Dulce despertar

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Abrí los ojos lentamente. Emma dormía a mi lado. Estaba desnuda. Y sonreía.

Le besé la sien con ternura. Escuché a Madeleine.

-¿Mamá?

Sonreí. Ya iba a pararme para alcanzar a mi hija cuando Emma abrió los ojos.

-Voy, hijita.

Contuve una risa.

-Hola, amor.

Ella me miró como si fuera la primera vez que me observara.

-Hola.-Sonrió y me besó suavemente.

La miré. Tenía el cabello revuelto y las sábanas dejaban al descubierto sus pechos. Sonreí.

-Rupert, no me mires así.-Dijo sonrojada.

Sonreí otra vez y le cubrí los senos con la sábana.

-Voy a buscar a Madeleine.

Me puse de pie sin preocuparme por estar desnudo.

-Oye... Cariño, escucha... Yo... No es que me dé vergüenza, pero... ¿Podrías alcanzarme mi ropa?

Sonreí y volteé a verla. Había recogido todo lo que estaba en el suelo.

-¿Quieres tu ropa?-Pregunté.-Te la cambio.

Ella frunció el ceño.

-¿Por qué cosa?

-Por una noche más en que seas mía.

-Puedo ser tuya cualquier noche.-Dijo.

Se sonrojó.

-Yo... Lo que quise decir es... Que ahora que estamos bien... Podemos hacer el amor en cualquier momento.

Le besé la frente y le di su ropa.

-No olvides que lo dijiste.

Me puse una bata y salí hacia la habitación de Madeleine.

Fotografías falsas [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora