COME WITH ME ~ FACK ~

Capítulo 11

Jack dejó la carta sobre la mesa. La había encontrado entre las cosas de su padre hace un par de años. La había leído tantas veces tratando de comprender el sentido de todas esas palabras.

Miraba la letra de ella, hablándole desde la distancia, haciéndole sentir culpable por haberla odiado en algún momento de su vida. Lloraba en silencio porque era inevitable recordar. Cogió su teléfono que estaba sobre el velador y encendió la pantalla. El nombre de Finn brillaba con letras negras, no pudo evitar sonreír a pesar de la nostalgia.

Después de pensarlo un buen rato, por fin decidió presionar el casillero de llamar. Inmediatamente escuchó el pitido del otro lado, esperando una respuesta. Deseaba tanto escuchar su voz, aunque solo lo había hecho una vez hace algunos días.

- Mi amor, ¿todo bien? - Finn habló suavemente, desatando el nudo que oprimía el pecho del menor. Por alguna razón, volvió a respirar con normalidad.

- Extraño mucho a mi madre - fue lo único que pudo decir antes de empezar a sollozar.

- No, cariño, no llores - pidió Finn con cierta desesperación en su voz - ella está en un lugar mejor ahora.

- Lo sé... ¿Es muy egoísta preferir que esté a mi lado? - preguntó limpiándose las lágrimas.

- Hay cosas que no podemos cambiar, Jack, cosas que las personas deciden porqué piensan que es lo mejor, pero... aunque no hayan sido buenas decisiones para nosotros, tenemos que aprender a vivir con eso - el mayor trataba de confortar al rizado, realmente le dolía saber que estaba sufriendo - escucha, mi amor, pero escúchame muy bien; pase lo que pase, aún cuando el mundo decida terminarse mañana, siempre voy a correr para tratar de protegerte... yo no me iré a ninguna parte sin ti, no importa cuanto lo intentes, siempre te voy a cuidar... Siempre... - las últimas palabras eran una promesa que Finn pretendía cumplir sin importar lo que pasara.

- Te quiero, Finn, y eso me asusta demasiado - Jack dudaba si era correcto abrir tanto su corazón a una persona que jamás había visto, sin embargo era inevitable no confiar. Tenía que aceptarlo, el chico del otro lado del teléfono lo estaba convenciendo de algo que él siempre había jurado no creer - porque.... porque tengo miedo de perderte...

- No hay forma de que eso suceda, así que no lo pienses ni por un segundo - Finn sonrió, deseando abrazar al pequeño en ese momento.

- A veces trato de imaginar tu rostro, a veces imagino que llegas un día al colegio y... sé que está mal, sé que no debería hacerlo... pero no puedo evitarlo... A veces simplemente te necesito...

- ¿A veces? Pues tienes mucha suerte... Yo te necesito todo el tiempo.. - se quejó Finn.

- ¿Algún día voy a conocerte?

- ¡Por supuesto! No creo que pueda conformarme mucho tiempo solo escuchando tu voz, lo cual es maravilloso, pero también te necesito a ti... Necesito abrazar tu cuerpo, besar tus labios, acariciar tu cabello... Necesito sentirte aquí, Jack. Quiero que te sientes sobre mis piernas, mientras vemos una estúpida película que probablemente no entendamos porque voy a preferir besarte todo el tiempo...

- Yo también necesito tu cuerpo, Finn... Quiero decir, me gustaría verte en persona - explicó algo nervioso y pudo escuchar la suave sonrisa del mayor al otro lado de la línea. No pudo evitar sonreír él también.

- Me alegra escuchar eso, siento que mi corazón va a escapar de mí pecho en cualquier momento - confesó Finn sin poder contenerse, sentía una felicidad que jamás había experimentado - es imposible no sentir mariposas en mi estómago...

- ¡Estás exagerando! - exclamó Jack bastante avergonzado, solo Finn podía hacerlo sentir de esa manera a pesar de la distancia - eres muy lindo - dijo después de un breve silencio, su cara empezó a arder, así que agradeció que estuvieran hablando por teléfono en ese instante.

- Nunca más que tú, no creo que eso sea posible... - la voz de Finn era muy risueña y eso le daba tranquilidad - yo también te imagino mucho, Jack... No sé cómo explicarlo, pero muero tocarte...

- ¿Tocarme? - repitió el aludido, empezando a sentir calor de repente.

- Sí, tocarte, cariño, acariciar tu piel... Debe ser increíble poder morder tu cuello y escucharte gemir... - no sabía exactamente por qué esas palabras salían de forma tan natural de su boca, tal vez era la adolescencia, las hormonas alterando su razón - solo puedo pensar en pasar mis manos por tu cuerpo, mientras beso tus labios...

- Finn... - la voz de Jack se escuchaba entrecortada - tengo muchas ganas de ti... - para el menor también resultaba imposible guardarse esas cosas.

- ¿Me deseas, Jack? ¿Me deseas entre tus piernas? - demandó saber el mayor con voz grave y ronca.

- Sí... - confesó el rizado con un jadeo que no pudo ocultar del todo.

- Entonces ábrelas para mí, porque no creo que exista un lugar más perfecto en el mundo... Tu cintura debe ser hermosa, lo suficientemente estrecha para sostenerte debajo de mí...

- Sigue... - pidió Jack cuando el silencio de Finn se hizo presente, para dar paso a su respiración agitada.

- Jack, ¿está mal si te digo que me excitas demasiado? - preguntó en un susurro que el menor pudo escuchar perfectamente.

- No lo sé, pero si está mal, entonces los dos estamos equivocados...

- ¿Sabes a dónde quiero llegar? ¿Puedes imaginarlo, bebé? Quiero que cada parte de tu cuerpo sea mía, quiero besar ahí abajo y sentir tu calor invadiendo mi boca... Quiero respirar tu aroma... - Finn se detuvo, su pantalón había empezado a incomodarle en ese punto. No quería hacerlo, no quería tocar, pero su mano ya se había deslizado inevitablemente recordando a Jack - necesito escucharte... por favor, necesito saber que tú también lo quieres...

- Lo necesito, te necesito... Ni siquiera puedes imaginártelo... Finn... - gimió de repente, aguantando la respiración - Finn... se siente tan bien...

- Claro que sí, cariño, se siente demasiado bien... Te juro, Jack... cuando te vea voy a... - su voz se perdió en suspiro prolongado que Jack imitó unos segundos después.