Años después...
Emma estaba hermosa. Apenas la vi supe que había tomado la mejor decisión de mi vida al pedirle que se casara conmigo.
Madeleine y su hermano Jack se acercaron con los anillos. No debían entender mucho lo que pasaba, pero sonreí a ambos.
Cuando mi novia hizo su aparición, la respiración se me cortó por el asombro.
Jamás la había visto tan hermosa... Excepto cuando hacíamos el amor sobre la cama.
Ella se acercó sonriendo, nerviosa.
El vestido blanco se balanceaba suavemente a cada paso que daba. Nada en ese momento importaba... Sólo nosotros y el hecho de que Emma sería mi esposa a partir de ese momento.
El camino hacia el altar pareció eterno. Cuando por fin llegó y tomé su mano, noté que incluso sudaba más que la mía.
Sonreí con dulzura, y ella también me sonrió.
El párroco estaba diciendo algo sobre el compromiso matrimonial, pero yo sólo tenía ojos para Emma. Ella tampoco parecía estar prestando mucha atención.
-¿Aceptas tú, Rupert Alexander Lloyd Grint, a esta mujer, Emma Charlotte Duerre Watson, para amarla y respetarla en las buenas y en las malas, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y la enfermedad, hasta que la muerte los separe?
Mi corazón dio un vuelco.
-Sí, acepto.
Emma dio un suspiro aliviada y se mordió el labio inferior.
-Muy bien... ¿Y aceptas tú, Emma Charlotte Duerre Watson, a este hombre, Rupert Alexander Lloyd Grint, para amarlo y respetarlo en las buenas y en las malas, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y la enfermedad, hasta que la muerte los separe?
Mi cuerpo entero temblaba. Mi futuro dependía de esa respuesta.
-Sí, acepto.
Jack se acercó con los anillos. Le sonreí mientras tomaba el de Emma. Mi novia le acarició una mejilla y tomó mi anillo.
Los dos nos miramos. Tomé su mano y le quité el anillo de compromiso para ponerle el de bodas. Ella me sonrió mientras me imitaba.
-Entonces, por el poder que me confiere la Iglesia, los declaro marido y mujer. Puede besar a la novia.
Estaba tan feliz que podría haber gritado de felicidad.
Levanté el velo de novia de Emma y tomé su mejilla. Estaba preciosa, más hermosa que nunca. La besé con amor, era la primera vez que la besaba siendo mi esposa y eso me hizo sonreír más que de costumbre. Ella me correspondió, también sonriendo.
Nos separamos tomados de la mano. Todos nos aplaudieron.
Sonreí y volví a besar a Emma.
-Te amo.-Susurró pegando su frente a la mía.
Le mostré una sonrisa.
-También te amo.
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Fotografías falsas [Grintson]
FanfictionUnas fotografías pornógraficas de Emma rondan por toda la web y los medios de comunicación. No creo en ellas. No son reales. Es tan obvio como que soy pelirrojo. Y así como yo le creo, aunque hayan pasado años desde que nos vimos por última vez, ell...