" asentí y cerré los ojos.

Aparentemente, Pete era el nombre del popular bar donde nuestra nueva compañera de habitación, Lauren Jauregui, era una estrella de rock local. Aunque nos dirigíamos para ser sus nuevos huéspedes permanentes en la casa, no sabía mucho sobre ella. Sabía que mientras hacía su tercer año de secundaria en el extranjero, Austin se había quedado con Lauren y sus padres, y sabía que Lauren tocaba en una banda. Sí, conocía dos hechos completos sobre nuestra misteriosa nueva compañera de habitación.

Abrí los ojos y contemplé la oscura ventana lateral, observando cómo los espesos y verdes árboles se desvanecían a mi paso, un extraño brillo anaranjado que caía sobre ellos desde las numerosas farolas de la autopista. Finalmente habíamos llegado al último puerto de montaña; Me había preocupado por un momento si el el viejo auto de Austin no pudiera haber llegado hasta aquí. Estábamos zigzagueando en el pasado entre exuberantes bosques, cascadas rocosas y vastos lagos centelleantes a la luz de la luna. Incluso en la oscuridad de la noche, podía decir que era hermoso aquí. Ya pude ver una nueva vida abriéndose para mí en este pintoresco estado.