-Otro día en mi miserable vida
-Tu animo me hace sentir que mi vida es maravillosa –la mire mostrándole el dedo del medio de mi mano-, no sé porque te quejas tanto, tienes veintidós años, eres joven, tienes un novio apuesto, eres la secretaria principal de un hombre con una gran empresa y ganas bien a pesar de que no estas legal como tal en el país, eres afortunada
-Hoy me llego el periodo, no soy afortunada
-Eres un caso ______ -dijo riendo-
-Aunque tienes razón, aún tengo algo de suerte
-¿Por qué lo dices?
-Aún no ha llegado don señor dueño de la empresa
-¿Aun no? –pregunto con gracia en su voz-, llego hace dos horas
-¡¿Qué?!
-Sí, el cree eso de que "el que madruga Dios lo ayuda" y bueno –me sonrió-, es el dueño de una empresa
-Por cierto, ¿Cómo paso eso?
-Al parecer sabe mover sus cartas –dijo encogiendo sus hombros-
La puerta que estaba en medio de las dos se abrió dando presencia del señor Bieber, las dos volteamos a verlo acomodándonos en nuestras sillas.
-Necesito alguna de las dos –dijo, mire a Rebecca en seguida para que fuera ella, pero fue un error, el noto mi gesto-, ven tu linda
Mire a Rebecca mal por esa sonrisa de burla que tenía en su rostro, lo seguí hasta su oficina y cerré la puerta tras de mí.
-Mi nombre es ________, no Linda –aclare-
-Lo sé, pero me gusta llamarte linda
-Pero mi nombre es _____ y me gustaría que me llamara asi-volví a decir a lo cual el detuvo su paso y se acercó a mí-
-A mí me gustaría que me llamaras Daddy, pero sin embargo me llamas Justin –me dijo con una sonrisa en su rostro-
-Llamarlo Daddy sería una falta de profesionalismo
-Oh linda, no hablemos de profesionalismo porque me harás enojar –decía sin quitar esa sonrisa de su rostro-, y no sabes lo que te haría Daddy si se enoja
Mire a todos lados, no sabía qué hacer, no sabía que decir. ¿En verdad esto está pasando?. De la nada el comenzó a reír mientras caminaba hacia su escritorio.
-Presiento que me caerás muy bien linda
-¿Está jugando conmigo?
-Sí, relájate, si quieres no me llames Daddy, me puedes llamar Justin
-Prefiero Señor Bieber –dije seria. Es un imbécil-
-¿Cuántos años tienes? –pregunto-
-Veintidós -respondí mientras el miraba un expediente-
-Linda veo que no eres de aquí –dijo mientras miraba aquellas hojas, perfecto, era mi hoja de vida-
-No
-¿Cómo trabajas aquí entonces?
-Pues el señor Collins me dijo que si trabajaba para el dos años el me daría trabajo definitivo y asi podría conseguir mi ciudadanía
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El dueño de mi vida JB.
ФанфикNo solo soy tu jefe, soy el dueño de tu vida. Copyright ©2017 Emily Salazar Todos los derechos reservados. Publicado por CrazyImaginaryWorld